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Hoy se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Diabetes. Este año, la campaña se enfoca en el género femenino bajo el lema "Mujeres y diabetes, nuestro derecho a un futuro saludable".

La obesidad es uno de los principales factores desencadenantes de la diabetes y las Américas tiene más del doble de adultos obesos que el promedio mundial, con las mujeres como el grupo más afectado por el exceso de peso. La dieta saludable y la vida activa pueden poner un freno al avance de la obesidad y prevenir así la aparición de la diabetes, así como ayudar a controlarla.

La diabetes es una enfermedad crónica progresiva que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en la sangre. La diabetes tipo 2 – que representa la mayoría de los casos mundiales y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y a la inactividad física- está aumentando rápidamente en todo el mundo. Desde 1980, el número de personas con la enfermedad en la región se ha triplicado. Alrededor de 62 millones de adultos vivían con diabetes tipo 2 en 2014 en las Américas y unos 305.000 murieron por esta causa. Si no se toman medidas, se estima que para 2040 habrá más de 100 millones de adultos con esta enfermedad, que impacta en la calidad de vida al ser causante de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, ceguera, insuficiencia renal y amputación de miembros inferiores.

Nuestro derecho a un futuro sano


Las mujeres se ven desproporcionadamente afectadas por la obesidad en muchos países. Por esta razón, el tema del Día Mundial de la Diabetes 2017, que tiene lugar el 14 de noviembre impulsado por la Federación Internacional de Diabetes (FID), es: "Mujeres y diabetes, nuestro derecho a un futuro saludable".

En las Américas, la diabetes afecta tanto a mujeres como a hombres (8,4% en mujeres y 8,6% en hombres). Sin embargo, las mujeres presentan tasas más altas de obesidad(29,6% versus 24% en hombres).

Algunas investigaciones han demostrado que el aumento del índice de masa corporal se asocia con un mayor riesgo de sufrir diabetes, así como la obesidad abdominal se ha convertido en un factor predictivo fiable de sufrir esta enfermedad.

Durante el embarazo, las mujeres pueden desarrollar diabetes gestacional, que incrementa el riesgo de complicaciones. Además, la obesidad y la diabetes en las madres se han vinculado con una mayor propensión del niño a contraer la diabetes en la juventud.

"La región de las Américas tiene la mayor cantidad de niños obesos en el mundo, lo que quiere decir que tendremos más personas con enfermedades crónicas -como la diabetes- en el futuro", lamentó la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne. Sin embargo, estas enfermedades "son ampliamente prevenibles", dijo Etienne, y abogó por "el compromiso de todos para asegurar que los niños sean amamantados, eviten el consumo de alimentos altos en grasas, azúcar y sal, y realicen actividad física como una parte de su rutina diaria".

En el continente americano, las enfermedades no transmisibles, principalmente las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas, representan alrededor del 80% de todas las muertes, 35% de las cuales ocurren prematuramente en personas de 30 a 70 años. Por la magnitud del problema, los países del mundo se comprometieron a reducir en un tercio su mortalidad prematura para 2030, y a tomar acciones para combatir sus principales factores de riesgo: el consumo de tabaco, la dieta malsana, la inactividad física y el uso abusivo de alcohol.
Información difundida por la Federación Internacional de Diabetes (FID):

- En la actualidad, hay más de 199 millones de mujeres viviendo con diabetes, y se calcula que este total aumentará hasta los 313 millones para 2040. Los roles de género y las dinámicas de poder influyen sobre la vulnerabilidad ante la diabetes, afectan el acceso a los servicios sanitarios y las conductas de búsqueda de atención sanitaria de las mujeres e intensifican los efectos de la diabetes sobre las mujeres.

- La diabetes es la novena causa principal de muerte entre mujeres en todo el mundo, causando 2,1 millones de muertes cada año. Como resultado de las condiciones socioeconómicas, las niñas y mujeres con diabetes sufren barreras que dificultan el acceso asequible a la prevención, detección precoz, diagnóstico, tratamiento y atención de la diabetes, particularmente en países en vías de desarrollo.

- Las desigualdades socioeconómicas exponen a las mujeres a los principales factores de riesgo de la diabetes, los cuales incluyen una dieta y nutrición pobres, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo perjudicial del alcohol.

- Dos de cada cinco mujeres con diabetes se encuentran en edad reproductiva, más de 60 millones de mujeres en todo el mundo. Las mujeres con diabetes tienen más dificultades para concebir y pueden tener malos resultados en sus embarazos. Sin planificación preconcepcional, la diabetes tipo 1 y tipo 2 puede resultar en un riesgo significativamente más alto de mortalidad y morbilidad, tanto maternal como infantil.

- Aproximadamente uno de cada siete nacimientos se ve afectado por la diabetes gestacional (DMG), una amenaza grave e ignorada para la salud materna e infantil.

- Muchas mujeres con DMG sufren complicaciones relacionadas con el embarazo, incluyendo alta presión arterial, bebés con un peso elevado al nacer y partos difíciles. Un número importante de mujeres con DMG también desarrolla diabetes tipo 2, resultando en complicaciones y costes sanitarios adicionales.

- La estigmatización y discriminación que afrontan las personas con diabetes son particularmente pronunciadas en niñas y mujeres, las cuales arrastran una doble carga de discriminación, debido a su estado de salud y a las desigualdades perpetradas en sociedades dominadas por hombres. Estas desigualdades pueden disuadir a niñas y mujeres a buscar un diagnóstico y tratamiento, evitando que logren resultados sanitarios positivos.

Frenar el avance de la diabetes


El avance de la diabetes puede detenerse a través de una combinación de políticas fiscales, legislación, cambios en el medio ambiente y sensibilización a la población para modificar los factores de riesgo, entre ellos la obesidad y el sedentarismo.

Ejemplos de estas intervenciones incluyen impuestos a las bebidas azucaradas; prohibiciones a la publicidad de alimentos ultraprocesados para niños; etiquetado de alimentos en el frente del paquete; y la promoción de espacios recreativos seguros y accesibles para fomentar la vida activa. La dieta saludable y 30 minutos de actividad física moderada casi todos los días pueden reducir drásticamente el riesgo de desarrollar diabetes.

La OPS apoya a los países de la región en estos esfuerzos con el fin de minimizar el impacto de la diabetes y reducir la mortalidad prematura por diabetes, como parte de Plan de Acción Global para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles 2013-2020. Asimismo, ayuda a los países a adquirir medicamentos para tratar la diabetes a precios asequibles, reduciendo los costos asociados con el tratamiento de esta enfermedad crónica.

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