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Resulta adecuado comenzar esta nota con unas líneas que faciliten “el enlace” entre ella y la anterior, de la que la presente es su parte final. Nos referimos ayer a las perversas consecuencias que provoca el mirar al pasado con “los ojos del presente”, máximo cuando de esa manera se lo hace, utilizando anteojos teñidos de cualquier ideología.

Una situación que se agrava cuando lo que se propone es compenetrarse con la realidad, la que exige un tratamiento diferente. Es que el pasado es inmodificable, donde su importancia es relativa, sin dejar de serlo los juicios o interpretaciones diversas, muchas de ellas encontradas, que nos merezcan. Mientras, la visión que tengamos del presente tiene una incidencia clara en la forma en va a quedar edificado nuestro futuro.

Y a ese respecto, si bien lo deseable es que se nos vea como una sociedad abierta a todas las ideas y proyectos, se hace de cualquier manera indispensable para que ello sea posible y toda sociedad pueda subsistir y desarrollarse –algo que cabe también a la nuestra- que se parta de la presencia de ciertas coincidencias básicas, respecto a las cuales no son admisibles los cuestionamientos y las resistencias: coincidencia básicas que en gran medida son las que se plasman en los preceptos de la Constitución Nacional.

Es por eso que no puede sino resultar alarmante el contenido del documento final con el que se cerró el Plenario de la CTA de las trabajadoras y los trabajadores de Entre Ríos, Comisión Directiva Provincial y Mesas Locales, celebrado recientemente en la ciudad de Colón, por el cual se ratifica lo expresado en el X Congreso Nacional.

Ello, en lo que respecta a la participación en el mismo de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos, en su calidad de integrante de la Central de Trabajadores Argentinos, y su aprobación a ese documento, por el cual se viene a reafirmar su disposición de movilizarse para enfrentar a los sectores dominantes del poder económico, que, mediante la remarcación de precios, las corridas cambiarias, el clima destituyente instalado desde los medios hegemónicos y las maniobras del poder judicial, pretenden instalar una crisis institucional que profundice políticas de ajuste contra la clase trabajadora y los sectores populares.

A la vez, teniendo en cuenta que con el voto de esa asociación gremial docente, en el mismo documento se advierte que los poderes fácticos no paran la mano en su impunidad para imponer una inflación que horada nuestros salarios y las condiciones de vida de nuestro pueblo.

Y por lo mismo enfatizan los puntos de su programa de reivindicaciones y propuestas. Tales como la exigencia del otorgamiento inmediato de una suma fija para todos los trabajadores activos a cuenta de convenio, e idéntico criterio para jubilados y pensionados; la imperiosa necesidad de renegociar los términos del acuerdo con el FMI; la creación de una empresa nacional de alimentos y la apertura de ferias y mercados de cercanía que abaraten los costos de la alimentación; el rechazo a toda y cualquier presión o medida devaluatoria de la moneda nacional; el repudio a las acciones de los grandes formadores de precios, de sus cámaras empresarias como la Asociación Empresarial Argentina.

Insistimos en que esa interpretación de la realidad y las acciones propuestas como consecuencia fueron asumidas como propias por la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos y todos los restantes integrantes de toda esa Central obrera, los cuales respetamos en la medida vienen a expresar su derecho a opinar. Sin perjuicio que según la nuestra tanto, las referidas como una seguidilla de “exigencias” posteriores, las tengamos como la expresión de un pensamiento mágico, y donde los reparos que desde nuestra posición, cuya enumeración pasamos por alto, convergen en una pregunta: ¿con qué plata se paga la fiesta?

Pero si no negamos, ni bajo ningún concepto se puede negar a ese Congreso el derecho a asumir esa postura – a la que inclusive cabría admitirla cómo bien intencionada, aunque nada realista- no podemos dejar de poner de manifiesto nuestra preocupación acerca de la incidencia que la misma puede llegar a tener la de Asociación Gremial del Magisterio, en el desarrollo del proceso educativo.

Porque analizado el documento al que nos referimos, no podemos dejar de advertir la coincidencia total del diagnóstico y propuestas que en él se formulan, con las que pone de manifiesto el denominado “núcleo duro” de la coalición gobernante. Y al llegar a este punto no se privan de nada. Ya que afirman desde la existencia de presos políticos en nuestro país, hasta la liberación de Milagro Salas, la que como se sabe ha sido condenada con sentencia firme, con un pronunciamiento repetido en tres instancias.

De donde no puede encontrarse una exageración en atreverse a expresar el temor que la educación pública en la argentina deje en algún momento próximo de ser “laica” y como consecuencia de ello veamos desnaturalizarla, hasta verla convertida en una inadmisible tarea de “adoctrinamiento”.

Concluimos destacando que al menos en este caso “no se trata de una pelea cualquiera”.

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