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En Corrientes, el Verde se metió entre los mejores
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En Corrientes, el Verde se metió entre los mejores
Lucas Victoriano transita su primera temporada completa como entrenador jefe de un equipo de Liga Nacional de básquetbol. No lo hace mal, ya que Estudiantes Concordia marcha octavo entre 20 clubes con un récord de 7 victorias y 5 derrotas, siendo el que menos partidos disputó en esta etapa de la competencia.

Su mayor logro, de momento, lo ha conseguido el entrenador tucumano en el plano internacional. Hasta la final de la Liga Sudamericana condujo al "Verde", que cayó en el cuarto juego disputado precisamente en su "Gigante Verde". A ese momento histórico debe añadírsele lo que sucedió hace apenas unos días cuando los entrerrianos ganaron 2 de 3 partidos y se metieron entre los 8 mejores clubes de básquetbol de América, en la denominada Liga de las Américas. Eso motivó que el usuario @jorjulnun compartise un documento con sus impresiones sobre el especial momento que el ex jugador de la selección nacional retuiteó admitiendo su emoción.


A continuación, El Entre Ríos reproduce la carta titulada "Sueñe Estudiantes, sueñe":

"No le sobra talento, al contrario, es un equipo que siempre está al límite. Tampoco tiene una figura que todo lo resuelva, el famoso jugador "franquicia" que aparece cuando nadie más lo hace. Tampoco tiene "chapa", porque no es un equipo campeón o con una historia grande dentro del básquet argentino que imponga respeto por el solo nombre de la institución. Presupuesto es lo que menos tiene si se lo compara con el resto de los equipos. Pero tiene algo que hoy en el deporte no es fácil de conseguir, Estudiantes tiene hambre de gloria. Hambre de gloria que tiene nombre y apellido y una historia atrás: Lucas Victoriano y la Generación Dorada.

Todas las carencias con las que cuenta Estudiantes se suplieron con el deseo de ganar, ese deseo que muchas veces hizo que el plantel termine dando más de lo que podía. Victoriano supo encontrar el equilibrio perfecto entre capacidad, confianza y deseo. Cuando la capacidad no alcanzó, la confianza se presentó e hizo lo suyo. Y cuando la confianza era escasa, el hambre de gloria, ese que Lucas conoce a la perfección, se encargó de suplir lo que faltaba.


Estudiantes no juega un gran básquet, pero sí logró ser un gran equipo. Y lo logró porque no necesita depender de su quinteto titular. Y eso lo generó el coach mediante la confianza que le brindó a todo el plantel. Porque cuando Doblas no aparece, Domínguez cambia el castellano por el español y se disfraza del pivote que necesita el equipo. Porque Uranga puede fallar una bandeja fácil, pero a la siguiente jugada se está tirando de cabeza para salvar una bola. Porque Bolívar puede tener una noche negra tirando de 3 puntos, pero no se achica y prueba hasta que entra, que por lo general suele ser en un momento caliente del partido. Porque Orresta y Vildoza se animan a penetrar como quizás antes no se animaban, dándole otra herramienta de ataque al equipo.

Hay equipos a lo largo de la historia del deporte que lograron generar esa sensación de que el partido lo ganaban antes de jugar. Estudiantes no lo logró, pero sí logró brindar esa sensación de que le puede ganar a cualquiera. De que puede perder obvio, pero que al rival lo va a molestar, y vaya si lo va a molestar. Generó una sensación de incomodidad en los rivales, de esas que producen preocupación. Hoy no debe haber un equipo contento de saber que se debe enfrentar a Estudiantes. Y Estudiantes sabe aprovecharlo. Porque lejos de creerse superior a alguien, respeta su posición de equipo humilde, de aquel que quiere dar el batacazo, aunque parezca imposible.

El club no tiene que seguir dando demostraciones de nada. Con lo hecho en la Liga Sudamericana, junto a lo recién logrado en la Liga de las Américas, sumado al andar promedio en la Liga Nacional, Estudiantes ya demostró lo que tenía que demostrar. Hoy este equipo puede darse el gusto de disfrutar donde está, de divertirse dentro de la cancha sabiendo que no llevan el peso de ser candidatos. Pero esa no es la esencia de Victoriano, y por ende del plantel. Estudiantes va a seguir soñando con ganar, porque el hambre de gloria está intacta, y quiere seguir demostrando que todavía puede haber sorpresas mayores. Y está bien que así sea, no se podría esperar menos de un coach que supo aprender de la mejor generación en la historia del básquet argentino".
Fuente: El Entre Ríos.

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