Nunca antes habían votado. Natalia y Francisco empezaron su último año de la secundaria sabiendo que una elección se cruzaría en su camino. Atento, inquieto e interesado en acompañarlos se mostró uno de sus docentes. Aprovechó el contexto e hizo lo que mejor sabe: enseñar.

Les habló sobre el Código Nacional Electoral, cuestiones a tener en cuenta a la hora de emitir un voto, etc, etc. Lo que inicialmente fueron temas de clases se convirtió en un proyecto legislativo que terminó siendo el que representó a Concordia en el Senado Juvenil.

Tejieron alianzas, alcanzaron la presidencia, recibieron el acompañamiento del senador por el departamento (el doctor Enrique Tomás Cresto) y lograron la mayoría necesaria para aprobar su iniciativa. Los jóvenes entrerrianos habían dado su consentimiento al proyecto de boleta única.

Lo que refiero ocurrió en el segundo semestre de 2013. Los artífices de aquel proyecto eran, entonces, alumnos Colegio “Saint Exupery” de Concordia. Aquello no se convirtió en norma, desde luego, ya que sólo es de carácter enunciativo de parte del Senado Juvenil. “Puede llegar a convertirse en Ley si el senador ahora, o en un futuro, lo propone”, había dicho el docente asesor en aquel entonces.

Está claro que el ahora candidato a intendente de Concordia por el “Frente para la Victoria” nunca aprovechó y le dio impulso a ese documento de base que le habían legado los jóvenes de su ciudad. Las listas sábanas siguieron ocupando grandes espacios en las escuelas, durante las primarias que acabamos de pasar.

Cajoneo

“Sistemáticamente el oficialismo ha cajoneado cada intento por modificar el sistema de emitir sufragios en Entre Ríos”, confía una colega de la capital provincial. A continuación, un breve repaso a los intentos sin éxito, según recopilación publicada por el sitio Recinto Net:

- 2010: la ex diputada provincial Ana D´Angelo propuso implementar la boleta única, pero su idea quedó archivada.

- 2012: el diputado socialista Lisandro Viale (Paraná) también ingresó un proyecto de ley sobre este tema. Sugirió incorporar un sistema similar al que rige en Santa Fe. Seguí participando, le dijeron desde el urribarrismo.

- 2013: la entonces bustista Rosario Romero (hoy del FpV-Paraná) también promovió un proyecto de ley para ir hacia la Boleta Única. Fue en junio. Ni siquiera fue estudiado en comisión.

- 2014: en agosto, el diputado provincial Jorge Monge (UCR-Diamante), insistió con la boleta única. Planteó su incorporación gradual. También fue cajoneado.

- 2015: el diputado Enrique Fontanetto (EAE-Paraná), en julio pasado, volvió a la carga con la boleta única, pero en su versión electrónica. Acceso denegado.

¿Por qué no analizar en el ámbito legislativo formas más modernas de sufragar? ¿Qué impide buscar alternativas superadoras del vetusto sistema actual? ¿Por qué no contemplar sugerencias de jóvenes más conectados con las nuevas tecnologías como los estudiantes que estuvieron en el Senado Juvenil? ¿Cómo no adoptar herramientas efectivas, por su celeridad y simpleza, que poseen ámbitos como los bancarios, comerciales y del Estado, entre otros?

El reclamo del secretario

Sus jóvenes 31 años acreditan que creció al compás del más vertiginoso avance de la tecnología aplicada al uso doméstico, de acceso masivo. Sus 3 años y 8 meses como secretario de la Cámara Alta entrerriano le dan margen para considerarlo un conocedor de lo acontecido allí durante el segundo mandato de su padre.

En el contexto festivo del triunfo (¡es jueves y aún no sabemos por cuánto y con qué porcentaje!) del “bendecido” Enrique Cresto en la interna concordiense del “Frente para la Victoria”, Mauro Urribarri salió al encuentro con los medios preocupado en otros menesteres electorales. “Tenemos que trabajar para que el vecino no espere tanto”, lanzó.

Y dijo más, en diálogo con el móvil de Oíd Mortales Radio, “con muchísima prudencia, sin apurarse y bien organizados, hay que plantear un debate. Tenemos que ponernos a pensar cómo hacer para que el vecino de Entre Ríos tenga un proceso electoral más ágil que el que tuvo hoy (9 de agosto de 2015)”.

Sabias palabras, aunque tardías en alguien del que se desconocen intenciones similares a éstas en su “gestión” de secretario. Tampoco su padre le puso empeño en que ese debate se realizase. Fue necesario, en consecuencia, probar una vez más de una medicina vencida que no solo ya no cura, sino que enferma de otros males (demoras, enojos, recuentos interminables, denuncias de robo y sospechas de fraude, entre otros).

“Jóvenes, pero no tontos” es el título de la columna que con pasión y constancia escribe cada semana Agustina Quiroga. Palabras precisas para definir a esos estudiantes que, en el año que votaron por primera vez, se animaron a enseñarnos y defender parlamentariamente un proyecto que, siendo o no el mejor (aquí dejo el debate abierto a las argumentaciones de verdaderos estudiosos del tema), pide a gritos seguir un camino: el de las alternativas mejores, superadoras, ágiles y acordes a los tiempos tecnológicos del siglo XXI.

Enviá tu comentario