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En su mensaje sobre “el estado del municipio” formulado días pasados, y destinado a ser específicamente ante el Concejo Deliberante, el intendente de Colón de una manera, que por nuestra parte consideramos no solo formalmente irregular, sino de peligrosa factura -sin dejar de reconocer que la suya no es una innovación, ya que existen precedentes al respecto, y se asiste a una inclinación a generalizar esa práctica-, ya que tuvo como marco una suerte de ágora ateniense, pidiendo “paciencia” a los vecinos. Pedido que explicara de una manera fundada, precisamente en “el estado” en que había encontrado a la municipalidad, y por ende al municipio, dos cosas distintas aunque vinculadas tan estrechamente, que nuestro creciente desconocimiento teórico de lo institucional hace que resulte difícil entre ellos distinguir.

Se trata de un pedido que cabría calificar como del de una “luna de miel extendida”, ya que va más allá de ese lapso de “100 días” de que se supone -y ello no siempre se cumple- tradicionalmente otorgar por parte de los gobernados al recién llegado gobernante, para “verlo arrancar”.

Extensión que lleva a recordar al eufemismo aquel del ingeniero Alvaro Alsogaray cuando, al asumir como ministro de Economía, pidió -sin hacerlo expresamente- esperar “hasta que pase el invierno”. Algo que dentro del contexto en que vivimos suena a casi heroicamente razonable, y que por ende consideramos que es la obligación moral del vecindario el concedérselo.

Partiendo así de la premisa contenida en una poesía de Santa Teresa de que “la paciencia todo lo alcanza”, pero sin olvidar que a la vez la sabiduría popular advierte que toda paciencia “tiene un límite”.

Algo que, poniendo ambas consideraciones una al lado de la otra, viene a significar que la paciencia que se pide y otorga, debe venir siempre acompañada de señales concretas de que se observa que de una manera prudente -no olvidar que la prudencia es otra de las caras de la verdadera sabiduría- se están dando pasos que, en apariencia al menos, en importantes aspectos de la gestión.

El mensaje que nos ocupa aborda de una manera de interés una serie de cuestiones que hacen al progreso de la ciudad y de la que tendremos oportunidad de ocuparnos.

Mientras tanto, no podemos dejar de señalar que por nuestra convicción, compartida estamos seguros por un número significativo de vecinos, es que a lo largo de décadas la Municipalidad de Colón ha estado “subadministrada”, queriendo con ello significarse que el estado de cosas de la ciudad sería otro, y por supuesto mucho mejor de haber estado la gestión municipal a la altura de sus posibilidades desperdiciadas y de las aspiraciones de la comunidad. Algo que, dicho de una tercera manera, viene a significar que es dable sostener que la administración municipal de Colón no ha acompañado con todo el esfuerzo que correspondía, al de los “privados”.

De donde esta circunstancia por sí sola refuerza la paciencia reclamada -ya que hemos sido por décadas en exceso- al mismo tiempo que ello significa una mayor responsabilidad de gestión por parte de la actual administración.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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