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En el libro, Delgado y De Elía no se quedan sólo en el diagnóstico, sino que hablan de la indiferencia de la sociedad civil, que estimula el comportamiento el comportamiento judicial. Plantean que el camino para solucionar ese problema es que haya una sociedad más justa e involucrada.

Ambos fue entrevistados por el periodista Hugo Alconada Mon, en su programa "Conversaciones".

¿Qué significa en la práctica el involucramiento?

"Vos pensá que la Justicia se nutre de pruebas que, por lo general, derivan de los ciudadanos; por ejemplo, los testigos. Hay una tensión muy loca: la gente desconfía de la Justicia, entonces cuando va ante el juez dice mucho menos de lo que te dice a vos una fuente. A vos te cuenta una historia larga y al juez, una chiquita; porque no confía en él. El juez resuelve el caso en base a esa información parcial", comenzó explicando el fiscal federal.

Explicó que "la persona no confía en el juez y la solución es mala, porque es parcial, porque no tiene toda la información. Ese mecanismo de desconfianza mutua destruye cualquier posibilidad de construir una institución pública, cuya base es la confianza".

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"Hay que fortalecer las instituciones para que la gente vuelva a confiar en el sistema judicial. Lo primero es empezar a debatir todo esto, hacerlo público, que se fortalezcan las instituciones para que la gente vuelva a confiar", agregó la politóloga.

¿Por qué una sociedad debería confiar si tiene que ir a declarar ante los Tribunales Federales de Comodoro Py y se termina encontrando con, por ejemplo, con Oyarbide?

En ese punto, Delgado opinó que el juez entrerriano "es un construcción, que haya estado 20 años de juez es un problema que nos atañe a todos. Oyarbide me parece que es un concepto. De hecho está jubilado y fue premiado", cuestionó.

De Elía puso énfasis en el comportamiento de la sociedad: "¿Por qué lo toleramos como sociedad tantos años? ¿Por qué lo miramos por la televisión cuando estaba? ¿Por qué nos reímos cuando baila?", disparó.

El fiscal federal aclaró que "la organización social, en base a derechos, en una democracia significa la creación de la libertad política antes sería una condena, es decir, estamos condenados a ser libres; pero esa libertad implica que hay que asumirla y eso tiene un costo. Por ahí el costo es pasar de la crítica testimonial al involucramiento. Hay que ser actor. La única forma de transformar una institucionalidad que es porosa, débil, injusta, que tiene problemas de corrupción, de preparación, de solvencia técnica, es involucrándonos", concluyó.
Fuente: El Entre Ríos

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