Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Como es habitual, las encuestas no vieron venir el resultado de la elección legislativa del domingo pasado. Ni a nivel nacional ni a nivel de cada provincia. El resultado fue contundente por dos factores: la gran cantidad de votos que obtuvo el oficialismo y el continuo derretimiento al que se ve sometido el kirchnerismo-camporismo. Habrá que ver si el peronismo logra sacarse de encima lo que elección tras elección se asemeja cada vez a un lastre, pesado porque aún congrega adhesiones que ningún otro peronista parece capaz de conseguir.

El resultado de la elección cambia de raíz el horizonte que planteaban las encuestas para los próximos dos años. Hace 10 días se esperaba que el oficialismo lograra alcanzar un tercio de la Cámara de Diputados y con ello se asegurara estar a salvo de cualquier intento de juicio político, además de mantener el poder de veto sobre eventuales iniciativas legislativas propulsadas por un Congreso dominado por el kirchnerismo. El resultado de la elección hizo mudar las expectativas: se pasó de imaginar un gobierno en actitud defensiva, a imaginar un gobierno capaz de tener control de la agenda política y posibilidad concreta de intentar llevar a cabo su plan de gobierno.

Habrá contentos y enojados con el resultado de las elecciones, pero lo que no se puede negar es que el escenario que se abre es superior al que las encuestas pronosticaban: evita un estado de inacción que podía anticiparse si se cumplían los pronósticos de las encuestadoras. La inacción no hubiera estado buena para una economía que necesita soluciones que iba a ser complejo encontrar en el contraste entre un Congreso opositor y los vetos del Presidente. Aunque el gobierno no tenga el control del Congreso, sí puede tratar temas de su agenda con interlocutores que, más allá de defender sus intereses, no serían opositores recalcitrantes, puramente interesados en menguar la gobernabilidad del Ejecutivo.

Las acciones y los bonos argentinos reaccionaron como suelen reaccionar ante una sorpresa: con subas inéditas que se salen de toda norma. Esto da, por un lado, la pauta de lo mal preparado que se encontraba el mercado, probablemente, a juzgar por las subas brutales, vendido en descubierto antes de las elecciones. Por otro lado, podría ser un indicador de que, tras algunas dudas iniciales, comienza a tomar más en serio el interés de los EE.UU. por apoyar a Argentina. ¿Y si se fuera parte de una estrategia geopolítica real?

La combinación entre precios que estaban deprimidos, el resultado de la elección que deseaba el mercado financiero, y la mejor perspectiva respecto de la gobernabilidad de Milei justificaron una reacción de las cotizaciones. Cuánto ésta se extienda dependerá de que algunas de las expectativas comiencen a concretarse. El apoyo externo es inaudito y nos ofrece una oportunidad que en décadas pasadas otros países supieron aprovechar para desarrollarse. Habrá que estar a la altura.
Fuente: El Entre Ríos

Enviá tu comentario