Tal fue la primera explicación que brindó la Doctora Claudia Mizawak, Presidente del Superior Tribunal de Justicia, al ser consultada por El Entre Ríos. Aquí, el diálogo textual:
Mizawak: - Nosotros a lo otro (la denuncia por los fondos reservados) le dábamos una serie de interpretaciones y sobre todo por los actores que había en juego, pero esto fue en el seno nuestro. Es gente que se desempeñaba hacía muchísimos años en el Poder Judicial. Eso de un empleado infiel y a esos extremos, aunque no quisiera calificarlo porque están en plena investigación. Están imputados por delitos muy graves y tendrán que demostrar, en el marco de ese proceso penal, si son los autores o no lo son.
EER: - ¿Toman conocimiento de esto a la vez que trasciende la causa o hubo algún indicio previo?
Mizawak: - Nosotros fuimos los grandes impulsores de todo esto.
EER: - Supuestamente, según el relato en los medios, esta causa se origina porque un policía se da cuenta que un arma secuestrada era la misma que ya había secuestrado en un operativo anterior.
Mizawak: - No. De esta historia yo tengo dos expedientes administrativos, que también están a disposición de todos ustedes, como todos los expedientes administrativos, que se origina porque en una declaración ante el Juzgado de Garantías del doctor Ricardo Bonazzola, que en ese momento estaba en ese Juzgado, cuando a una persona se le pregunta por un hecho equis (a lo mejor es este al que usted refiere) '¿usted al arma de dónde la saca?', él responde: 'a mí me la da otro que, a ese otro, sin decir el nombre de la persona, se la da uno que trabaja en Tribunales'.
EER: - ¿Ustedes no tuvieron indicios concretos de que algo así estuviera pasando?
Mizawak: - Indicios concretos teníamos de lo que yo llamaría un gran desorden y podría afirmar que de eso me di cuenta. En agosto de 2015 yo ordeno una serie de medidas con esa área, tendientes a desprendernos de armas en la forma que corresponde, porque no se venían desprendiendo de armas. Hacía años y años que no lo hacían.
EER: - ¿Ustedes notaron un desorden en los depósitos y una saturación?
Mizawak: - Sí, una saturación y que no se les daban a las armas la correspondiente fundición. Entonces yo viajo al Ministerio de Justicia de la Nación, hablo con el titular del RENAR y le pregunto por lo que había leído en un diario y era que el Ministerio se hacía cargo del traslado y la fundición. Ellos nos dijeron que sí, firmamos un convenio en junio y, en agosto, cuando voy por segunda vez, me dicen que iban a enviar una delegación de cuatro personas, que efectivamente mandan para acá. Esa comisión da las primeras pautas, que figuran en el trámite administrativo, de cómo se tenían que embalar. Muchas armas estaban completas y otras ya estaban trozadas, dispuestas para su fundición.
Empecé a tener esas dificultades propias de 15 días antes de una elección. Calculo que acá y en la China debe ser igual. Entonces empecé a tener dificultades, no sabía con quién comunicarme hasta que logro hablar con Garavano. Cuando logré hablar con él, fueron 15 días antes de que pasara esto. Le dije a Garavano: '¿quién es la persona que se hará cargo del Registro Nacional de Armas?', porque estuvieron varios meses sin designar personas en determinados lugares y yo no tenía persona para relacionarme.
Paralelamente a eso, viene Aramberri y me dice 'doctora esto es así. Si usted quiere ir a fondo me tiene que dar los nombres de todos los empleados de la repartición, las direcciones y los teléfonos fijos y celulares que tengan denunciados acá. Vamos a hacer un sistema de escuchas. Vamos a hacer un sistema de seguimiento y esto y esto' (acompaña sus palabras con golpes suaves en la mesa). 'Cómo no Aramberri', le respondí. Desde acá se le suministró todo al fiscal.
EER. - Pasando en limpio, lo que usted dice es que el Poder Judicial contribuyó a que esto se esclareciera.
Mizawak: - Absolutamente. Le digo más: Aramberri viene con todas esas escuchas y me dice 'acá aparece un nombre así, Maxi, Maxi, Maxi. Nosotros no teníamos ningún empleado, ni de la oficina pericial ni de efectos secuestrados, que se llamara Maxi. Nos hacen escuchar todo. Maxi de acá, Maxi de allá. ¿Cómo hago yo con este Maxi? ¿De dónde sale? Entonces, dijimos, busquemos todos los Máximos, todos los Maximilianos que hay en el Poder Judicial en Paraná.
Salduna: - Cayó hasta el defensor general en las listas. (risas)
Mizawak: - Eran 9 nada más los Máximos y Maximilianos. Menos mal que eran 9, porque si el nombre hubiese sido Juan serían 55 o más. Vemos los domicilios y entonces ahí relacionan uno y resultó ser el de un empleado del Departamento Médico Forense. Y a nosotros no nos saltaba esa persona de ninguna manera.
Yo no lo quise tapar, nadie lo quiso tapar a todo esto. No nos cruzamos de brazos, no cerramos los ojos, no escondimos la basura bajo la alfombra, nada de eso. Y nos encontramos con algo más grande de lo que nuestra imaginación podía llegar.
