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Preocupa en Entre Ríos la falta de algunas de las vacunas existentes en el calendario obligatorio vigente. La entrada al vacunatorio del Hospital San Benjamín advierte estos días que no hay dosis contra el meningococo ni la fiebre amarilla, y que tampoco cuentan con la vacuna necesaria para el ingreso escolar.

Desde el Ministerio de Salud provincial advierten que esta situación “es producto de que Nación no está garantizando la provisión normal. Se está distribuyendo a modo de goteo y a raíz de ello actualmente hay faltantes de Sabin, Meningo, algunas gamma globulina, antigripales y triple bacteriana”.

“Entendiendo a la vacunación como la estrategia de atención primaria más importante de cualquier política sanitaria, garantizar entonces que el esquema de inmunización se efectivice en tiempo y forma resulta indispensable. Sin embargo, en la actualidad, lo desarticulado en la entrega regular de vacunas por parte de Nación, se viene gradualmente agravando y ya comienza a hacerse sentir su efecto en nuestra provincia como en tantas otras”, comentan.

El principal problema parece radicar en que “la operatividad central del sistema de vacunación en nuestro país es privativo de Nación”. Explican que “su recorrido comienza en julio de cada año cuando las provincias argentinas elevan sus respectivas programaciones que tendrán efecto al año siguiente. Planillas en mano, Nación hace la compra y luego la distribuye a las respectivas provincias. En un paso siguiente, los estados provinciales la reparten en sus vacunatorios, que en Entre Ríos son más de 360”.

“Las provincias quedan a expensas de una situación que las supera producto de que por ley no pueden salir a comprar vacunas por su cuenta y como consecuencia de ello todo queda reducido a agilizar de modo permanente el reclamo ante las autoridades de la Secretaría de Salud de la Nación”, sostienen desde la cartera de Salud entrerriana.

A su vez, desde el gobierno de Entre Ríos se cargó las tintas en la decisión de Mauricio Macri de bajar de rango al otrora Ministerio de Salud de Nación y convertirlo en Secretaría. “Refleja un desmerecimiento institucional en el caso concreto del sistema de inmunizaciones; de modo tal que la Dirección a cargo de inmunizaciones pasó de nivel I a II con todo lo que ello implica a la hora de merituar la capacidad de resolución”.

“Actualmente, la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DICEI), sufre la misma tortura que viene padeciendo toda la estructura del entonces Ministerio de Salud, hoy avenido a Secretaría de Estado profundizando, en lo que hace específicamente a vacunas, una problemática que comenzó a hacerse notar allá por el 2016 y llego a su pico de alerta durante 2018. Con el agravante de que el 2019, ya viene mostrándose como parte de una continuidad semejante”, agregan.

“El calendario nacional tiene 21 vacunas y 7 más, circulan por fuera de esa programación. Desde Nación, se aduce con alguna razón, que el problema a veces se genera en la lenta respuesta de los laboratorios o inconvenientes en las aduanas. El resto del problema surge evidentemente, de un desaliento en las prioridades de gestión”.

“Entre Ríos tiene un escenario de vacunación donde se colocan más de un millón de dosis por año. La dinámica de estas entregas caracterizadas por su irregularidad en cuanto a su flujo de distribución, hace que en circunstancias las vacunas pasen de faltantes a existentes o viceversa casi al mismo tiempo, de modo tal, que termina generando distorsiones en la programación provincial anual. Todo lo cual, concluye en el natural reclamo de la gente que concurriendo a los vacunatorios provinciales tiene un no como respuesta”, dicen las autoridades de Salud de nuestra provincia.

Para finalizar con un fuerte tono crítico: “Ante la demanda de la provincia a Nación en cuanto a la necesidad de una respuesta seria y efectiva surgen muchas más vaguedades que precisiones. Y así, de ese modo, el problema, se dilata en el tiempo y se agrava en su concepción. Y entonces, deja de tener razón el hecho de que el estado debería reafirmar la vacunación como una política de estado sustancial. Y, en consecuencia el programa de inmunización debería emerger como un bien social que establezca la prevalencia de la salud pública por sobre el interés particular manteniendo claro, el natural estatus de gratuita y obligatoria pero no sucede, generando como consecuencia un laberinto de preocupantes incertidumbres”.
Importancia de las vacunas en el ingreso escolar
Muy cerca de comenzar las clases, intranquiliza la posibilidad de que no sean suficientes las dosis de las vacunas necesarias entre los 5 y 6 años para el ingreso escolar. Ellas son: Poliomielitis (segundo refuerzo. Se aplica por vía oral), Triple viral SRP (segunda dosis) y Triple bacteriana celular (segundo refuerzo).

“A esta edad, niños y niñas entran en contacto con más personas, lo que los expone a más enfermedades. Las vacunas ayudan a prevenir algunas de ellas”, anuncian desde la propia secretaria.

“Las vacunas que deben recibir en esta etapa refuerzan la protección contra enfermedades contra las cuales ya habían sido vacunados durante los primeros meses de vida, pero son indispensables para mantener una protección duradera. No solo previenen o evitan la transmisión de enfermedades no eliminables (por ejemplo, la tos convulsa, el tétanos y la difteria) y de algunas que por lo general son benignas, (como las paperas), sino que son claves para mantener a nuestro país libre de enfermedades muy serias, como el sarampión, la rubéola y la poliomielitis”.

“Al vacunar a nuestros hijos contra esas enfermedades, disminuye su circulación, con lo que beneficiamos también a la familia, a los compañeros que tienen contraindicaciones para vacunarse y al resto de la comunidad”, aseguran, dejando en evidencia una situación que no se debería estar dando en ningún punto de la Argentina.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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