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Un reciente reporte elaborado por Antonio Lorenzo para el sitio español El Economista, da cuenta de la aceleración en la incorporación de la robótica a los procesos productivos y de servicios para salir de la crisis originada por el coronavirus. Los robots no necesitan mantener la distancia social, no se contagian del virus y tampoco contraen la enfermedad. Por eso muchas empresas comienzan a explorar esta vía como nuevo escenario de su fuerza laboral. ¿Se destruyen puestos de trabajo? ¿Se terminan algunos oficios para humanos? ¿Es una solución viable para empresas de América Latina? Algunas respuestas en este informe.
La victoria de los robots
Los mecanismos automatizados guiados por comandos digitales y software no necesariamente adoptan formas humanoides. Sin embargo, su participación creciente en sectores de la industria se ha visto acelerada por la crisis provocada por el coronavirus. a diferencia de las plantas frigoríficas vacías por la falta de operario, muchas automotrices y cadenas de ensamble han vuelto a operar con máquinas que no se contagian del virus, que no necesitan tomar distancia ni limitan a 8 horas su jornada de trabajo. Varios especialistas del sector de alta tecnología aseguran que “La robótica saldrá muy fortalecida de la crisis del coronavirus”. Y los argumentos parecen darles la razón. Richard Baldwin acaba de publicar una nota muy interesante en la que argumenta que “Covid ha cambiado el futuro del trabajo a través de cuatro choques”:

- pérdidas masivas de trabajo,
- transformaciones digitales masivas,
- cargas masivas de deuda y
- costos masivos de espacio de oficina socialmente distanciado.

En esta nueva Era, los robots no demorarán mucho tiempo en adueñarse de actividades hoy consideradas de riesgo como el transporte de mercaderías con camiones no tripulados; drones para tareas de vigilancia y delivery de cortas distancias; o artefactos tecnológicos automáticos para tareas de desinfección.

En Europa se estima que más de tres millones de robots son parte de la salida de la crisis, con riesgo cero frente al virus de la pandemia y con una lista de beneficios sobre el trabajo humano difícil de desacreditar.
5 razones para robotizar
Un robot programado para cumplir alguna tarea mecánica y repetitiva no tiene nada que añorar al trabajo humano. Está programados para cumplir su función sin cansarse ni protestar. Extienden sus actividades a las 24 horas del día, no necesitan descanso ni distancia social y no cobran aguinaldo ni vacaciones.

Frente a las nuevas condiciones que se avizoran por la permanencia del coronavirus, los robots suman otras ventajas:

- no necesitan vacuna ni plasma con anticuerpos para defenderse del contagio,
- no requieren barbijos
- no necesitan alcohol en gel
- no usan costosas prendas de aislamiento que incorporan algunas fábricas en estos tiempos, y
- no hace falta que cumplan ningún protocolo para trabajar cada día.

iIn duda que la barrera para su adopción masiva sigue siendo el costo de los robots, que todavía siguen siendo caros para el común de los sectores de actividad. De todos modos, la aceleración de la robotización ya muestra una baja en los valores para la adquisición y por el incremento de demanda surgido del entusiasmo que la idea está generando en amplios sectores industriales y empresarios.
Modelos para todos los gustos
Además de los torpes robots que ponen la tapa a una botella o meten un pollo en un cajón, también avanzan las implementaciones de Inteligencia Artificial (AI) que permite a las propias máquinas corregir sus errores y mejorar su eficiencia.

El proceso va acompañado de la irremediable instalación del teletrabajo para muchas actividades que ya comprobaron que pueden ahorrarse costosos alquileres de oficinas. También se suma el comercio electrónico que ha demostrado estar al alcance de usuarios poco entrenados en tecnología y no parecen justificar el alquiler de locales comerciales ni la atención del empleado detrás del mostrador.

En el sector de servicios, los robots siguen dos caminos: los más sofisticados (y hoy muy costosos) de aspecto humanoide que ya atienden un bar y llevan un pedido hasta la mesa; o los robots conversacionales conocidos como chatbots que ya suplen la atención telefónica en bancos, oficinas del Estado y otras empresas que los han incorporado.
Más robots, ¿menos empleo?
Más allá de las miradas apocalípticas asociadas a la destrucción de fuentes de empleo, la Federación Internacional de Robótica (IFR) emitió un documento que confirma la tendencia que el desarrollo de los robots no reducirá el empleo, al contrario de lo que se pudiera pensar. “La automatización no sustituye a los empleos, sino que aumentará la ocupación con puestos de nueva creación", explica Milton Guerry, presidente de la Federación Internacional de Robótica (IFR). Un ejemplo concreto es la industria automotriz estadounidense: entre 2013 y 2018, este sector incrementó los puestos de trabajo en un 22%, en el mismo período que se profundizó la robotización de las plantas automotrices.

Un nuevo tiempo parece consolidar estas postales. Un robot en la noria de un frigorífico avícola no es una imagen de ciencia ficción: está a la vuelta de la esquina y puede reemplazar de una sola vez los tres turnos de trabajo de los más de 100 trabajadores de cada frigorífico que se reparten en esa tarea a lo largo del día.

Por eso es importante que las ciudades de pequeña escala aceleren su proceso de adaptación a esta nueva realidad que, sin planificación previa, puede sacudir el mercado laboral a pesar que el mediano plazo asegure la creación de nuevos empleos.
Fuente: El Entre Ríos

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