Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Eso de las vacaciones útiles me parece un cuento chino. Ya que a las cosas hay que llamarlas por su nombre y verlas como tales. Al pan, pan y al vino, vino. Vacaciones son vacaciones. Y el laburo es el laburo. Es por eso que hablar de vacaciones útiles, me suena a una a una manera de hacer pasar gato por liebre. Por más que ahora las cosas están bien revueltas. Y con los paros que hay, mis primos más chicos andan medio boleados, ante esa mezcla de días con clases y sin clases.

Vuelvo a lo importante de llamar a las cosas por su nombre. Y sin apartarme de esa niñez que ya no es inocente, y de esa juventud que confunde el secundario con una larga preparación para el viaje final a Bariloche. Al menos como mi tío dice que ha dicho un encumbrado profesor. Y es a eso precisamente a lo que quería referirme. Al avance que significa el sinceramiento de los viajes de fin de curso. Viajes que hipócritamente se los decía “de estudios”. Por más que no lo eran por vueltas que le den al tema. Aunque cierto es también que antes, el secundario era otra cosa distinta a la de ahora. En la que es cierto que durante los años que a la escuela se va, o se va para cursarlos, son una larga preparación para poder absorber el alcohol como una esponja y a dormir los fines de semana en las horas de sol, para tener los ojos bien abiertos a la noche. Sin entrar en otros detalles, más truculentos y que alguien considera más interesantes.

De allí que me parece un acto de sinceridad, que sean pocos los maestros y profesores que se hayan preocupado en utilizar el gancho del Mundial de Fútbol para que los chicos aprendan la historia y geografía de los países que allá juegan por la copa.

En mi caso, puedo atajarme. Ahora sé que Islandia es una isla, que los isleños no se mueren de frío a pesar de que la isla está muy arriba en el mapa, porque tienen calefacción natural gratis. Eso de la geotermia que le dicen. Y que ellos no son ciegos como dicen que son los murciélagos, porque si bien la luz solar escasea y no precisamente por los cortes como es nuestro caso, han enconado la manera de iluminarse, mientras mantienen los ojos bien abiertos. Cosa grande. Con una población más chica que la del Departamento Concordia, y llegan a jugar el Mundial. Verdaderamente cosa de no creer. Y sobre todo que el fin de semana nos mostraron no son nada zonzos.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

Enviá tu comentario