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La bibliografía es abundante e innumerables son los escritos y modelos para la definición de estrategias y de planificación estratégica.

En el año 544 AC, el filósofo y militar chino Sun Tzu escribía el conocido libro “El Arte de la Guerra”, que a pesar del tiempo transcurrido sigue siendo un excelente material de apoyo y aprendizaje para la formulación de una estrategia, aplicable a las organizaciones, a la política, a los deportes, entre otros campos. Sus 11 principios nos permiten reflexionar acerca del diseño de una buena estrategia.

En este sentido, es necesario diferenciar la estrategia de la planificación estratégica que suele entremezclarse con frecuencia en sus formulaciones.

Para las organizaciones, sean estas con o sin fines de lucro, la Estrategia es, como generar o crear valor sostenible para los afectados y/o interesados, atemporal y modificable según las distintas circunstancias y elementos que la afecten, en tanto que la Planificación Estratégica se refiere a los planes de acción, definición de objetivos, seguimiento y evaluación de resultados, responsables, recursos necesarios, acotados a determinados períodos, 1 – 3 – 5 años para hacer realizable la estrategia definida.

Entre los diversos modelos o metodologías para la definición de una estrategia podemos mencionar “El análisis de las 5 fuerzas” de Michael Porter, y una definición contundente del mismo autor que no debemos subestimar:

“La esencia de la Estrategia es decidir lo que no hay que hacer”

Otro modelo a considerar es el McKinsey 7 S que contempla 7 factores básicos para que una organización funcione.

También son de gran utilidad herramientas de análisis como el conocido FODA (Fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) o el análisis PESTEL (Político, Económico, Social/Cultural, Tecnológico, Ecológico y Legal).

Todos estos modelos y herramientas de análisis están disponibles en abundantes bibliografías y trabajos de campo en los distintos ámbitos de la sociedad en su conjunto.

El desarrollo en detalle de cada uno de ellos requiere un espacio que excede el objetivo de esta columna por lo que me referiré en esta oportunidad a un elemento necesario para la formulación de una planificación estratégica exitosa y en particular en estos tiempos caracterizados por su vulnerabilidad; me refiero al análisis de escenarios posibles.

El objetivo del análisis de escenarios es evaluar posibles eventos futuros para contemplarlos en el diseño de una estrategia y de la planificación.

En este sentido, es presumiblemente el mayor desafío que enfrentamos; lo es en los países reconocidos por sus indicadores de estabilidad, tanto económica como política, con datos cualitativos y cuantitativos reales; mucho más lo es entonces en países como el nuestro.

No es definir el futuro, de hecho no sería posible, no obstante es indispensable imaginar respuestas a “que pasaría si…”

En la definición de esos posibles escenarios nos encontraremos con algunas certezas sustentadas por datos y experiencias anteriores y por incertidumbres que pueden acontecer y que impactarán de modo no claramente previsible pero que permiten diseñar potenciales respuestas.

Entre las certezas y las incertidumbres no podemos dejar de considerar los llamados CISNES NEGROS.

Son aquellos acontecimientos o hechos de impactos y efectos extremos, a priori altamente improbables, pero que suceden sin previo aviso, no tienen precedentes y en consecuencia son muy difícil de amortiguar o paliar.

Algunos ejemplos para mencionar:

- La caída del Muro de Berlín

- El colapso inmobiliario del año 2008 en EE UU y parte de Europa

- El atentado del 11 de Septiembre del 2001

- La pandemia COVID 19 que estamos transitando por estos tiempos

Sin dudas este proceso de análisis estimula la creatividad y la mirada por sobre los límites preestablecidos y también la capacidad de tolerancia y frustración.

Los llamados CISNES NEGROS impactan al mundo sin excepción en toda situación y circunstancia.

Como cierre de esta columna los invito a reflexionar sobre la cantidad de Cisnes Negros adicionales que los argentinos debemos sufrir desde hace décadas y que nos han llevado al estado actual. En especial el sector privado.

Algunos de ellos para la reflexión:

Justicia, Educación, Corrupción, Devaluación, Cepo Cambiario, Impuestos, Inflación, Seguridad…

¿Será por eso que en estos tiempos algunos se justifican para no planificar?
Fuente: El Entre Ríos

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