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Uno

Según la opinión pública, los reyes de Holanda no estuvieron a la altura de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19. Así lo señalan los números de una encuesta que asegura que, desde que el virus comenzó a extenderse, la popularidad de Máxima y Guillermo cayó drásticamente en los últimos meses.

Es que, cuando Holanda entró en una etapa de aislamiento restrictiva, la familia real volvió a viajar a Grecia mientras el gobierno desalentaba los viajes innecesarios. En principio, se critica a la pareja por no haber respetado la distancia social en sus vacaciones en agosto en Grecia. La afirmación surge a partir de una fotografía que se viralizó de Máxima y Guillermo en un restaurante griego, abrazados al dueño y sin tapabocas. Tal fue la indignación de la población, que la pareja real regresó antes de lo previsto y hasta publicó un video pidiendo perdón a los ciudadanos de su país. Por otro lado, el rey Guillermo también fue duramente criticado por el momento elegido para cambiar su yate en junio. El monarca adquirió un nuevo barco caro y lujoso de unos dos millones de dólares en tiempos en los que la sociedad se encuentra también en una crisis económica disparada por la pandemia.

Después de cometer esos errores que podrían haber sido fácilmente evitados, los números de la encuesta realizada por la agencia de investigación Ipsos resultan definitivamente negativos. En cuanto al rey Guillermo, si en abril la confianza del pueblo en su figura se fijaba en un 76%, en diciembre representa apenas un 47%. Por su parte, el nivel de aprobación popular de la reina Máxima, que a principios de año era de 83%, descendió a 61%. El 70% de los encuestados cree que el comportamiento de la pareja real y sus hijos causó un daño grave a la monarquía en general. Y eso no es todo: hasta abril, solo el 3% de la población decía sentirse insatisfecha con la corona, mientras que ahora el número se ha elevado a un preocupante 14%. Lo peor del asunto para los reyes de los Países Bajos es que la caída en el nivel de popularidad no se relaciona con un asunto de gestión, sino con una serie de pequeños sucesos desafortunados.
Dos
Escribieron los fiscales - ante el pedido de mantener la prisión domiciliaria formulado por el ex vicepresidente Amado Boudou, y a resolución de un juez suplente en la causa- que "el grupo familiar cuenta con ingresos económicos provenientes del alquiler de un departamento de Boudou, del alquiler de un departamento de la señora García de la Fuente en México, del sueldo de la nombrada como asesora en la Cámara de Senadores, de la pensión que recibe Boudou como vicepresidente de la Nación, ahorros, y apoyo económico de familiares y compañeros de la política". Además sostuvieron que, en cuanto a lo habitacional, "el grupo familiar reside desde el 23 de septiembre del corriente en una vivienda emplazada en la provincia de Buenos Aires que cuenta con cuatro plantas, jardín, pileta, quincho, cinco dormitorios y ascensor propio. Una situación económica holgada, un hábitat más que adecuado, la posibilidad cierta porque así ya ocurrió en el pasado de contar con auxilio adicional además de la propia madre para el cuidado de los mellizos, escolarización en curso y atención en salud a través de una cobertura privada, son características que se proyectan como suficientes para garantizar los derechos de seguridad, protección, cuidado, salud y educación necesarios para el bienestar y desarrollo de esos niños junto a su madre, aún en el caso de que su padre fuera nuevamente encarcelado".
Tres
Un juez subrogante dictaminó que Cristina Kirchner puede cobrar dos pensiones honoríficas. El juez Ezequiel Pérez Nami ordenó que la vicepresidenta cobre su pensión y también la de Néstor Kirchner. La habilitó a no pagar Ganancias.

Lo hizo en el marco de una resolución, por la que el magistrado hizo lugar a la demanda de la ex presidenta y decretó la nulidad de las "Resoluciones RESOL-2016-1768-E-APN-MDS y RESOL-2017-1-APN del Ministerio de Desarrollo Social" que habían decidido que debía optar entre una de las dos pensiones honoríficas, que son un régimen especial para presidentes, vicepresidentes y miembros de la Corte. Dos pensiones de este tipo serían, en total, “no menos de 800 mil pesos mensuales sin contar los intereses”, estimó una fuente judicial. Y si no paga Ganancias, la cifra aumentaría aún más. En su resolución, el juez le dio a la ANSeS un plazo “de 30 días para que proceda a la restitución de Asignación Mensual Vitalicia suspendida a la actora, con más sus intereses, desde que cada suma fue retenida, hasta el efectivo pago”.

Las transcripciones que se han efectuado “en los tres puntos” precedentes, son de tres noticias periodísticas aparecidas en diversos medios de prensa, en días recientes.

La primera de ellas tiene que ver con el efecto negativo en cuanto a la imagen del rey holandés y su esposa –la reina compatriota nuestra- por su participación en “una serie de pequeños sucesos desafortunados” en que ellos incurrieron durante la actual pandemia.

Distancia, en las cifras comparadas, que sirve para medir el “umbral de tolerancia” frente a conductas, aún las de pequeña entidad, cabe en el caso que nos ocupa para considerarlas impropias. De donde viene a quedar establecido que, a juzgar por lo señalado por esa encuesta –en cuanto como “umbral de tolerancia” el punto límite en el que algo deja de ser tolerado o soportado-, que en el caso de los holandés el mismo es muy bajo.

Ya que ateniéndonos a esos datos, queda claro que entre ellos –a los que cabría considerar personas “de pocas pulgas”- “no le dejan pasar casi ni una” a sus monarcas.

De allí que a los efectos de medir cual es nuestro “umbral de tolerancia” habría que ver cuál es la reacción de la opinión pública tanto en el caso que Boudou vuelva a su casa, como en el caso de la dispendiosa complacencia de un juez -que parece estar al margen de todo “lawfare” con lo resuelto- para con nuestra casi –o más que- presidenta.

Aunque no podemos dejar de decir, aun antes de que queden develadas esas incógnitas, que tan díscolos y mañosos como demostramos ser en tantas cosas, en casos como este tenemos más que la sospecha de que nos mostremos nada encomiablemente sufridos.

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