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Muchos santacruceños, dicho esto con el mayor de los respetos, parecen haber sido clonados. Porque dan cuenta del mismo perfil. Nacidos y criados, en el sur, el frío y el viento. Conocer a alguien de la familia Kirchner, con el que estableció en algún momento -algunos desde la más tierna infancia- una estrecha relación, no necesariamente de amistad. Haber nacido pobre, y hasta muy pobre, y haberse vuelto de repente rico y cada vez más rico.

Algún lector, que no tiene para llegar a esa conclusión que ser demasiado perspicaz, habrá pensado al leer lo que acabamos de escribir en Lázaro Báez. O en Cristóbal López. Pero si bien ha estado bien rumbeado, ha pasado por alto que, luego de la conquista del gobierno nacional por los santacruceños, junto a ese fenómeno se produjo una clonación serial, de manera que han aparecido personas que a pesar de tener distintos rasgos físicos, resultan calcados en su forma de actuar.

Clonación serial que ignoramos a cuantos individuos alcanza. Aunque tenemos la certeza de que no han de ser pocos, si se tiene en cuenta que todos los días nos despertamos con la sorpresa de la noticia de un nuevo ejemplar.

Es así como nos desayunamos recién ahora de la existencia de Mario Cifuentes, cuya empresa madre es OPS, los clonados parecen tener una inclinación obsesiva a clonar empresas, quien a pesar de estar ya en la mira periodística, sería un nuevo concurrente a Tribunales.

Cifuentes es amigo de la infancia en Caleta Olivia, del exsenador K de Santa Cruz, Nicolás Fernández. En el 2003, Cifuentes creó la empresa de servicios petroleros OPS que de facturar 0 pesos, con su denominación original, pasó a facturar más de 100 millones de pesos por año. Su principal facturación fue por contratos con YPF, Vialidad Nacional y los gobiernos de Río Negro y Neuquén, gracias a sus contactos K. Entre 2008 y 2014 su patrimonio creció el 2480%, parte de su fortuna la tiene en España. A la península ibérica viajó más de 50 veces y la mayoría de los viajes los hizo tras la muerte de Néstor Kirchner en octubre del 2010. Pero en 2015, OPS abrió un concurso preventivo y se estima que le “debe 800 millones de pesos a la Afip (Administración Federal de Ingresos Públicos) y otros acreedores”.

El concurso lo tiene la jueza comercial de la Capital Federal, Vivian Fernández, quien el año pasado había determinado que tenía una deuda impositiva de unos 500 millones de pesos y una previsional de 150 millones. Si a esta cifra se le suman la deuda con acreedores privados, “se llega a 800 millones”.

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