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Espacio público en recuperación, en Colón
Espacio público en recuperación, en Colón
Espacio público en recuperación, en Colón
La Municipalidad de Colón, con su iniciativa de establecer una suerte de “patios públicos vecinales”, ha dado un importante paso, por más que cupiera considerarlo modesto, en la recuperación –más correctamente habría que decir restauración- del cada vez menor espacio público urbano.

Algo indispensable para el contacto “en situación de ocio de los vecinos, con sus consecuencias saludables en lo que respecta a la interacción y socialización. No en balde ya en la antigua Grecia el “ágora” era un elemento fundamental de la “polis”, donde cumplía un papel de integración, que alcanzaba lo que ahora conocemos como lo político. Precisamente por esa tradición más que milenaria, las ciudades a lo largo de la historia se formaron en torno a lo que de una manera genérica, aunque seguramente no siempre correcto, era conocido como la ““plaza mayor”, eje de lo que hoy llamaríamos el “centro cívico”. El crecimiento que acusaban esas poblaciones urbanas, hizo que a esa plaza se sumaran otras dispersas en toda su planta, a lo que cabría agregar, no siempre, la apertura de parques y paseos. Es dentro de un desarrollo que en algún momento se volvió caótico, que se asistió al crecimiento urbano, con un desmanejo del suelo, el que no previó, y en consecuencia no llevó a cabo, la creación de más plazas y de los otros espacios señalados. Algo que ha llevado a que cada vez sea menor este tipo de espacios, en proporción a la extensión de los núcleos urbanos. Una situación que, en parte al menos, hubo un momento que fue suplida en muchos casos por la existencia de espacios baldíos, aptos para desarrollar actividades lúdicas; de donde su cada vez mayor escasez, haya hecho que no siempre se respetara el destino funcional de las calles.

De donde viene al caso transcribir las reflexiones de dos especialistas en el manejo del suelo, que extraemos de una de sus obras, en las que se señala lo que singue. Es que “en la medida que la ciudad se expande sustituye los ambientes naturales por ambientes artificiales, de tal manera que los primeros se constituyen en las zonas verdes, ahora más escasas, pero de un valor irremplazable, atendiendo a los servicios ambientales de apoyo relacionados con la calidad de vida de los grupos humanos que se asienten en forma densa. Las áreas verdes, los espacios arbolados, son una necesidad básica de toda urbe. Al constituir un elemento indispensable que aporta a la calidad de vida de los habitantes, el resguardo y la protección de los espacios verdes públicos (EVP) es de vital importancia. La mencionada calidad de vida puede abarcar un abanico de aspectos, que van desde la salud hasta el ocio, pasando por la seguridad. Por tanto, tener acceso a espacios verdes públicos tiende, cada día, a ser considerado como un derecho y es nuestro deber ciudadano, defenderlo. Una ciudad que no pueda ofrecer a sus vecinos suficiente cantidad de espacios verdes de calidad, proporcional al número de habitantes, y con acceso público y distribución homogénea, se convierte en un hábitat que va en detrimento de la calidad de vida”.

De lo expuesto remarcamos los conceptos de “espacios públicos verdes” en número adecuado, “arbolado” y “calidad de vida”. Tres objetivos que tantas veces las administraciones municipales ignoran, con la pasividad inexplicable del vecindario.
Fuente: El Entre Ríos

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