La primera es la filial de la colombiana Avianca, que hará su desembarco a partir del acuerdo sellado con el gobierno tucumano, que le otorgará un subsidio que le garantizará un piso del 65 por ciento de ocupación de sus aeronaves, según publicó en la víspera el diario La Nación.
No por casualidad la empresa del millonario Germán Efromovich anunció que su base de operaciones será el aeropuerto de San Miguel de Tucumán. Desde ahí proyecta conectar todo el norte argentino, la región de Cuyo, Rosario e Iguazú con 12 aviones ATR 72-600 que cuentan con 72 asientos cada uno.
Avian Líneas Aéreas SA, de acuerdo con lo informado por la ANAC, solicitó autorización "para explotar servicios regulares internos e internacionales de transporte de pasajeros, correo y carga con aeronaves de gran porte durante un período de quince (15) años".
La petición de la compañía generó el Expediente ANC 0043567/2016, en el que quedó asentado su interés por lograr la autorización para poder explotar 16 rutas áreas. Entre ellas figuran los corredores Buenos Aires-Concordia-Paso de los Libres- Buenos Aires y Buenos Aires-Concordia-Paraná-Buenos Aires.
La firma también anunció que mantendrá la ruta entre San Miguel del Tucumán y Lima (Perú). Según se anticipó desde Avian Líneas Aéreas SA, el servicio se cubrirá con un Embraer 190.
Aunque Avianca ya tiene otro negocio en Argentina, puesto que antes de desarrollar el proyecto de vuelos a bajo costo le compró al Grupo Socma, de la familia Macri, la firma de taxis aéreos Macair Jet SA.
La operación también tuvo su repercusión en la provincia ya que la continuadora de esa firma, Macair Transporte Aéreo SA, le entabló una millonaria demanda en dólares a Líneas Aéreas de Entre Ríos (LAER) por el supuesto incumplimiento del contrato de alquiler con opción a compra de un Jetstrean, tal como informó Elentrerios. En tanto FB Líneas Aéreas SA, que expresó su voluntad de explotar 99 rutas aéreas –incluidas algunas a países de América del Sur-, requirió a la ANAC "autorización para explotar servicios regulares internos e internacionales de transporte de pasajeros, correo y carga con aeronaves de gran porte durante un período de quince (15) años".
Su requerimiento quedó plasmado en el Expediente ANC 0043368/2016, en el que figura además su pretensión de explotar el corredor Buenos Aires-Paraná-Buenos Aires. Además, según consta en el anuncio oficial publicitado ayer, la compañía tendrá su base en el aeropuerto de El Palomar.
La pretensión de la compañía es comenzar a operar en el tercer trimestre del año próximo con aviones Airbus 320 (que cuentan con 180 asientos) o Boeing 737 (que tienen 189 butacas). Y según se dejó trascender desde la empresa, su proyecto demandará una inversión de 75 millones de dólares, aportados por diversos fondos y empresarios locales.
La cara visible del emprendimiento es el suizo Julian Cook, que desde hace varios meses está en Buenos Aires buscando inversores. Entre sus antecedentes figura la compañía Flyboo, que creó en 2003 y presta servicios en 45 países.
La suerte de esas dos empresas y de las restantes firmas que se presentaron ante la ANAC –Andes Líneas Aéreas SA, Alas del Sur SA y American Jet SA- dependerá en gran medida de lo que suceda durante una audiencia pública que se celebrará el 27 de diciembre próximo.
La instancia de participación ciudadana, para la que se abrió un registro de interesados en intervenir, se desarrollará en el microcine del Ministerio de Economía y Hacienda de la Nación.
Será un paso más hacia la desregulación del mercado aéreo y la incorporación de nuevos actores, lo que sin duda impactará en la empresa de bandera nacional: Aerolíneas Argentinas.
