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Cada capítulo de la política de estos días tiene un final abierto. Cada línea del libreto se suma a una historia que más o menos breve, compila una serie de hechos diversos que apuntan a una dirección que finalmente puede torcerse, en el último minuto. Las especulaciones políticas del último tiempo se han ido trastocando día a día, primero por la economía y segundo, por el peso de ella en el futuro de cada uno de los que sueñan con un mañana en la política.

Los sub 40, los dialoguistas o los que tienen bajo su mando una provincia soñaron en el 2015 con un esquema que paulatinamente se fue modificando aunque conservó una cuestión esencial: El diálogo, herramienta que posibilitó que los acuerdos trasuntaran la complejidad del momento y superaran la coyuntura para avanzar en las transformaciones de fondo.

La escena política se ha modificado sustancialmente. Desde un modelo imperativo se ha pasado a una gestión atravesada por los acuerdos. Tanto es así que una de las herramientas marco de una gestión, como lo es el presupuesto, está sometido, en el orden nacional, a la negociación, cuestión que años atrás era inviable, con lo que se empobrecía la política y se atrasaba sustantivamente la práctica democrática.

La posibilidad de un desdoblamiento en el calendario electoral sigue abierta. Sin embargo esa cuestión que por momentos lideró la tapa de los diarios políticos, está hoy en un segundo plano. Es la economía la que signa los días y la que define, en muchos casos, cómo se comportará la política.

De todos modos, la herramienta legal ya está habilitada en la provincia. La promulgación de la ley, por parte del gobernador Gustavo Bordet, es un paso sustantivo. El punto en cuestión es si decide usarla. Para ese caso, habría que analizar también cuál es el comportamiento de cada fuerza frente a una reforma que se quedó corta y que atiende un problema estructural y momentáneo, por lo que nada hace prever que su letra siga vigente después de 2019.

Al costado de lo legal y formal, impera lo real. Los diecisiete departamentos de la provincia no tienen los mismos contextos. Y en algunos de ellos lideran los que están moldeando sus candidaturas para la provincia aunque tantean palmo a palmo la construcción colectiva del espacio. La posibilidad de las primarias, está latente pero se advierte que esa no será una decisión pareja en la provincia, sino que estará apuntalada por los condimentos locales de cada caso y de cada fuerza.

Las encuestas ya están en la calle y hay intendentes que lideran las preferencias con toda claridad con lo que las PASO dejarían de ser una opción en un momento en que la política está a merced de la economía, pero sobre todo cuando los aspirantes no quieren arrancar el primer peldaño con el pie izquierdo. Es por eso que en el detrás de la escena y por debajo de los títulos, hay grandes diálogos de consensos que ponen adelante del carro, la urgencia y detrás, los intereses personales propios del momento que son legítimos, por cierto, pero quizás también extemporáneos.

Ese contexto es el que comparte todo el arco político que entiende que hoy que el mapa no está atravesado sólo por votos sino también por los números y en esa cruzada, oficialismo y oposición están juntos aunque no unidos.
Fuente: El Entre Ríos

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