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El 16 de diciembre de 1951, a través de las páginas del The New York Times, el filósofo Bertrand Russell (1872-1970) publicó los diez mandamientos para lograr vivir en una democracia.

Convencido estaba Russell que la democracia liberal era la mejor solución para escapar de la frecuente oscilación entre la tiranía (que suele tener un rasgo emocional) y la anarquía (que mina toda estabilidad), sin comprometer más restricciones que las necesarias para la preservación de la comunidad.

Definía al liberalismo como la mejor respuesta a todo fanatismo, como una calma búsqueda de la verdad y no como un credo sino como una "disposición”, la cual se opone a todo credo. La actitud liberal no dice que uno debe oponerse a la autoridad, sino que uno es libre si desea oponerse a la misma, lo cual es diferente.

La esencia de la perspectiva liberal en el ámbito intelectual es la creencia que una discusión libre de prejuicios es una cosa útil y que los hombres deben ser libres para poner en duda cualquier cosa, si es que pueden apoyarse en argumentos sólidos. En un régimen liberal se abogará por ciertos límites para ejercer la autoridad, y que esos se mantengan no solo cuando la autoridad sostiene un credo con el cual discrepa, sino también cuando va a apoyar uno con el cual está en completo acuerdo.

Y si se reconocía como un creyente en la democracia, no le gustaban aquellos sistemas que hacen obligatoria esta creencia. He aquí sus diez mandamientos, que considera un complemento al pensamiento liberal.

1. No te sientas absolutamente cierto de algo.

2. No pienses que es valioso generar creencias si se ocultan evidencias, porque las evidencias saldrán a la luz.

3. Nunca trates de desalentar el pensamiento, pues seguramente lo lograrás.

4. Cuando encuentras oposición, sea ya en tu esposa o en tus hijos, esfuérzate de vencerla con argumentos y no con autoridad, porque la victoria que descansa sobre la autoridad es ilusoria.

5. No respetes la autoridad de los otros, siempre habrá otras? autoridades que encontrar.

6. No uses el poder para acallar opiniones que consideras peligrosas, si lo haces estas opiniones te aplastarán.

7. No temas que tus opiniones sean excéntricas, pues todas las opiniones aceptadas fueron excéntricas alguna vez.

8. Encuentra más placer en el disenso inteligente que en el acuerdo dócil o pasivo, pues si das crédito a la inteligencia como debieras, el primero será un acuerdo más profundo que el segundo.

9. Sé escrupulosamente veraz, aunque la verdad sea inconveniente, pues será más inconveniente si tratas de ocultarla.

10. No envidies la felicidad de aquellos que viven en el paraíso de los tontos, porque solo los tontos pueden pensar que eso es la felicidad.

Nota del traductor

Tanta fe en la inteligencia, en un disenso lúcido y calmo, en la exigencia de la veracidad, quizá explique por qué países democráticos son pocos, y en muchos no más que una ensoñación transitoria.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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