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Entre Ríos, en el puesto 17
Entre Ríos, en el puesto 17
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Un detallado informe de la consultora 1816 da cuenta del deterioro relativo y absoluto de la posición fiscal entrerriana

Analizar los números fiscales de la Nación es un trabajo engorroso. Analizar los de alguna provincia lo es más aún, pues no siempre la información está tan fácilmente disponible. Más arduo aún resulta comparar los números fiscales de todas las provincias, pues la metodología de presentación de las cifras no siempre es homogénea.

De esta trabajosa tarea se ocupa un informe reciente de la joven (por su corta historia y por la edad de sus socios) e independiente “1816”, una consultora especializada en economía y estrategia financiera. Esta semana, la consultora publicó su “Informe Fiscal – Provincias” con datos al cuarto trimestre de 2019. Del Informe se desprenden algunas conclusiones interesantes respecto del conjunto de distritos, y en particular respecto de la posición fiscal de la provincia de Entre Ríos.

El Informe comienza dando cuenta de que el conjunto de 24 jurisdicciones registró en 2019 un superávit fiscal primario de más de 35 mil millones de pesos – 14 de los 24 distritos generaron superávit primario en el año. Sin embargo, luego de computar el costo de los intereses, el superávit se convierte en un déficit de más de 136 mil millones de pesos para el conjunto.

La consultora ahonda en la composición de los ingresos y los gastos por provincia. Del análisis de los datos correspondientes a Entre Ríos se desprenden algunas observaciones interesantes:

1) Los números de la provincia son bastante peores a los del promedio nacional. Sólo cuatro provincias tuvieron un resultado primario peor: Entre Ríos reportó un déficit primario de 3,8% de los ingresos; su resultado financiero alcanzó a 6,6% de los ingresos totales.

2) Respecto de cómo se componen los ingresos, el 65,9% provienen de impuestos nacionales (10 provincias dependen aún más de la Nación para solventar sus gastos).

3) La composición de los ingresos también es llamativa: Entre Ríos tiene la menor proporción de ingresos derivados del Impuesto a los Ingresos Brutos, pero al mismo tiempo ostenta la mayor proporción derivada del Impuesto Inmobiliario.

4) Respecto de cómo se gastan los recursos, Entre Ríos es la segunda provincia (detrás de Chubut) que mayor proporción del gasto destina a “Personal”: el 63,5% del gasto total. Esta elevada proporción provoca que, por oposición, el gasto de capital (es decir, la inversión) represente apenas 6,8% de los ingresos – sólo tres provincias están peor que Entre Ríos en esta escala. Estas cifras hablan a las claras de que no hay reservas para encarar grandes obras de infraestructura que mejoren el perfil competitivo de la provincia.

5) La deuda provincial consolidada alcanza a 43% de los ingresos totales, en línea con el promedio nacional, pero la buena noticias es que el costo de intereses es bajo: 2,8% de los ingresos totales, que compara de manera favorable con el promedio ponderado nacional de 4,9%.

Finalmente, la consultora elabora un ranking sobre la base de combinar 7 indicadores de ingresos, gastos y deuda. Entre Ríos figura en el puesto 17 (de 24) en dicho ranking. Lo llamativo es la caída que la provincia ha venido registrando: en 2012 oscilaba entre los puestos 6 y 7.

En un país normal, los números crudos de la provincia de Entre Ríos no serían preocupantes. El acceso al fondeo sería fluido y su costo bajo, como lo demuestran las emisiones de bonos de tantos otros países de América Latina tanto o más afectados por la pandemia que Argentina. Con un plan creíble, esos fondos le estarían disponibles, pues la deuda es baja en proporción con el PBI provincial. La cuarentena sólo puede haber generado más zozobra este año – deteriorando los ingresos en un contexto de un gasto bastante inflexible y que sólo puede ser mínimamente compensado con menor inversión de capital.

Sin embargo, hoy en día ni la Nación ni las provincias tienen planes creíbles, y tampoco acceso a ese costo financiero bajo. Todo sugiere que tarde o temprano será necesario apelar a algún programa de austeridad para evitar un mal mayor (como podrían serlo un regreso de los temidos federales).

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Pero el ajuste no aparece como de sencilla ejecución a la luz de la composición del gasto público provincial. Una solución que seguramente a algún genio se le podría ocurrir sería la de aumentar la carga del Impuesto a los Ingresos Brutos, cuyo peso es relativamente muy bajo en la provincia.

Sin embargo, no queda nada claro que ello no redundaría en un agravamiento de un círculo vicioso que transpira de todas las cifras: la provincia no genera empleo privado, probablemente porque no genera suficientes atractivos a la radicación de nuevas empresas con ánimo inversor. Lo peor del caso es que tampoco a la provincia le quedan recursos para hacer inversiones.
Fuente: El Entre Ríos

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