"No lo eligió arbitrariamente el gobernador"
Al hacer uso de la palabra, el gobernador sostuvo que lo que se estaba llevando a cabo era parte del "camino que signará la gestión de gobierno y marcará el tiempo que queda de mandato".
Dijo, en otro tramo de sus palabras, que "hoy quería estar presente por varios motivos. Primero, para ratificar la confianza al doctor Tomas que es un hombre de esta casa y que no lo eligió arbitrariamente el gobernador porque está encuadrado justamente por su trayectoria, por ser el abogado más antiguo y que habla del cariño y del afecto que sus colegas tienen por él".
Tomas ingresó al Tribunal de Cuentas de la provincia en 1989 en la Asesoría Jurídica hasta el 2007. Ese año lo nombraron secretario Letrado Adjunto, cargo que ejerció hasta ahora que llegó a la presidencia.
Se vieron en el salón a los vocales Claudia Mizawak y Germán Carlomagno; al presidente del Colegio de Abogados, Enrique Martínez, ministros y colegas del flamante presidente. Fue en el salón de actos del tercer piso, en calle Andrés Pazos y Corrientes de Paraná. También hubo funcionarios del Poder Ejecutivo; legisladores de todas las fuerzas, vocales del Superior Tribunal de Justicia (STJ), representantes del Colegio de Abogados de Entre Ríos, familiares y amigos.
Tras la firma del decreto de designación, Tomas dio un breve discurso en el que saludó a la Legislatura por haber aprobado por unanimidad una ley que "transparenta" la elección de funcionarios en los organismos de control.
Interinato
Esa norma, impulsada por el gobernador y reformada por las cámaras legislativas, le permitió llegar a la presidencia por tener el atributo de ser el abogado con más antigüedad en el organismo de control. Ocupará el cargo de manera interina hasta tanto el Senado convoque al concurso de antecedentes y oposición. Tomas adelantó, en una entrevista reciente, que tiene intenciones de presentarse.
En el Tribunal de Cuentas se había generado un vacío legal tras la renuncia de Smaldone. La ley orgánica en su artículo 18 preveía que el STJ, cada fin de año, debía elegir a uno de sus vocales por sorteo para subrogar al presidente del organismo en caso de que se produzca una acefalía.
Sucede que en 2011, el alto cuerpo de justicia dejó de hacerlo por entender que ese punto de la ley por la que se rige el organismo de control era inconstitucional. En resumen: no podía un funcionario judicial auditar sus propias cuentas.
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