En nuestro caso pasa lo que a todos. Quien no es el que redacta una noticia a hacer pública, puede ser el que la corrija, en cuyo caso más que a la ilación detallada del texto, centraría su atención en la forma en que aparece escrita esa palabra, mientras que quien edita solo se contenta, en ocasiones, con darle una lectura por arriba a lo que se muestra ante sus ojos.

De allí que puede darse el caso que la relectura -el volver a leer lo ya leído- permita que se preste atención a hechos, circunstancias o cosas que de otra manera pueden pasar inadvertidas. De donde la relectura puede enriquecer la lectura previa.

Eso precisamente es lo que sucedió con nuestra edición impresa del pasado martes. Allí fue donde recién nos apercibimos realmente que el Departamento Ejecutivo de la Municipalidad de Gualeguaychú cuenta con una Secretaría del Poder Popular, algo que da cuenta de un tufillo bolivariano chavista-madurista, y que presumimos, en función de esa circunstancia, que su designación más adecuada debería ser la de Secretaría del Empoderamiento; palabra esta última con la que se define, a estar a uno al menos de los diccionarios que pueden consultarse respecto al tema, como el proceso por medio del cual se dota a la comunidad o grupo social de un conjunto de herramientas para aumentar su fortaleza, mejorar sus capacidades y acrecentar su potencial, todo esto con el objetivo de que pueda mejorar su situación social, política y económica.

Una cosa que no sabemos si realmente sucede en Gualeguaychú gracias a la actividad del órgano que lleva ese pomposo nombre pero que es seguro que no ocurre en la Venezuela de Maduro.

En la misma nota, nos enteramos de la preocupación del presidente municipal de Colón por la instauración del “presupuesto participativo”. Una inquietud largamente postergada, ya que de ella se escuchó hablar al exintendente Del Real, en la campaña electoral que lo llevó a ejercer su último mandato en ese cargo. Y que al parecer tuvo en mente el actual intendente en sus dos últimas campañas -las de 2011 y la de 2015- y a la que después dejó de prestar atención, absorbido “por distintas cuestiones” que suponemos que tienen que ver con “el día a día”.

De allí en más, y atento al velado coscorrón que le dio el intendente a los actuales integrantes del Concejo Deliberante local, es de esperar que ahora salgan de su apoltronamiento, y que pongan una atención que sea seria y no meramente declamatoria en esta importante iniciativa de carácter institucional, así como también a la creación de la Defensoría del Pueblo, otra cuestión permanentemente cajoneada por la mayoría en ese cuerpo; sin que podamos explicarnos si es porque se considera que nuestro vecindario se encuentra suficientemente defendido por su actuales autoridades, o es porque considera lo mejor que se mantenga indefenso.

Proseguimos con otra información publicada en la misma edición, la que en su caso da cuenta que el secretario de Gobierno de la Municipalidad de San José ha efectuado declaraciones señalando que está “garantizado el pago de sueldos y aguinaldos” del personal de esa dependencia.

Manifestaciones que no se sabe si estaban destinadas a dar tranquilidad o alarmar a ese personal, dado que lo común y corriente es que los sueldos se paguen en término, aún en la época del “federal”. La pregunta que quedó flotando en el aire en este caso es que si esa garantía seguiría vigente en el caso que los sueldos del personal municipal sean incrementados, porque de no ser así, debería verse en lo expresado una forma de “curarse en salud”.

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