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Los condenados en la causa Embrujo
Los condenados en la causa Embrujo
Los condenados en la causa Embrujo
“Fue lo más suave que le gritó un grupo de afiliados de la Asociación de Trabajadores del Estado a los imputados de la causa El Embrujo, que salían esposados de la Oficina Judicial de Rawson, tras la condena en fallo unánime de los jueces Alejandro Soñís, Ricardo Rolón y Marcela Pérez. El jueves a las 8.30 se discutirán las penas.

Diez de los 12 acusados fueron condenados por lavado y auto-lavado de activos, enriquecimiento y asociación ilícita, negociaciones incompatibles con la función pública y fraude al Estado.” Eso es lo medular de la crónica periodística que daba el tribunal que los juzgaba a la salida de los condenados, en lo que se afirma debe ser considerado como lo que se califica, erróneamente, como “el primer fallo sobre lavado de activos en el país”.

Y decimos erróneamente, porque no se trata de lavado de dinero, sino de lo que se conoce en los medios judiciales como “el delito presente” consistente en hechos de corrupción cometidos por integrantes de una de las tantas patrias que tenemos, todas signadas por una calificación negativa, la que en este caso es la de “la patria cleptocrática”

Como detalle anecdótico cabría señalar que a continuación de la transcripción de esa información por un portal santacruceño, aparecía un aviso de propaganda del Frente de Todos, lleno de la sonrisa de los Fernández.

Pero en este caso al menos, se trató de una fortuita coincidencia, ya que la provincia de Chubut, que estaba gobernada por Mario Das Neves, fallecido éste fue sucedido en el cargo por su vicegobernador Arcioni, quien acaba de ser reelecto. Ambos pertenecían a una de las líneas locales del justicialismo, socios de Sergio Massa, y férreos contrincantes –vacilamos de mencionarlos como adversarios o enemigos, porque la experiencia nos enseña que en el justicialismo todos terminan sino de amigarse, al menos de amucharse- Das Neves, Arcioni y Compañía, no Massa, porque de él nunca se sabe.

Cabe señalar que en el banquillo de los acusados –y luego condenados- es totalmente verosímil que también hubiera estado Das Neves de no haber fallecido antes de que se hubiera producido “el destape”. Aunque también cabría indicar que fue precisamente su ausencia la que permitió que las maniobras de corrupción siguieran tapadas, dada su reconocida habilidad para actuar eficazmente con ese objeto.

A ese respecto no se puede dejar de recordar que en su momento, y durante la presidencia de Duhalde tuvo que renunciar, como consecuencia de su participación en maniobras poco claras, en un organismo que como es sabido abre la posibilidad para toda clase de “chanchuyos”.

Mientras tanto es porque precisamente entre quienes acaban de ser condenados en los tribunales de Rawson, se encuentran algunos de los más conspicuos colaboradores de Das Neves en su paso por la Aduana.

En tanto no se puede dejar de señalar que Chubut es una provincia rica en recursos naturales, especialmente petrolíferos y gasíferos, que constituyen terreno fértil para que surjan negocios en los que la corrupción se haga presente. Y es precisamente a esa situación especialísima, a la que apuntaron las sospechas de que había “algo raro” en los contratos de concesión petrolera con una duración de hasta cuarenta años con grandes empresas del sector con sus sedes instaladas en los Estados Unidos.

Claro es que esa cuestión no puede ya inquietar a Das Neves. Por el que su caso es un mentís de la antiquísima afirmación que los dioses llaman a su lado a los jóvenes privilegiados por ese llamado, cuya única explicación reside en el hecho que están deseosos de tenerlos casi de inmediato a su lado. No es ese el caso de Das Neves, ya que cuando fue llamado había dejado atrás ya muchos años su juventud, pero de cualquier modo fue un afortunado, porque en sus casos los lo convocaron justo a tiempo.

Es que al irse dejó, a pesar de ser el suyo un gobierno bendecido con la afluencia generosa de recursos financiero, como consecuencia de las regalías petroleras, con independencia de otros de parecida magnitud, dejó un gobierno quebrado a cargo –es esto una manera de decir- de una sociedad desquiciada.

Quebrado el gobierno porque con sus arcas vacías, necesita el auxilio federal para pagar los sueldos, sin contar los demás gastos corrientes necesarios para su funcionamiento. Sin contar el hecho que ese mismo gobierno tiene que enfrentar una enorme deuda, la mayor parte de ella en moneda extranjera, que en las condiciones actuales resulta impagable.

Un gobierno quebrado, hace imposible que no asistamos a la presencia de una sociedad desquiciada. Aunque ello llega a extremos pocas veces visto, fuera del caso de Santa Cruz, la que con una crisis de menor cuantía, gracias a un fuerte ajuste en los gastos y el auxilio del gobierno nacional le permitió a la gobernadora Alicia Kirchner comenzar a poner las cosas en caja.

Porque aquí también se hicieron presentes los habituales paros docentes, nada más que por un periodo cuya duración debería llevar a que se diera por perdido el año de clases. Pero que vino en este caso acompañado con el incendio parcial de la casa de gobierno y otros edificios públicos. A los que se sumaba el corte de rutas por maestros y empleados públicos que ponía en peligro la actividad petrolera, con la consecuencia de una caída en el pago de regalías a una provincia fundida y la suspensión forzada de los trabajadores petroleros. Hasta que estos tomaron las cosas en sus manos y dejaron las rutas sin piquetes. Lo que no impidió que a renglón seguido esos mismos trabajadores petroleros se trenzaran en una trifulca de bravos con trabajadores de la construcción por lo que es de suponer los motivos de siempre.

Afortunadamente no hemos llegado entre nosotros a esa esa situación, en gran medida gracias a la gestión de nuestro gobernador, pero no podemos olvidar el levantamiento policial en Concordia, que concluyó con un acuerdo celebrado ante testigos calificados, incumplido y la existencia de funcionarios y exfuncionarios públicos provinciales sometidos a juicios en sede penal.

Pero en realidad todo lo aquí escrito no apunta en realidad ni a Das Neves ni a sus compañeros, ya que si la situación que ellos han contribuido a conformar, no está en juego nada personal a nuestro respecto la consideramos ilustrativa, pero no es la que realmente podemos destacar.

Sino partiendo del presupuesto que en el grupo de presos, que no es lo mismo que decir presos políticos como más de una vez lo hemos recalcado, había unos cuantos que con casi seguridad habrían votado al partido del que ellos fueron candidatos – lo que seguramente volverá a ocurrir- con la posibilidad de que no solo habrían votado “chorros”, sino que lo seguirán haciendo (¡¡!!)

Algo de no creer, y mucho más difícil de entender.

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