En el texto, que elentrerios.com adjunta completo, resulta evidente que la presidenta del Superior Tribunal de Justicia procura mostrarse segura de su propia inocencia, a la par que recurre a refinadas chicanas para colocarse por encima de sus denunciantes. Para empezar, desliza su primera crítica cuando dice haber tomado conocimiento de la denuncia en su contra a través de un "medio digital de comunicación".
Unas líneas más adelante, vuelve a poner en evidencia su preocupación por lo que difunden los medios. Tras asegurar que su intención pasa por "coadyuvar a la averiguación de la verdad", pide "encarecidamente" se disponga la apertura de la investigación de "los hechos que falsamente" se le endilgan, cuya "reproducción mediática" pretende arrojar un manto de duda sobre su "honorabilidad e idoneidad".
Una de las estocadas más fuertes contra los firmantes del pedido de juicio político aparece al comienzo de la segunda página, cuando les cuestiona haber basado la denuncia "casi únicamente en las declaraciones que en ejercicio de su defensa vertiera Chiara Díaz".
Para ello apela a un giro rebuscado, que traducido al lenguaje común bien podría entenderse que trata de ignorantes a los denunciantes: "Obviamente, aunque no debiera resaltarlo, señoras y señores Diputados, saben Ustedes sobradamente, que el contenido del descargo de un investigado como ejercicio material de defensa, no puede erigirse en medio de prueba para sostener otra denuncia".
Por si quedaran dudas de la opinión que a la Doctora Mizawak le merece la presentación en su contra, agrega: "Resultan manifiestos los gruesos errores de la denuncia", puesto que -según ella- incluye "interpretaciones sesgadas que no han sido corroboradas y en otras ocasiones anteriores han sido públicamente desmentidas".
Asegura haber aportado pruebas el 5 de diciembre último que demuestran la "falsedad" en que incurrió Chiara Díaz al llamarla "reina de los viajes y licencias", puesto que permitirían comparar las ausencia y licencias del "enjuiciado" y las de ella.
Más adelante niega categóricamente cualquier vínculo comercial con Sergio Urribarri. "No tengo, no tuve, ni personalmente ni mi padre, ni mi esposo, ni mis hijos, nunca una sociedad con Sergio Daniel Urribarri".
No conozco a "Daniel" Arroyo
Claudia Mizawak lleva la ironía a su máxima expresión para poner en evidencia que los denunciantes equivocaron el nombre de su esposo, el Ingeniero Raúl Arroyo, Secretario de Energía de Entre Ríos. Dice la presidenta del STJ: "En cuanto a una supuesta persona de nombre Daniel Arroyo, no sé de quién se trata ni conozco persona alguna con esa identidad".
No obstante, en otro pasaje pone a disposición documentación que, dice, dejaría en claro que no incurrió en incompatibilidad cuando en el año 2003 constituyó, junto a su esposo una sociedad anónima denominada AyM S.A.
Se pregunta con qué "inconfesables propósitos" Chiara Díaz confundió a la sociedad atribuyéndole haber manipulado la Causa Arralde (o también "Causa Smaldone"). Se apura a informar a los diputados que el 8 de diciembre hizo entrega de la causa y de un "minucioso" informe de un Secretario, "que da perfecta cuenta de un trámite absolutamente regular y ajustado a la normativa vigente".
Insiste en negar que en el Poder Judicial existan sobresueldos o fondos secretos, ocultos o ilegales. Admite sí la existencia de una partida presupuestaria para "gastos de representación y protocolo" aprobada por la Legislatura e integrada al presupuesto desde la presidencia de Pañeda.
Por último, sobre la venta de armas del depósito judicial, Mizawak dice haber iniciado trámites disciplinarios supeditados a lo que resulte de la causa penal. Además, agrega, "se intervino el área designando nuevos funcionarios".
