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Once de las quince personas que fueron llevadas a juicio como integrantes de una de las organizaciones más importantes dedicadas al narcotráfico en Paraná, fueron condenadas este jueves por el Tribunal Oral Federal de Paraná.

En efecto, los jueces del TOF de Paraná, condenaron este jueves a once personas que integraban la banda del Gordo Nico, una de las organizaciones más importantes dedicadas al narcotráfico en la capital entrerriana. El veredicto rechazó los planteos de las defensas para que se declaren nulas las intervenciones telefónicas en la investigación. Luego, la resolución condenó a Nicolás Ramiro Castrogiovanni, Rodrigo Javier Medina, Víctor David Villaverde, Fernando Manuel Gómez y Ramón Ariel Pucheta como coautores materiales y responsables del delito de Comercialización de estupefacientes agravado por la intervención de tres o más personas.

También se declaró a Pedro Guillermo Aguirre como coautor material de la comercialización de estupefacientes agravado por la intervención organizada de tres o más personas en concurso real con el delito de adulteración y/o supresión del gravado de un arma de fuego y tenencia ilegítima de arma de fuego (dos hechos).

Alejandra Lorena Torres, Iván Jesús Castrogiovanni, Evangelina Priscila Álvarez y Jorge Sebastián Andino fueron considerados partícipes secundarios de la comercialización de estupefacientes, agravado por la participación de tres o más personas. Y Germán Andrés Gómez fue condenado como partícipe secundario de la comercialización agravada, en concurso real con la tenencia ilegítima de arma de fuego.

Penas


Las penas que recibieron van de los 6 años y 8 meses de prisión a los 4 años.

En primer lugar se castigó a Nicolás Ramiro Castrogiovanni (34 años), a 6 años y 8 meses de prisión más una multa de 20.000 pesos. Ariel Pucheta (37 años), recibió 6 años y 8 meses de prisión más 20.000 pesos de multa. Pedro Guillermo Aguirre fue condenado con a la pena de 6 años y 8 meses y 15.000 pesos de multa; Rodrigo Javier Medina recibió 6 años y 4 meses de prisión y 10.000 de multa; Orlando Manuel Gómez fue condenado a 6 años de cárcel y 6.000 pesos de multa; Víctor David Villaverde recibió 6 años de cárcel y 5.000 pesos de multa; Jorge Sebastián Andino fue penado con 4 años y 6 meses de prisión más 4.000 pesos de multa; Germán Andrés Gómez recibió 4 años 6 meses y 4.000 de multa; Evangelina Priscila Álvarez fue condenada a 4 años y 2 meses de prisión más 4.000 pesos de multa; Edith Alejandra Lorena Torres recibió 4 años de cárcel y 4.000 pesos de multa; e Iván Jesús Castrogiovanni recibió a 4 años de prisión y 3.000 pesos de multa.

La resolución judicial que se incorporará con fundamentos el jueves 9 de noviembre a las 9, ordenó absolver del proceso al ex director de la Unidad Penitenciaria N°6 de Mujeres, Victorio Bernardo Aguirre; a Lorena Cecilia Bianchi, esposa del policía Rodrigo Medina -que sí fue condenado-; a Hugo Héctor Medina, policía retirado -padre de Rodrigo Medina-; y a Liliana Ruiz, esposa de Héctor Medina y madre de Rodrigo.

El golpe


El 18 de diciembre de 2015 fueron detenidas 13 personas, entre ellas el líder de la organización, Nicolás Castrogiovanni, alias Gordo Nico; el director de la cárcel de mujeres, Victorio Bernardo Aguirre; su hermano, Pedro Guillermo Aguirre; la pareja de éste, Evangelina Priscila Álvarez, también agente penitenciaria; un policía provincial en actividad, el sargento Rodrigo Medina; su padre, el ex policía Hugo Héctor Medina; y otras siete personas, familiares de ellos o emparentados entre sí, cada uno con distintos roles dentro de la organización.

Tiempo después se completó el golpe, con el arresto casi de película del proveedor de la cocaína que vendía la banda, Ramón Ariel Pucheta, alias el boquetero chaqueño; y de Jorge Sebastián Andino, alias Sugu, la persona que oficiaba de nexo entre Pucheta y Castrogiovanni.

Provocar la caída de esta organización le llevó nueve meses a la Policía Federal, entre marzo y diciembre de 2015; y cuatro meses más hasta la detención de los proveedores. Se realizaron seguimientos, filmaciones, fotografías y escuchas telefónicas que permitieron reconstruir al detalle la estructura de la organización, determinar los roles de cada uno de los integrantes y establecer que se trataba de una banda de gran poder económico, con permanencia en el tiempo y alto nivel de sofisticación; que tenía vendedores en los barrios Paraná XVI, Lomas del Mirador y Thompson, también en Diamante y que extendía sus redes hasta Santa Fe.

Antes la Policía de Entre Ríos había llevado la investigación durante dos años, pero nunca aportó ningún dato e incluso estuvo a punto de frustrar la pesquisa con una "visita amigable", disfrazada de allanamiento policial, que realizaron efectivos de la Dirección Investigaciones, el 4 de diciembre 2015, en la casa de Castrogiovanni. "Gordo, si fuera por mí, me tomo unos mates con vos y me voy a la mierda en 15 minutos, pero está la fiscal haciendo; en todas las piezas entró la fiscal a revisar", se excusó un jefe policial ante Castrogiovanni después por la requisa, en la que no se encontraron drogas ni armas y que le garantizaría, por lo menos, "un año de tranquilidad", según le dijo el jefe policial.

La banda


El Gordo Nico, como le dicen a Castrogiovanni, tiene 34 años, es hijo de un suboficial principal retirado en febrero de 2012 de la Policía provincial y estaba sindicado como uno de los jefes emergentes en el negocio del narcotráfico en Paraná. Su pantalla era un almacén (Despensa Ramiro, se llama) y tenía un contrato de locación con la Municipalidad de Paraná; también exhibía un desarrollo social en el barrio y había establecido vínculos con instituciones deportivas. Lejos del imaginario común, no vivía en una mansión ni en un country con seguridad privada, tampoco tenía autos de lujo ni hacía ostentación, aunque su Peugeot 307 llamaba la atención en el vecindario. Castrogiovanni supo protagonizar un feroz tiroteo con la Policía y en ese intercambio de disparos habría utilizado el arma reglamentaria de su padre.

Nico era quien dirigía y organizaba las actividades, conseguía la cocaína e impartía directivas a los integrantes de la banda. Cada uno tenía un rol específico: su esposa, Edith Alejandra Lorena Torres, y su hermano Iván Castrogiovanni eran intermediarios en las gestiones de comercialización; Pedro Guillermo Aguirre y su esposa, la agente penitenciaria Evangelina Priscila Álvarez, eran los distribuidores; en tanto, el policía Rodrigo Javier Medina -que cumplía funciones en el destacamento del Barrio Mosconi-, Fernando Manuel Gómez y Lorena Cecilia Bianchi eran los encargados del almacenamiento y provisión a los vendedores; y también transmitían directivas a Germán Andrés Gómez -hermano de Fernando-, Héctor Medina y Liliana Ruiz -el padre y la madre del policía-, que eran subalmacenadores. David Víctor Villaverde, por su parte, vendía directamente para el Gordo Nico.

El TOF consideró que no fueron suficientes las pruebas colectadas en el debate para condenar al jefe de la cárcel de mujeres de Paraná, pero la investigación fiscal consideraba que Aguirre tenía una función específica: por su rol jerárquico en el Servicio Penitenciario de Entre Ríos, guardaba droga y sustancias de corte y estiramiento en su casa, ya que se presumía un lugar insospechado. Cuando estuvo ante el juez, el funcionario intentó despegarse de Castrogiovanni diciendo que "no lo conocía" y que su hermano le había pasado el contacto para que le hiciera un favor.

En la estructura, el chaqueño Ariel Pucheta era el proveedor habitual de la banda de Nicolás Castrogiovanni. Tiene antecedentes por robo y en diciembre 2013, por ejemplo, la Policía levantó sus huellas en una joyería ubicada en calle Uruguay, a metros de la Peatonal San Martín de Paraná. También estuvo vinculado a un homicidio en Neuquén y tiene antecedentes en Santa Fe.

Pucheta logró escapar de los allanamientos realizados en diciembre de 2015, cuando cayó la banda que encabezaba Castrogiovanni, y se perdió su rastro, probablemente en la provincia de Santa Fe, donde vive su madre y tiene contactos con el mundo del hampa, o en Chaco. Junto a Andino fueron los últimos en caer por las conexiones con la banda del Gordo Nico.
Fuente: Análisis

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