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En la última entrega de esta columna hacíamos alusión a las “campañas sucias”, explicando su significado en relación a una cuestión suscitada en el Concejo Deliberante de Colón. En la misma ocasión hacíamos referencia a otra situación más reprobable que puede darse en tiempos de elecciones, cual es la presencia de “zancadillas” o “aprietes”, y hasta “dádivas”, esto último en el caso no infrecuente que se salude con el sombrero ajeno. Al parecer, casos de estos últimos tiempos empezarían lamentablemente a hacerse presentes en San José, y de allí nuestra mención al hecho que donde viven nuestros vecinos -casi hermanados por una aproximación creciente entre nuestras comunidades que lleva a preguntarse acerca del momento en que ellas se confundirán en una única área urbana- “está que arde”.

Lo que sucede es que hemos tenido conocimiento directo del hecho que se ha “viralizado” -palabra que no termina de gustarnos, pero que también se ha viralizado, valga la redundancia, como se acostumbra a decir- en las redes sociales una imagen de parte de una página del boletín oficial del gobierno provincial de la edición del jueves 3 de noviembre de 2016, de un decreto firmado por el gobernador Bordet y refrendado por el entonces ministro de Gobierno, Mauro Urribarri, por el que se designa a Didier Eduardo Jourdán en el ámbito de la Secretaría de Gestión Pública, asesor en participación ciudadana, por reunir los requisitos necesarios para su desempeño.

Y si consideramos que en el inicio de la propagación de esa información se deja entrever la presencia de una zancadilla, no es precisamente por el hecho de que ver aparecer las firmas de los dos nombrados juntos -algo que llevaría a preguntarse si Bordet sin Mauro es el mismo que el Bordet que tenía al lado a Mauro- sino porque en el decreto aparece el actual precandidato a intendente de San José, por una de las vertientes del justicialismo local, sino por el hecho de que su designación fuera como asesor.

Y es aquí donde se hace presente la cizaña que se quiere sembrar, dado que la de “asesoría” es una función muy necesaria, quien puede mostrar la suficiencia que lo lleva a afirmar con seriedad que no los necesita al menos en un momento dado como que en la actualidad dichos asesores tienen una imagen, que les hecho ganar un reconocimiento negativo por parte de la opinión pública.

Todo ello como consecuencia de que en el ámbito gubernamental se señala que los asesores pululan, lo que ha llevado a un observador atento del funcionamiento de nuestra Legislatura -y eso dejando de lado el escándalo de los “contratos truchos” en ese ámbito- a sostener irónicamente que allí aparece como inminente el arribo de la “tercera ola”, ya que considera a la primera la de los propios legisladores -algo que no se explica bien por qué, aunque el autor de esa teoría dice que se puede explicar bien-, y la segunda, la compuesta por quienes asesoran a los legisladores que de esa manera resultarían espléndidamente asesorados, ya que no se sabe si triplican o cuadriplican el numero de éstos, la que según ese pronóstico es inminente que después -sino antes de diciembre- se agregue la “tercera ola” por él mencionada. En la que se harían presentes los que llegan para asesorar a los asesores.

Claro está que la asesoría ahora conocida de Didier no es el único motivo para que pueda afirmarse que San José arde, de lo que hablaremos -o no- en otra ocasión. Mientras tanto a nosotros no nos preocupa, ni menos nos escandaliza, la asesoría de Didier. Solo lamentamos nuestra ignorancia acerca de esa situación al momento de que lo hiciéramos objeto de una sustanciosa entrevista, ya que ello nos hubiera dado la oportunidad de interrogarlo acerca de esa experiencia vivida, o que sigue viviendo, ya que tampoco sabemos si la sigue viviendo.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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