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Antonio Vitali / Crédito El Diario
Antonio Vitali / Crédito El Diario
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El feriado del fin de semana no fue impedimento para que los investigadores de la División Robos y Hurtos de la Policía Provincial continuara avanzando, junto al acompañamiento del Ministerio Público Fiscal, en la agobiante tarea de contabilizar las armas que tenía bajo su resguardo el depósito del Palacio de Justicia en Paraná, reveló El Diario.

Se realizaron dos nuevos allanamientos: Uno el sábado, en el domicilio de un sujeto que contaría con antecedentes policiales, quien habría sido relacionado con la adquisición de armas judicializadas y otro procedimiento ayer domingo, el en domicilio particular del perito en Balística del Superior Tribunal de Justicia.

El trabajo se corresponde con una investigación que se inició hace casi tres meses, ante la sospecha de que armas secuestradas en el marco de causas judiciales estuvieran siendo comercializadas por empleados de Tribunales.

El jueves, a partir de las 17, una decena de allanamientos simultáneos provocó que el escándalo explotara ya que varios de esos procedimientos se efectuaron en domicilios de personas ligadas laboralmente con Tribunales.

Escuchas


No fue un intento al azar el de los detectives, ya que a estos procedimientos le precedían muchas horas de escuchas telefónicas autorizadas por el juzgado de Garantías del doctor Eduardo Ruhl, tras pedidos expresos del Fiscal Ignacio Aramberri.

Esa tarde fueron cinco las personas que quedaron detenidas y entre ellas se privó de libertad a un empleado que se desempeñaba en el departamento médico forense, al que se identificó como Maximiliano Bertoni.

Según versiones extraoficiales, cuatro detenidos se habrían abstenido de declarar y, de acuerdo a trascendidos, algunos dichos de uno de los que fueron alojados en celdas de la Alcaidía de Tribunales habríaN motivado nuevos pedidos de requisas domiciliarias.

Como si no hubiera sido suficiente el cinematográfico escándalo institucional, no pocos quedaron boquiabiertos cuando supieron que en plena tarde de este domingo se ordenó el allanamiento domiciliario y la detención de quien revista como perito balístico del Superior Tribunal de Justicia y responsable de la destrucción de armas ilegales, el licenciado en Criminalística Antonio Vitali.

Operativo


Aproximadamente a las 15.30, el frente del domicilio del profesional, -quien revistó hasta hace casi una década en la Policía de Entre Ríos-, y que está ubicado en calle Fraternidad de Paraná se llenó de vehículos sin inscripciones policiales, de donde bajaron una docena de policías de Investigaciones y detrás, una camioneta camuflada, con efectivos con armas largas, que se ubicó en un lugar estratégico.

Mientras se desarrollaba el procedimiento, policialmente a cargo del comisario José Herrera, subdirector de Investigaciones, arribó una patrulla que trasladó al médico de la Policía quien debió resolver una cuestión sobre quien estaba por ser trasladado detenido a la Alcaidía.

Resulta que Vitali habría sido operado recientemente por una dolencia prostática y por este motivo se resolvió que se le conceda "prisión domiciliaria", hasta tanto el juez de Garantías analice su situación.

En cuanto al resultado de la requisa domiciliaria, el dato se mantuvo en reserva, hasta tanto lo dispusiera el fiscal Aramberri, quien aún no levantó el secreto de sumario.

Un interrogante surgió en el análisis de muchos que siguen detalle a detalle esta causa: porqué el allanamiento efectuado este domingo en el domicilio de Vitali -hombre de confianza del STJ, palabra autorizada para decidir en su representación cualquier cuestión relacionada con armas o casos de muertes violentas en los cuales se necesitara un peritaje criminalístico legal- no se efectuó en forma conjunta con los otros diez.

Una 9 milímetros para matar


Lo que surgió en el lapso del jueves hasta ayer para avanzar sobre Antonio Vitali fue aportado por alguno de los imputados, aunque los avances en la extenuante tarea de revisar las armas almacenadas todavía no trascendió públicamente. Lo que sí ya habría trascendido como información es que el mismo jueves se podía comprobar a vuelo de pájaro sobre el depósito era el faltante de armas, dinero y otros efectos secuestrados y que se creían fuertemente preservados como pruebas.

En tanto, el viernes, trascendió la versión de la desaparición de una pistola calibre 9 milímetros con la que habrían asesinado a un joven paranaense el año pasado. Según especulaciones de los uniformados, el arma no aparece aún y todo indica que se habría utilizado en el asesinato de Mauricio Almada, ocurrido en enero de 2015 en Paraná. Por este hecho, la Justicia dictó sentencia condenatoria hace pocas semanas.
Fuente: El Diario

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