El estadounidense logró subir una pared de 1.500 metros de este cerro llamada Afanassieff con solo zapatos de alpinismo, magnesio para contrarrestar el sudor de las manos, un litro y medio de agua y una barrita de cereal. Su hazaña se suma a la de Dean Potter quien escaló de forma similar una ruta del cerro conocida como Supercanaleta en el año 2002.
El alpinismo es un deporte que genera aficionados, que desafían el miedo natural a la altura, agregándole un ingrediente especial aquellos que deciden hacerlo sin ningún tipo de protección. Este año, el documental Free Solo ganó el Oscar en su categoría, dándole un empuje especial a esta actividad al retratar la historia de Alexander Honnold, quien escaló los 900 metros de la formación rocosa “El Capitán”, en Yosemite, Estados Unidos, sin ningún tipo de elemento de seguridad. Sólo con sus manos y pies.
Algunos creen que existe una tendencia “suicida” entre quienes se largan a subir de esta manera, ya que varios de los más famosos alpinistas tratando de hacerlo. No obstante, la historia de Honnold ha generado una reacción distinta, y el alpinismo está cobrando nueva relevancia.
Es claro que este tipo de alpinismo sin protección no es para todos sino para algunos especialistas contados con los dedos de la mano que son capaces de subir una pared rocosa solamente con sus manos.
Para el resto, lo más común y con buenos resultados para la salud, es hacerlo en la forma más tradicional. "Tengo alumnos que empezaron (el alpinismo) como una actividad secundaria a otra (como el crossfit y el pádel) y se ha convertido en preferente. Por mucho que en los gimnasios innoven con clases colectivas, el reto de plantarte ante una pared y tirar hacia arriba, ayuda más a desconectar de la rutina diaria. Es como un chute antiestrés. Tanto más si lo haces en la montaña, aunque no es imprescindible", explicó Jesús Bella Barca, técnico deportivo de escalada y media montaña para el diario El País de España en el artículo No son niños trepando por las paredes, son clases de autoestima y compañerismo.
Igualmente, se recomienda este deporte para fomentar la autoestima y el compañerismo, ya que siempre debe haber alguien sosteniendo nuestro cuerpo desde abajo con una cuerda y como contrapeso. En algún punto, debemos confiar en quien está debajo sosteniendo nuestra vida. Y es algo que no solemos hacer con tanta facilidad.
Del mismo modo, requiere creer en nosotros mismos, en que podemos subir esa pared y en no dejarnos vencer por el vértigo de la altura.
Los beneficios del alpinismo no paran de ser destacados por quienes lo practican. Para Reynolds, su práctica trata sobre una conexión con la naturaleza que lo llena de felicidad: “(…) Mi arte (al igual que para muchos alpinistas) implica la combinación de nuestra humanidad con el esplendor de la naturaleza en su expresión más pura. Es como bailar a través de una pintura. No creo que (para) escalar tenga que ser egoísta. En mi caso, es mi manera de llenar mi vaso de felicidad hasta que rebalse y llegue al resto del mundo. Es absorber la mayor cantidad de optimismo posible de las montañas y compartirla con la gente a la vuelta. Así que, independientemente de lo que sea aquello que te motive, ¡salí y hacelo!".
En general, el deporte se reafirma cada vez más como una actividad básica para nuestra salud, a la vez que paradójicamente aumentan las distracciones que nos llevan quedarnos quietos como pueden ser las redes sociales, las plataformas de series y películas o los videojuegos.
Puede ser que nuestro deporte no sea subir paredes, sino correr, navegar, jugar fútbol, hockey, tenis y la lista sigue con muchos más. Lo que es importante es que lo hagamos y que dejemos que nos llene con esa energía positiva. Que la pereza no nos gane. Es mucho lo que ganamos con un rato de ejercicio diario.
