Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Nunca como ahora se ha hablado tanto de los senadores y diputados, tanto de los nacionales como de los provinciales. A los que envidiosamente los han acusado siempre de un montón de cosas, todas ellas vinculadas con un número diverso de privilegios. Y que no se trata precisamente de esas inmunidades y privilegios que están en nuestra magna carta, según aprendí en la época que visitaba las escuelas.

Fue así como rara vez los vi ser ponderados por sus virtudes, de las que estoy seguro muchos de ellos tienen, sino los vi incluidos en habladurías que aluden a comportamientos, la mayoría de los cuales no alcanzan a ser vicios, aunque para ser honesto debo reconocer que algunos se pasan de la raya.

Pero la verdad sea dicha, nunca había escuchado hablar de legisladores capaces de agredir a mujeres en cuestiones de sexo, menos en estos tiempos que hay tantos que son mujeres, y se suponen que bien cuidadas están, como lo eran las monjitas en los hospitales para que nadie pusiera la mano donde no debiera e impedir que sus honorables colegas varones no cometieran, ni con ellas ni con nadie, ningún tipo de estropicio.

Reconozco que la labor de un legislador es sacrificada. Y que hay que hacer mucho esfuerzo para no convertirse en un agobiado asceta. La mitad del tiempo fuera de su casa por eso de las sesiones, y la otra mitad haciendo política, dejando de lado los casos en que sus obligaciones los llevan a tener que ir contra su voluntad al extranjero.

Y tener que pasar la mayor parte del tiempo que están propiamente en funciones, ocupándose como gestores de uno y mil trámites de sus vecinos, sobre todo en el caso de que sean compañeros o se trate de militantes o correligionarios, y de tener que hacer fatigosas recorridas por lugares que les importa para nada visitar, y encima de todo sonreír y repartir abrazos y besos, por eso de la fotografía que es lo que realmente importa.

Y luego de eso, juntarse con ese montón de asesores que tienen, a ver si entre todos se les ocurre algo que pueda servir para un proyecto de declaración, y en el peor de los casos que sea de uno de ley, que si la fortuna acompaña va a quedar en proyecto.

Es por eso que me pareció interesante y casi llegué a conmoverme cuando me enteré de un diputado de Villa Paranacito, que había salido cola en un ranking de legisladores, en que se los ubicaba por el número de proyectos presentados a la cámara, en lo que se conoce con periodo legislativo ordinario del presente año. Porque, en su caso, las cuentas dieron el “cero absoluto” -como los 273 grados en materia de temperatura- con cero proyectos de declaración y cero proyecto de ley.

Fue cuando me dije: por fin un hombre honrado, que cumple su función de estar, opinar y votar sin aspavientos.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

Enviá tu comentario