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Así lo dice un viejo refrán, pero cabe ponerse en duda que siempre sea de esa manera. Es por eso que para cuestionar la verdad irrompible que cabría suponer que tiene ese aserto, se puede apelar a ese otro dicho irrefutable que se ha hecho carne entre nosotros, cual es que “la justicia tardía no es justicia”.

Consideraciones, las precedentes, que vienen al caso ante la información que el próximo 2 de octubre se abrirán los sobres de la licitación para la reconstrucción del sector de la “exruta” provincial 26 -habrá quienes estarán en condiciones de explicarnos acerca de por qué ese “ex” con olor a difunto, de algo que mientras exista tiene que tener un nombre que muestre que está vivo- que va desde la autovía, hasta el puente del arroyo El Doctor, ahora travestido en la más extensa cloaca a cielo abierto del Departamento Colón.

Hace casi tres quinquenios se repavimentó la misma “ex” 26, primero del lado de San José desde ese mismo arroyo y actual cloaca, hasta su intersección con el camino de acceso al Molino Forclaz y el arroyo Artalaz, obra que -en una muestra de curiosa tacañería- hizo que se alargara “un chiquitito” hasta Colón, el que no alcanzó para que en la ciudad se repavimentara la Avenida Presidente Perón hasta la Plaza Washington, donde terminaba originariamente la ruta.

Con una mezcla de enojo y resignada paciencia hemos reclamado una y otra vez, junto con las comunidades sanjosesina y colonense por esa reconstrucción, frente a la insensibilidad de las autoridades provinciales y la impericia de gestión de nuestros funcionarios “procuradores” ante aquéllas, cuales son jefes comunales y legisladores departamentales.

Mientras tanto, no se sabe si reír o llorar al leer el desarrollo de la información indicada, originada en la oficina de prensa oficial provincial. Un despliegue informativo que describe de una manera veraz y completa, las consecuencias de ese abandono.

Es así como, tal como tuvimos ocasión de insertarlo en una de nuestras ediciones anteriores, se señala que “ese tramo presenta un intenso tránsito con la circulación de alrededor de 14 mil vehículos diarios, a la vez que su urbanización crece constantemente, lo que va a permitir una mejor comunicación entre las distintas localidades con otros centros urbanos.

La actividad económica gira alrededor de la producción avícola, apícola y hortícola. La producción agrícola es compartida con espacios de ganadería para manufacturación de productos lácteos realizada por pequeños y medianos productores”.

“Además, las tareas brindarán una mayor seguridad vial y también colaborará en la parte turística, ya que el departamento se destaca por sus playas, sus actividades náuticas, complejos termales y la Fiesta de la Artesanía, entre otros”.

Mientras tanto, el que haya que haber esperado tanto tiempo frente a la incuria gubernamental, estando en conocimiento de todos los daños y perjuicios que para nuestras comunidades eran su consecuencia, todo ello para efectuar una reconstrucción de menos de cuatro kilómetros de ruta, a un costo que para el gobierno provincial, teniendo en cuenta el volumen de sus recursos es “menos que un vuelto”, produce -apelando a la lengua de nuestros viejos colonos- ni más ni menos que “pasmo”. Máxime si se tiene en cuenta que, mientras tanto, el gobierno provincial no se “privara de nada” a la hora de abrir la bolsa para que se construyeran estadios de fútbol o autódromos. Sin, por otra parte, referirnos a “otros gastos y desvíos” todavía mucho más cuestionables.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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