Un verdadero “tricornio de desventuras”, con los habitantes del AUCOLSAN en el lugar más alto. Es por eso que insistimos en preguntarnos del porqué de esta “singularidad”, en el caso de los más castigados y punteros, para usar la terminología propia de los estudiosos de la Física, de donde sería algo más que una mera ocurrencia, convocar a un “cónclave de sabios”, tal como el que suele consultar el Presidente de la Nación, para que estudie el fenómeno y trate de explicarlo.
Por simple curiosidad, nomás, ya que sabemos que la solución del problema, no pasa por dejar satisfecha esa inquietud, ni tampoco por el confinamiento y el cuidado personal, aunque estas dos cosas sean importantes. Es que nadie podrá estar en desacuerdo que superar la emergencia, solo se hará posible… vacunando; y éstas, como es sabido solo llegan a cuenta gotas.
Y es aquí donde se abre otro interrogante, ya que según dan cuenta estadísticas privadas elaboradas a partir de datos oficiales; en nuestra provincia se han empleado en vacunar, al menos en apariencia, hasta este momento, entre las dosis que nos llegan del gobierno nacional y las utilizadas para vacunar que representan un bache de casi una quinta parte.
Sería de interés poder llegar a saber qué está pasando con esas vacunas –alrededor de dos de cada diez de las recibidas- o sea, cuál es la explicación que se encuentra para la lentitud en su distribución, algo que indicaría una mala práctica. Salvo el hecho que se le haya dado a las mismas otro destino, vaya a saber cual…
