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Guzmán criticó a los inversores especulativos
Guzmán criticó a los inversores especulativos
Guzmán criticó a los inversores especulativos
A 15 días de las PASO y menos de tres meses de las elecciones generales, el Gobierno pasó del modo-gestión al modo-campaña. En tal modo, durante una entrevista con el canal A24 el ministro Martín Guzmán volvió a criticar al gobierno de Macri por el endeudamiento.

Esto no es novedad, claro está. La parte novedosa fue la extensión de la crítica a la emisión de deuda para “inversores especulativos”, algo que dio a entender que no debería repetirse. En particular, Guzmán parece haberse dirigido hacia los inversores extranjeros que no sólo compraron bonos de la deuda externa, sino que también compraron bonos en pesos con plazos largos.

Cualquier ahorrista que en cualquier lugar del mundo compra un instrumento financiero lo hace con ánimo de especular; en sentido estricto, con la esperanza de obtener beneficios. En ausencia de coerción, comprar títulos para generar ganancias parece ser una actitud bastante normal. En la mayor parte de los países, en los que la población ahorra en la moneda local, colocar los ahorros en instrumentos financieros es una práctica bastante extendida.

A los argentinos, sin embargo, se nos hace poco atractivo eso de ahorrar en nuestra propia moneda. ¿Será porque, de tan altruistas que somos, preferimos no especular?

Cabe recordar que durante el gobierno de Macri se emitieron varios bonos a tasa fija con vencimientos entre 2021y 2026. Mirado en retrospectiva, a aquellos especuladores extranjeros que los compraron les fue pésimo. No sólo perdieron con los instrumentos, sino que las restricciones cambiarias no los dejaron, ni los dejan ahora, siquiera asumir la pérdida y llevarse lo que les queda de los dólares que en su momento trajeron.

Quizás el Ministro suponga que la represión financiera, el cepo cambiario que impide buscar alternativas financieras en el exterior, o la emisión compulsiva de normas bancarias y cambiarias que dirigen el crédito hacia la compra de bonos del Tesoro, constituyen condiciones normales de canalización del ahorro. Y quizás suponga que quienes compran los bonos que él emite, que no son pocos (¡los bonos, no los compradores!), no son especuladores como aquellos que compraban los bonos de Macri, sino que son benefactores.

Pero si este fuera el caso, cabría preguntarse por qué estos benefactores no aceptan todos los títulos que el Ministro ofrece en las licitaciones, sino que aceptan algunos y rechazan otros. Cuando Guzmán les habla con el corazón para emitir títulos largos a tasas reales negativas, las licitaciones fracasan. Cuando les habla con el bolsillo y emite títulos que ajustan por inflación, o por la evolución del dólar, o con plazos muy cortos a tasas mayores que las que ofrecen los plazos fijos, las licitaciones son exitosas. ¡Cuánto se parecen a esos malditos especuladores!

Si no estuviera en modo-campaña, el Ministro estaría más apurado por cerrar un acuerdo con el FMI, para ahorrarse (y ahorrarnos a todos) los DEGs que recibimos del organismo y poder utilizarlos para fines más interesantes que el de devolvérselos inmediatamente al Fondo.

Sabemos que, al final del día, un acuerdo con el organismo nos espera. Una de las condiciones precedentes para tal acuerdo será que Argentina logre demostrar, aunque más no sea en una planilla de Excel, que acumulará las reservas necesarias para, eventualmente, ir pagando el capital del préstamo.

La crítica del Ministro a los especuladores hace más complicado cerrar la planilla de Excel: ni en este año de súper-soja y súper-cepo pudimos acumular reservas suficientes para pagar los servicios de la deuda. No será sin los especuladores internacionales, que renueven nuestros vencimientos, que lo lograremos. Ya les hemos dejado de pagar tantas veces que deberíamos mirarlos con más cariño cuando quieran volver a invertir en nuestros bonos.

Volviendo a tomar perspectiva: ¿Quién nos ayudó más? ¿Los buitres extranjeros que nos prestaron en pesos a tasa fija a largo plazo y ahora reciben fracciones (en pesos inflacionados y devaluados) de lo que pusieron, o las palomas argentinas que sólo nos prestan con ajuste por inflación o tipo de cambio? No hay dudas acerca de quién especuló mejor. Ni tampoco acerca de que, en modo-campaña, se dicen muchas frases vacías para la gilada.

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