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El niño dibujaba los Andes, un escorzo marrón con picos celestes. "Y esta es la cordillera", le explicaba a su hermana. ¡Cordillera! ¿Qué es esto? Y me pregunté de dónde vendría esa palabra. Pues se origina en cordel, que a su vez viene del catalán cordell a donde llegó del latín chordellum, chorda (cuerda)... y no necesariamente dibujando la sinuosa imagen de un trozo de piola sobre el piso, sino de la cuerda estirada de los instrumentos musicales, las que eran intestinos de animales, desecados y en tensión. Todo un viaje desde las vísceras obscuras a una cadena montañosa. He aquí la magia de las palabras.

Analicemos algunas usuales: "churrasco". Vendría de los vascos: sukarra, que significaría llamas-fuego. En Salamanca, un churruso es un pedazo de pan muy tostado, en Almería chuscarrear es tostar ligeramente algo, en Chile una churrana es una hojuela de masa frita. Aparece en nuestro Santos Vega, “como él tuvo que hacer un churrasco, retrasó la vuelta". En 1495 aparece socarrar que se volvió en algunas regiones churrascar. Alguien sugirió que el origen estaría en el crepitar de gotas de grasa al caer sobre el fuego o la plancha. ¿Y no podemos asociarlos a los churros? Y pudo bien ser así.

El vascuence nos dio también "aquelarre" ake: macho-cabrío, larre-prado, pero siempre pensé que algunas brujas participaban también y activamente. Ahí ciertamente no había feligreses-de "fili-eclesiae- hijo de la iglesia", a menos que fuera de la iglesia del demonio. Si hablamos de iglesias recordemos que iglesia llegó al latín desde el griego: asamblea y religión vienen de religare: apretar, ajustar cuentas (con Dios).

Para limpiar la grasa del asado, buscar el detergente. Si pensamos un poco, parece claro que ese nombre viene de terso, tersus: pulir suavemente, de aspecto inmaculado, como las mejillas de las estrellas de Hollywood. Su prestigio llegaba así al brillo de las cacerolas. Pero, ¿quedan las manos tersas después de usar detergente? ¿Y prestigio? Vamos... del latín praestigium: la ilusión causada en los espectadores por los trucos de magia "per: delante-strigium": apretar con fuerza (los ojos). A nosotros nos habría llegado del francés: prestige. Creo que ahora solo apretamos los ojos frente a las disertaciones de los economistas. Habría que lograr una palabra para ese horror económico. Quizás nuestros dirigentes sean "acráticos", una voluntad débil que los hace actuar contrariamente al mejor juicio.

Si de mucho fregar las ollas se nos endurece el cuello dolorido nos dirán que tenemos tortícolis: “tortis collum” es eso, cuello torcido. Cuando don Benito Pérez Galdos en su novela "Vergara" nos dice de un personaje que tenía "el cuello torcido por una fuerte tortícolis" es claramente redundante, a esta palabra la reconoció Salvat en 1846, pero llegó a la RAE en 1914. El bautismo oficial de algunas palabras viene a veces después de un parto prolongado.

El mar nos dio dos palabras, con cierta relación, mareo y náusea, ésta derivada de navegante, quienes son los que se marean. La modernidad nos trajo otras causas, ciertamente.

He aprendido algunas palabras que dudo vaya a usar. Una de ellas: aporofobia: el rechazo que ciertas personas experimentan, lo que vemos cuando algunos desvían su marcha en las veredas o rechazan alguna película del neorrealismo italiano. Una que me gusta, aunque tampoco la usaré es: pareidolia. Creo que todos, sobre todo de chicos, la hemos ejercido. Se trata de la tendencia a encontrar una imagen o patrón significativo en estímulos ocasionales. Son esos castillos o rostros que imaginábamos en las nubes de verano, cuando las mirábamos desde la arena del Piedras Coloradas. Son también las imágenes que los antiguos dibujaron con las estrellas y agruparon en constelaciones. Eso fue pareidolia pura: los siete cabritos, la Cruz del sur, la cabellera de Berenice. ¡¡Hay tantas!!

Disfrutar de las etimologías tiene tanto de vicio como de pedantería, pero también nos abre horizontes sobre las similitudes y diferencias, sobre la complejidad y metamorfosis del mundo y de la vida. Por eso en mi correo en internet están "La palabra del día" y "A word a day", de donde tomé mucho de lo escrito arriba y a lo que los invito a disfrutar.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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