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La legitimidad de los legisladores sean nacionales, provinciales y locales está a flor de piel, marcada esencialmente por la ficción institucional de que representan al pueblo, un pueblo que desconoce en casi su totalidad a los legisladores, y en el caso de conocerlos esto para nada se traduce en intención de votos.

Muchos- por no decir casi todos, ya que hay excepciones- logran entrar por medio del sistema de listas sábanas, un sistema arcaico, vetusto y que sólo logra disciplinar en el mejor de los casos a un grupo de obsecuentes, que le deben obediencia al dueño de la lapicera que tiene en sus manos la conformación de las listas.

Con el debate del aborto, y en la lectura casi sin límites de opiniones sobre la temática, una de las más interesantes fue la del constitucionalista santafesino Domingo Rondina- otrora profesor mío hace muchos años y uno de los responsables de mi afición por el derecho público- quien en uno de sus posteos decía “Ciciliani: "Si Contigiani vota contra la ley del aborto, debería renunciar" https://t.co/H8KAJXE0xo vía @ellitoral Lo venimos diciendo: usurpar un bloque y no cumplir con la plataforma electoral es un delito electoral”.

Luego en otro posteo hacía mención a una carta escrita por varios intelectuales en el mismo sentido, mencionando al menos dos que respeto y sigo mucho como son Roberto Gargarella y Beatriz Sarlo.

Un medio digital de Rosario copiaba parte de la misma, siendo lo más sustancial lo siguiente “Solicitamos a ustedes que, en caso de persistir en su posición, se solicite al diputado Contigiani su renuncia a la banca con anterioridad a la sesión del próximo 13 de junio y, en caso de no acceder éste a la misma, se disuelva el Bloque Partido Socialista previamente a la votación", dice la carta. (https://www.rosarioplus.com/ensacoycorbata/Carta-de-intelectuales-a-Lifschitz-y-Bonfatti-para-que-le-pidan-la-renuncia-a-Contigiani-20180609-0008.html)

El meollo del asunto era justamente este Diputado que había llegado a través del Frente Cívico y Social, y no pensaba acompañar el proyecto de ley que se debatía en Diputados, cuando en la plataforma electoral del partido socialista, y de la campaña en la cual fue elegido, estaba el tema del aborto, es más seamos claros en el partido socialista siempre estuvo presente este tema.

Interesado en este tema entrevisté a Domingo Rondina – la entrevista completa será transmitirá este domingo en el programa “ Antes que termine el día”, que se transmite por Oid Mortales Radio 88.9 de la ciudad de Concordia, de 22 a 24) – sobre justamente esta situación de los borocotó. Aquellos legisladores que llegan al cargo desde un espacio político y luego por diversas razones se separan, arman un bloque nuevo, uno unipersonal o se fusionan con otros.

El nombre de la columna es en homenaje al reconocido médico, que se cambió de espacio político en un abrir y cerrar de ojos, ante el desconcierto de todos y en especial de quienes le confiaron el voto.

Rondina nos decía justamente que los legisladores son elegidos siempre y cuando vayan por el sistema de partidos políticos, es decir uno no puede ser elegido sino es postulado por un partido, y en esto nos recordaba los precedentes de la Corte Suprema de Justicia al respecto.

Creo conveniente recordar algunos de los artículos de nuestra Constitución Nacional y provincial, uno de ellos es el incorporado tras la reforma de 1994 “Artículo 38.- Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático. Su creación y el ejercicio de sus actividades son libres dentro del respeto a esta Constitución, la que garantiza su organización y funcionamiento democráticos, la representación de las minorías, la competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos, el acceso a la información pública y la difusión de sus ideas. El Estado contribuye al sostenimiento económico de sus actividades y de la capacitación de sus dirigentes. Los partidos políticos deberán dar publicidad del origen y destino de sus fondos y patrimonio”.

Ahora nuestra Constitución entrerriana reformada hace 10 años “Artículo 29º Todos los ciudadanos tienen el derecho de asociarse libremente en partidos políticos. Se reconoce y garantiza la existencia de aquellos en cuya organización y funcionamiento se observen: la democracia interna, la adecuada y proporcional representación de las minorías y demás principios constitucionales. Son instituciones fundamentales del sistema democrático, concurren a la formación y expresión de la voluntad política del pueblo, son instrumentos de participación ciudadana, formulación de la política e integración del gobierno. Sólo a ellas compete postular candidatos para cargos públicos electivos. La Provincia contribuye a sostenerlos mediante un fondo partidario permanente. Los partidos políticos destinarán parte de los aportes públicos que reciban a actividades de capacitación e investigación, debiendo rendir cuentas periódicamente del origen y destino de sus fondos y de su patrimonio. Tendrán libre e igualitaria difusión de sus propuestas electorales a través de los medios de comunicación social. Una ley establecerá los límites de gastos y duración de las campañas publicitarias electorales. El gobierno, durante el desarrollo de éstas, no podrá realizar propaganda institucional que tienda a inducir el voto”.

Teniendo en claro el rol protagónico de los partidos políticos, nos debemos preguntar si no estamos frente a la prostitución partidaria, donde se arman partidos sólo con fines electorales, y aquellos partidos tradicionales son abusados una y otra vez.

Pero una vez que tenemos en claro la función de los partidos, nos damos cuenta que aquellos legisladores en realidad y en términos concretos deberían renunciar a su banca cuando no se sientan parte del partido- justamente porque estos engloban la voluntad popular mediante el voto- , pero ante el vacío normativo, es tiempo de legislar sobre las sanciones que deberían tener aquellos legisladores que se creen dueño de las bancas.

Aunque es utópico que los mismos legisladores comiencen a regularse así mismo, porque justamente en estos temas prima el corporativismo, como en tantos temas más.

La democracia necesita sanearse, por eso es necesaria la reforma política, y brindar más y mejor legitimidad a todos nuestros representantes, de lo contrario la división de poderes es sólo simple retorica.

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