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Una frase célebre del escritor irlandés Oscar Wilde bien podría resumir lo vivido durante la última semana: “A veces, podemos pasarnos años sin vivir en absoluto y, de pronto, toda nuestra vida se concentra en un solo instante.”

En apenas siete días de mandato, el nuevo Gobierno ha hecho anuncios que, de ser llevados a la práctica con éxito, podrían significar una revolución macroeconómica para Argentina.

La cruda descripción de la herencia recibida y el anticipo sin anestesia de las penurias por venir que hizo Milei durante su discurso inaugural parecen una referencia lejana, aunque solo haya pasado una semana desde aquel momento.

El discurso que el martes por la noche dio el ministro Caputo reveló en qué consisten esas penurias: devaluación del peso, mayores tarifas para servicios públicos y transporte en el AMBA, más inflación, y más impuestos al comercio exterior. Como paliativo, para las familias más vulnerables habrá aumentos en la Asignación Universal por Hijo y en el monto de la Tarjeta Alimentar. A cambio del esfuerzo que hará el sector privado, el Ministro confirmó fuertes recortes en el gasto público, incluyendo recortes de personal, de estructura administrativa, de gastos de funcionamiento, de transferencias a las provincias, de obra pública y de subsidios.

Es probable que los anuncios agreguen recesión y más inflación, pero no será una novedad: en su discurso, el Presidente ya había vaticinado la estanflación.

Es probable que el ajuste de 5,1 puntos del PBI signifique apenas la primera etapa de un programa cuya implementación demandará más etapas. Por lo pronto, estos anuncios apuntan a acomodar las cosas, no a que se estabilicen. Para eso hace falta más que medidas fiscales, monetarias y cambiarias. Pero, en esta etapa, se hizo lo que en gran parte puede decidir el Ejecutivo por sí solo. Las subas de tarifas de transporte y servicios públicos deberán atravesar una audiencia pública, y algunas subas de impuestos demandarán aprobación legislativa, pero la mitad del ajuste fiscal anunciado entrará a regir de inmediato.

En esta primera etapa se devela la columna vertebral del programa largo: la eliminación del déficit fiscal y de la necesidad de emisión monetaria para financiarlo. Y se abre una Caja de Pandora imprescindible para la posterior estabilización: el alineamiento de los precios relativos. Es sabido que los precios regulados y administrados (tarifas, naftas, Precios Cuidados y Precios Justos, el tipo de cambio) estaban muy atrasados respecto de los restantes precios de la economía. El realineamiento puede ser caótico al principio, por la puja entre los que quieren recuperar los años perdidos y los que quieren mantener la ventaja relativa, y podría provocar un par de meses de inflación muy alta. Como referencia, la consultora 1816 estima que la inflación reprimida por los precios administrados es de 40%.

Recién cuando los precios relativos se hayan acomodado se podrá poner en marcha la segunda etapa del programa: el plan de estabilización, o, dicho en criollo, el ataque a la inflación. ¿Será con la dolarización, o con una neo-Convertibilidad? Ese y muchos otros pasos previos requerirán del apoyo legislativo para poder ser puestos en marcha.

Ahí está el mayor riesgo del programa. La falta de representación parlamentaria de La Libertad Avanza podría generarle un gran desgaste en las negociaciones, o incluso ser un escollo insalvable si Milei no logra sostener el apoyo popular luego de varios meses de estanflación. ¿Será suficiente con que la población haya sido debidamente advertida, y con la promesa de que habrá luz al final del túnel? Este riesgo explica por qué el Gobierno se apuró a marcar el territorio. No puede darse el lujo de perder tiempo, porque lo que quiere hacer, al principio, va a doler.

Es probable que, si la población tolera esta etapa, la más dura por ser la que debe romper la inercia de una herencia pesadísima, y Milei se mantiene popular hacia el fin del primer trimestre de 2024, habrá una chance concreta de que el plan de estabilización sea puesto en marcha, y de que tenga éxito.

Las relaciones humanas están llenas de vaivenes entre el fuego inicial, la calma posterior y la intolerancia eventual. El secreto para Milei consiste en que el fuego siga ardiendo durante los próximos meses.
Fuente: El Entre Ríos

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