No era en realidad la cosa para menos. Ya que en una jornada que había comenzado a poco de pasada la hora del almuerzo, se logró tras al esfuerzo meritorio –aunqque bueno es señalar, no se trataba de una epopeya, en estos tiempos en que hasta lo insignificante se lo viste de ropaje épico- de gran parte del personal del nosocomio. Eran dieciséis personas los partícipes en la tarea entre médicos, enfermeros, obstetras, radiólogos, y personal administrativo; con los que se logró en una tarde que se hizo noche, sin que se asistiera a pausa, vacuna alrededor de ochocientos vecinos de la ciudad.
Pero, siempre es posible encontrar “peros”, los a los mirándolos de una manera positiva, vienen a significar que si lo hecho es encomiable, siempre cabe la posibilidad de hacerlo mejor todavía. Sobre todo en el caso que se mire la foto completa y no una parte de ella. Es así que sería bueno comenzar por señalar, que la mirada atenta de la autoridad municipal no pudo dejar de advertir que la vacunación se llevaba a cabo de una manera remolona, al menos en el vacunatorio del hospital; ya que en otro de esa municipalidad el proceso tenia proporcionalmente otro ritmo.
Cabe a continuación una primera acotación:la verdad es que no entendemos muy bien, por más que en este caso los resultados sean meritorios, ese sueño que en tantos casos a funcionarios y a los que no son tales, se hace presente, y que algunas veces se consuma en realidad, de contar con un “vacunatorio propio”- A la que sigue una segunda, cual es que la Municipalidad de esa ciudad. según lo informara, a través de su Área de Salud organizó una sala de vacunación en el Centro Integral Comunitario de Barrio El Ombú, donde un equipo de 8 enfermeras y personal administrativo llevan adelante la vacunación COVID para docentes; y que a lo largo de la semana pasada se aplicaron más de 600 dosis en 72 horas.
Volviendo ahora a la médula del relato, debe señalarse que ante la situación de mora constatada, viajaron a Paraná el Intendente de la Ciudad y el Director de Salud municipal, para reunirse con la secretaria de Salud de la Provincia, con el propósito que Colón avance con mayor celeridad en el plan de vacunación.
Los resultados del viaje fueron satisfactorios – y es al respecto adecuado recordad lo que expresamos en esta misma en ocasión reciente cuando aludimos al hecho que “Dios está en todas partes, pero atiende en Paraná”- ya que la funcionaria reconoció la circunstancia de atraso, la que explicó, en razón que el Hospital San Benjamín dispone de escaso personal para dicha tarea, y por lo visto –la acotación es nuestra- no se previó desde la Secretaría de Salud provincial dar respuesta a esa situación.
Algo que nos lleva a preguntarnos, tanto si esta situación se repite en otras partes de la provincia, y de ser así, ello no constituye una falta de previsión constitutiva de mala práctica por parte del gobierno provincial, ya que se supone que el mismo debería haberse encargado de contar y preparar el personal suficiente para encarar esa tarea; máxime teniendo en cuenta la forma irregular que se da en el proceso de vacunación en todo el país. También interpretamos que luego de la jornada del sábado, las tareas de vacunación quedaban interrumpidas sábado y domingo y se reinician en el día de hoy. Algo que lleva a considerar, que nos encontramos ante una guerra extraña, ya que la misma registra “un párate”, los domingos y días feriados- Sería -sin llevar las cosas al extremo de un enfrentamiento bélico al ejemplificar- como si los bomberos que combaten un incendio, aunque el mismo no haya sido sofocado al terminar la jornada sabatina, corten el agua a la mangueras y desanden el camino en sus camiones, con el firme propósito de volver el próximo lunes a primera hora a continuar con su actividad.
