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En los cursos de finanzas se esgrime que los mercados financieros son eficientes, y que los precios de los activos reflejan toda la información y las expectativas racionales de los agentes que operan en ellos. Sin embargo, premisa y realidad no siempre coinciden.

Antes de la elección presidencial, el mercado había fijado los precios con el supuesto de que Javier Milei enfrentaría un balotaje contra Sergio Massa, con una alta probabilidad de constituirse en nuestro próximo Presidente. La dolarización propuesta por Milei, plena de incertidumbre, había motivado movimientos exagerados de los precios de los activos financieros. Subieron fuertemente el dólar paralelo (61% entre el viernes anterior a las PASO y el viernes anterior a la elección general), las acciones que el mercado asimilaba con una cobertura en dólares (Ternium +48%, Aluar +46%, Vista +18%, en dólares), y los bonos cuyo capital ajusta por la evolución del dólar oficial (el bono del Tesoro llamado TV24 subió 28% en dólares). Al contrario, se habían desplomado los activos que más afectados estarían por una dolarización: los bonos en pesos (-24% en dólares entre las PASO y la general) y las acciones bancarias (-27% en promedio).

Luego de la elección general, se planteó un nuevo escenario en el que Milei aparece con una probabilidad no tan clara de ganar. Los mercados financieros respondieron como si, otra vez, tuvieran un pronóstico preciso: lo que había subido en exceso cayó en picada, y lo que había sufrido se recuperó con firmeza. Se destaca la caída de 15% del tipo de cambio paralelo en una semana.

¿Esto significa que el mercado tiene razón y que el resultado del balotaje ya está puesto? Para nada: viendo cómo erró en la elección general y se vio forzado a corregir de golpe su posicionamiento, tampoco ahora puede suponerse que predice con certeza el futuro.

Bonos y acciones expresan expectativas formadas con la información disponible hoy. Son activos financieros en los que pocos argentinos colocan sus ahorros de manera directa. El caso del dólar es más sensible, y es el que provoca más nervios en el público. Por eso la pregunta del título: ¿qué podría pasar ahora con el dólar?

Hay dos escenarios que parecen muy diferentes. En el escenario Milei, parecería haber una liberación inmediata del mercado cambiario. Se toma todo el riesgo de una vez. Este escenario podría generar una disparada del tipo de cambio y la inflación difícil de calcular, dicen los economistas. En el escenario Massa, no parecería que vaya a haber una salida inmediata del cepo y parece más probable que se intente generar una flotación administrada del tipo de cambio. Pero la realidad dice que ni siquiera conocemos quiénes serán los respectivos ministros de Economía.

Por eso, parece más importante tratar de entender la condición objetiva del mercado cambiario: la balanza comercial es deficitaria, pagamos más intereses de los que cobramos, gastamos en turismo en el exterior más de lo que los turistas del exterior gastan en el país, hemos acumulado un gran stock de deuda comercial impaga, y tenemos vencimientos inminentes de cuotas de capital con el FMI y los bonistas de la deuda externa. Todo en un contexto en que la política cambiaria no permite acumular un solo dólar extra en las reservas del Banco Central.

El tipo de cambio actual no es de equilibrio, pues mantiene en déficit a todas las variables mencionadas en el párrafo anterior. Lo mismo ocurría antes de las elecciones PASO y, por eso, un día después de las PASO el tipo de cambio tuvimos una devaluación. Como tras ese movimiento se congeló el valor de dólar, volvimos a la situación pre-PASO y, también por eso, el lunes pasado se autorizó a todos los exportadores a liquidar 30% de sus ventas al tipo de cambio contado con liquidación. En la práctica, se decidió otra devaluación, pues el tipo de cambio efectivo para los exportadores subió $500, un 43% superior al del día hábil anterior.

La decisión permite suponer que ese será, aproximadamente, el tipo de cambio oficial que veremos antes de fin de año. El mercado financiero parece hacer la vista gorda, hasta cierto punto, este escenario probable. Sólo lo refleja con claridad en el mercado de los futuros de dólar, que cerraron el viernes arriba de $600. Si el resultado del balotaje depara al mercado una tercera sorpresa, será nuevamente encontrado fuera de lugar. Tras recibir dos sorpresas en la PASO y en la general, será difícil definir un resultado distinto del esperado, otra vez, como una sorpresa. Será, más bien, fruto de la imprevisión. Lo que confirmará que los mercados no son siempre eficientes, y que lo que se toma como información, muchas veces, no son más que supuestos.
Fuente: El Entre Ríos

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