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A simple vista, la política cambiaria llevada a cabo por el gobierno de Javier Milei, podría lucir algo confusa o incluso estrambótica. No siendo, obviamente, de carácter socialista, tampoco lo es liberal en sentido estricto del término, lo cual lleva a que se la ataque tanto por derecha como por izquierda.

Una apreciación un poco más benigna podría entender el actual esquema cambiario como parte de un estadio pre liberal, reconociendo su desenvolvimiento en un marco de fuertes restricciones heredadas, y décadas de antiliberalismo económico. Así es, décadas, porque incluso aquellos gobiernos autoproclamados liberales o tildados de “neo” liberales (el neo, por alguna razón, se utiliza de modo peyorativo) han incumplido con la disciplina fiscal, establecido controles de precios, incurrido en aumentos de deuda y de emisión monetaria, así como manipulado muy alegremente tasas de interés y tipos de cambio.

Si analizamos la actual política cambiaria bajo la lupa de la muy liberal Escuela Austríaca de Economía, tan citada y admirada por el presidente, podremos encontrar elementos contrarios a lo que la misma pregona. Pero, no olvidemos que aplicar austroliberalismo en Argentina es un poco más difícil que en, por ejemplo, Singapur, nación que lidera el índice de libertad económica elaborado por Fundación Heritage y por The Wall Street Journal. Es decir, en una economía enferma por décadas de desenfrenado estatismo “se hace lo que se puede”.

Algún decepcionado podrá recordar cuando el presidente, antes de ser electo, afirmó por TV que prefería cortarse un brazo antes que aumentar impuestos, y sin embargo una de sus primeras medidas fiscales fue la suba del impuesto PAIS para importadores y ahorristas en dólares en 10 puntos porcentuales. Pero existe otra afirmación, menos dramática (no queremos que el presidente se mutile) que ha tenido mucha menor trascendencia. Se trata de cuando en un programa radial Javier Milei afirmó “Metete con mi vieja, pero no me toques los precios”. Una contundente afirmación de adhesión al liberalismo económico. Los precios deben ser libres para una asignación eficiente de los escasos recursos económicos, se entiende.

Sin embargo, al analizar la política cambiaria podemos ver que importantes precios están siendo manipulados o en terminología del presidente “tocados”. Veamos algunos muy relevantes:

-Tipo de cambio blend para exportadores: Este esquema implica que la liquidación de divisas por parte de exportadores debe hacerse en un 80% al tipo de cambio oficial y el 20% restante bajo la cotización bursátil Contado con Liquidación. Esta imposición, tiene mucho de discrecional, podríamos decir que tanto como los polémicos esquemas “dólar soja” del ex ministro de economía Sergio Massa. Pues ¿Por qué 80-20 y no 70-30? ¿o 50-50? O aún más allá ¿Si se trata de un gobierno liberal por qué los exportadores no pueden liquidar sus divisas en el mercado que quieran y en las proporciones que quieran?

Se mencionó que estamos transitando un esquema pre liberal, (y siempre recordar que bajo rígidas restricciones cambiarias heredadas). En esta situación sub óptima, el 80% ha permitido engrosar las reservas del Banco Central, que en términos brutos el gobierno anterior las dejó en US$21.200 millones y en netos en un fuerte negativo de casi US$ 11 mil millones. Por su parte, el 20% a liquidar al tipo de cambio Contado con Liquidación tiene por objeto abastecer parcialmente ese mercado bursátil, buscando contener su cotización y con ello la brecha cambiaria.

-Tipo de Cambio Oficial: Luego de la suba discrecional del tipo de cambio apenas asumida la actual administración, se sostuvo el polémico crawling peg de 2% mensual. Naturalmente, su cifra tan por debajo de la inflación de estos meses derivó en acusaciones de atraso del tipo de cambio. Algún memorioso podría haber mencionado la fallida tablita cambiaria de Martínez de Hoz. Por supuesto, no podemos omitir su arbitrariedad ¿quién dijo 2% y por qué? Ahora bien, en el estadio pre liberal de política cambiaria se sospecha la ambición del equipo económico de lograr una convergencia crawling peg-inflación, como antesala para la eliminación del cepo. ¿Para qué aumentar el ritmo devaluatorio si puede retrasarse la tasa de aumento de precios logrando la convergencia desde este lado? ¿Algo ambicioso? Impresionantemente ambicioso. Pero estamos en el esquema pre liberal y aquí se juega a todo o nada.

-Tipo de interés de referencia: Cuando la actual administración asumió, esta variable se encontraba en 133% nominal anual, luego se la fue bajando por tramos. Pero notar las últimas 3 bajas: del 60% al 50% y de allí al 40%. ¿El hecho de que las bajas sean exactamente de a 10 puntos porcentuales no lleva a la sospecha de demasiada arbitrariedad? ¿Y por qué 50 y no 53,2% por ejemplo? ¿por qué 40 y no 42,50? Lo entendemos, no surgió de un estudio econométrico, si no de discrecionalidad política.

Pero volviendo al carácter pre liberal de la política cambiaria no pidamos en este momento liberalismo a la austríaca, ni siquiera a la neoclásica. Se necesita bajar las tasas para, entre otras cosas, mejorar el resultado cuasifiscal, disminuyendo el devengamiento de intereses por parte del Banco Central para no tener que emitir billones de pesos destinados a pagar a los tenedores de pasivos remunerados emitidos por la entidad monetaria. La emisión, por este concepto, llegó a los 2 billones de pesos bajo la presidencia de Alberto Fernández. Habrá quienes recordarán cuando Carlos Melconian se escandalizaba (con razón, por supuesto) de que bajo el gobierno de Mauricio Macri las Lebacs llegaron a devengar 400 mil millones de pesos por año en intereses. Comparado con 2023 parecen centavos, pero en ese momento hablábamos del “monstruo de la Lebacs”. No imaginábamos aún al de las Leliqs, que devoró al anterior.

En lo que va de este análisis se han mencionado 3 precios determinados por la política y no por la libre interacción de la oferta y la demanda, tal como debe regir bajo una economía libre. Además, se ha hecho foco en la política cambiaria haciendo total omisión a lo fiscal, que requiere de análisis adicionales con su complejidad característica.

El estadio cambiario pre liberal estaría pavimentando el camino para un esquema estrictamente liberal ¿Y cómo sería ese esquema? Si consideramos la preferencia de Javier Milei por el economista Friedrich Hayek, gran referente de la Escuela Austríaca, una vez dinamitado el cepo con los polémicos recursos pre liberales, podríamos encontrarnos bajo una situación de libre competencia de monedas, dónde en caso de imponerse en las preferencias la divisa estadounidense, se podría llegar a una dolarización de hecho. En ese estadio liberal de la política cambiaria, que más que estadio sería una meta, no existirían las discrecionalidades mencionadas, más bien cada variable sería determinada por las fuerzas de la oferta y la demanda operando en libertad, como el liberalismo enseña.

¿Podrá el actual estadio pre liberal conducirnos a ese régimen cambiario libre propuesto? Las predicciones son difíciles cuando se trata de economía, las cambiantes expectativas de los agentes económicos juegan un papel clave, así como otras varias fuerzas impredecibles. Pero de algo podemos estar seguros: se ha establecido un horizonte, ambicioso, novedoso y concreto. Nadie dijo que la transición desde una economía nacional-populista hacia una basada en la libertad de mercado esté libre de costos y de riesgos. Los próximos meses serán cruciales. El mundo entero estará mirando a la Argentina.

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