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La basura es el gran problema de muchos de los gobiernos del mundo. ¿Qué hacer con ella? ¿Cómo lograr separar los residuos reciclables de los que no lo son? ¿Es factible llegar a la meta de "Basura 0"? Bueno, en países como Noruega y Suecia hace mucho que este "sueño" se hizo realidad.

La gestión efectiva de residuos tiene mucha relevancia ya que la falta de esta supone: un riesgo sanitario y ambiental para las ciudades que no dispongan de un buen tratamiento de la basura; y un costo económico elevado para los municipios (que suelen destinar entre un 20 y un 50 por ciento de sus ingresos para la recolección de residuos según el Banco Mundial); entre otros.

Es decir, no tratar la basura arruina nuestra salud, el medio ambiente y encima nos cuesta muchísima plata.

Por eso en países como Noruega o Suecia, entre otros avanzados en el tema, han implementado una exitosa estrategia para que todos los desperdicios que se generan en sus ciudades no terminen siendo depositados en rellenos sanitarios sino que cumplan un nuevo uso.

Así, en la planta de Klemetsrud decenas de miles de toneladas de basura procedentes de Noruega y el Reino Unido se convierten en calor y electricidad para la ciudad de Oslo.

"Cuatro toneladas de residuos tienen la misma energía que una tonelada de combustible", explicaba para una nota del diario BBC Pal Mikkelsen, director de la agencia Waste-to-energu (basura para energía).

Y no sólo se trata de transformar nuestra tradicional bolsa de basura de casa en fuente de energía para por ejemplo nuestros calefactores sino que además promocionan el retorno de los envases retornables a los comercios.

Sí, similar a lo que ocurre en la Argentina con las botellas de cerveza y gaseosas, el consumidor que lleva las botellas al comercio recibe una corona (moneda local) por haberla llevado.

Las botellas pueden reciclarse hasta doce veces (en Argentina, una botella de vidrio de cerveza va y vuelve del mercado hasta 29 veces). Es decir, que cada vez que colaboramos para que los recipientes plásticos vuelvan a ser utilizados estamos logrando que se genere menos basura.

En Noruega, los comercios tienen máquinas, financiadas por las empresas, que reciben estos recipientes que luego serán clasificados: algunos volverán a ser botellas, otros serán triturados para convertirse en otros recipientes, etcétera.

En 2006, Noruega alcanzó un índice de reciclaje del 97%. Una meta a la que como país deberíamos aspirar.

No sólo depende del Estado, sino también de nosotros. ¿Cómo podemos colaborar? Algunas medidas básicas son:

1.- Separar la basura: residuos orgánicos e inorgánicos.

2.-. Tratamiento de los plásticos: lávalos antes de tirarlos y una vez secos, aplástalos y tíralos en la bolsa de reciclables.

3.- No tirar pilas ni baterías en la basura.

4.- Anímate a hacer compost: separa las cáscaras de frutas y verduras y utilízalas como abono para las plantas.

¡Súmate vos también!
Fuente: El Entre Ríos (Edición Impresa)

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