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Según hemos podido conocer, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires se está valiendo de la colaboración de voluntarios en una campaña de concientización “casa por casa”, con el objeto de “desalentar” la realización de reuniones nocturnas, aunque no sean de carácter multitudinario, con las circunstancias y características conocidas, y que se han difundido como una forma peligrosa manera de difundir la pandemia.

Por nuestra parte ignoramos la manera como el gobierno porteños ha procedido a reclutarlos. Es decir si ello se lo efectúa a través de convocatorias impersonales, o si son el resultado del pedido de colaboración a organizaciones con finalidades de bien público de la sociedad civil. Este ha sido el caso de un evento organizado por la Municipalidad de Colón, en el que participaron, activamente y de una manera encomiable, integrantes de una organización de estudiantes secundarios de esa localidad.

De allí que queremos creer -ya que no estamos del todo convencidos de la acogida de una iniciativa de este tipo- que cabría que en cada localidad de nuestra provincia, las autoridades municipales convocaran a jóvenes, con el propósito de que desalentarán, como ha quedado indicado, la participación de la generalidad de quienes pertenecen a esa misma franja etaria en ese tipo de esparcimientos mientras continúen presente las actuales condiciones sanitarias. Es que en el caso improbable que una convocatoria de este tipo fuera exitosa, también lo serían sus resultados, ya que nadie está en mejores condiciones de lograr se comprenda un mensaje de este tipo, que jóvenes comunicándose con otros jóvenes.

A la vez fortalecer esas acciones, en las que tiene su razón de ser el voluntariado, indudablemente no se agotan en este caso concreto. La vemos presente en organizaciones de la sociedad civil, como es el caso de los bomberos voluntarios, o de aquellas que tienen a su cargo escuelas o residencias para personas con capacidades diferentes –si se nos permite emplear este eufemismo- o ancianos, a la labor que en el desarrollo y contención de nuestros niños y jóvenes despliegan con esfuerzo permanente y de una manera gratuita los socios de tantos clubes deportivos que se distinguen por su participación activa en la marcha de su institución; dando así solo unos ejemplos, y con plena conciencia de que estamos siendo sino injustos al momento de incurrir en el olvido de tantos grupos institucionalizados o informales que hacen su aporte para que nuestras comunidades fructifiquen.

Son tantas las necesidades e intereses colectivos a los que es necesario atender, y tanto el tiempo vacío de muchos encerrados en sí mismos, que el convertirse en partícipe voluntario de una de las tantas inquietudes explícitas o dormidas en la sociedad, que el asumir la condición de voluntarios es una manera de lograr esa “cuadratura del círculo” que significa el ayudarse a sí mismo a ser mejor, ayudando a los demás.

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