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Una gran barrera flotante llamada System 001 se desplegó en San Francisco, Estados Unidos, con el objetivo de empezar a recopilar la basura plástica del Océano Pacífico. Una idea de un joven emprendedor de 24 años puede salvar el futuro de nuestras aguas saladas.

El objetivo es muy ambicioso pero aparentemente alcanzable: reducir en 5 años el 50% de los 5 billones toneladas de plástico que están dando vuelta por los océanos del mundo.

Según explica el National Geographic, “el sistema consiste en un flotador en forma de tubo de unos 600 metros de longitud al que va sujeto un faldón de tela que recoge la basura plástica que se encuentra bajo la línea de flotación. El sistema aprovecha la acción del viento y de las olas para desplazarse a mayor velocidad que los residuos plásticos, facilitando así su recolección”. Una vez que estas barreras estén llenas, será un barco el encargado de trasladar a tierra estos plásticos para que sean reciclados.

La iniciativa surgió de la fundación conocida como The Ocean Cleanup (traducido como “la limpieza del océano”) que está al mando de un joven noruego de 24 años, Boyan Slat, quien se propuso desde los 16 años encontrar una solución a la contaminación plástica de los mares tras estar buceando en Grecia y descubrir que “había más plástico que peces”.

El modelo está hoy en modo de prueba, arrancando con la flota de 600 metros desplegada el sábado en San Francisco. Si la prueba funciona, se continuaría avanzando y se espera que una flota de aproximadamente 60 barreras flotantes similares a la hoy lanzada podría acabar con cerca del 50% de la basura plástica de la “isla de plástico del Pacífico” en tan solo 5 años. Si se replica en todos los giros oceánicos del mundo, se podría reducir los plásticos del océano en un 90% para el 20140.

Es importante resaltar que la basura plástica de los océanos es hoy una emergencia mundial. De hecho, la llamada “isla de plástico” que se encuentra en el pacífico tiene una dimensión de 20 millones de kilómetros cuadrados en términos de superficie (equivalente al espacio que ocuparía 40 veces un país del tamaño de España).

A raíz de la contaminación de los océanos mueren peces y aves marinas, además de ponerse en riesgo la vida humana ya que somos nosotros mismos los que terminamos comiendo peces con plástico. Igualmente, el costo económico de estos océanos contaminados es muy elevado (la limpieza anual de las playas es sólo una de las facturas que se pagan en consecuencia).

Ahora, estas barreras flotantes se ocuparán de remover la basura flotante, es decir, la que está en la superficie. El daño que le hemos hecho a los océanos ya ha hecho sus estragos y será difícil remediarlos. Es claro que por algo se empieza, pero con este remedio (la barrera recolectora) no alcanza. Se necesita además una solución de fondo: dejar de arrojar plástico al mar.

Hoy podemos estar esperanzados por el lanzamiento de esta barrera flotante. Pero la realidad del plástico continuará haciendo estragos mientras sigamos produciéndolo de forma indiscriminada y sin prácticamente tratarlo (es ínfima la cantidad de plástico que se recicla).

Un aplauso para este joven de 24 años y su equipo que han logrado que su sueño, limpiar los océanos, se empiece a hacer posible. Ahora, no nos olvidemos, todavía tenemos mucho que hacer. Para empezar, encontrarle una alternativa al plástico y sino encontrarle una forma de reciclarlo. Tirarlo ya no puede ser más la respuesta. Y nosotros no lo podemos permitir más.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa