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El vicegobernador de la provincia, Adán Bahl, sostuvo que “ir al FMI es un reconocimiento tácito del fracaso de las medidas que ha llevado adelante el gobierno nacional” y advirtió que “seguramente en la negociación” con el organismo internacional “habrá un pedido de flexibilización laboral”. “Seguramente se conseguirá alguna tasa de financiación menor a la que ofrece el mercado y eso va a generar también algún tipo de tranquilidad en el mercado interno, pero habrá que ver en las negociaciones qué le pide a cambio el Fondo Monetario a la Argentina para poder asistirnos”, advirtió.

De todos modos, sostuvo que “hoy el gobierno nacional necesita estos recursos por lo que sale al FMI a pedir dinero y obviamente hay gente que está a favor y cree que es como un romance y otros que lo ven como un apocalipsis, porque ven todos los problemas que ya ha vivido la Argentina”. También realizó un análisis detallado de la situación financiera y de las cuentas de la provincia.
Cuestión de números
“Para analizar la posición del gobierno provincial hay que mirar los números”, remarcó y puntualizó que “el presupuesto provincial ronda los 100 mil millones de pesos, 61 por ciento corresponde a Rentas Generales, el 39 son recursos afectados y si analizamos concretamente ese 61 por ciento, solamente el 30 son recursos provinciales y el 70, nacionales; y ahí hay que ver como se aplican esos fondos”.

“De toda esa masa de dinero, el 63 por ciento va a sueldos; el tres por ciento, a obras públicas; el 14 por ciento, a coparticipación; ocho por ciento, a gastos operativos; cinco por ciento, a intereses de la deuda”, detalló.

“Si hacemos un análisis de la posición económica de las finanzas provinciales, antes del impacto del déficit de la Caja de Jubilaciones, tenemos un resultado económico positivo” y “no se le puede cargar toda la responsabilidad del déficit a la Caja”, aclaró.

En ese sentido, recordó que “se trabaja para que el gobierno nacional reconozca parte del déficit y si este año se llegase a lograr nuestra meta del 50 por ciento estaremos muy cerca de lograr una posición bastante sólida aunque no de equilibrio”.

De todos modos, aclaró que “necesariamente vamos a tener que recurrir al mercado a buscar un financiamiento por aproximadamente 5.000 millones de pesos y la autorización de la Legislatura que estaba a punto de salir era por 3.500 millones de pesos que por ahora está en stand by porque no se necesita de manera urgente y se están esperando mejores condiciones de mercado”.

“También hay autorización y la posibilidad de tomar 1.500 millones de pesos de un préstamo sindicado y en el programa de letras hay 1.600 millones de pesos, es decir que en conjunto entre las tres herramientas se lograrán 5.000 millones de pesos, que es una necesidad financiera pero no es un aumento de la deuda porque si se mira el presupuesto este año se estarán pagando 7.200 millones de pesos de deuda”, especificó. De este modo, opinó que “la relación de deuda con recursos corrientes va mejorando día a día”.
Cambios que se avecinan
En cuanto a la decisión de recurrir al FMI del gobierno de Macri, el vicegobernador sostuvo que “luego de esta ayuda que pedirá el gobierno nacional al Fondo Monetario alguna situación de cambio va a ocurrir y esto no es una muy buena noticia, eso va a generar algún tipo de situación en el mercado. Hoy el gobierno nacional necesita estos recursos por lo que sale al FMI a pedir dinero y obviamente hay gente que está a favor y cree que es como un romance y otros que lo ven como un apocalipsis y ve todos los problemas que ya ha vivido la Argentina”, describió.

“Seguramente se conseguirá alguna tasa de financiación menor a la que ofrece el mercado y eso va a generar también algún tipo de tranquilidad en el mercado interno, pero habrá que ver en las negociaciones qué le pide a cambio el Fondo Monetario a la Argentina para poder asistirnos”, advirtió.

Analizó que “el Banco Central fue un actor fundamental de toda esta situación y el año pasado el presidente del Banco central decía que se iba a lograr controlar la inflación entre un ocho y un 12 por ciento, luego lo llevaron al 15 por ciento, y para lograr controlar esa inflación juega con las Lebacs tratando de absorber los pesos que hay en el marcado para que eso no vaya a una aplicación sobre los precios, y también tranquiliza a los compradores compulsivos de dólares”.

En ese contexto, dijo que “históricamente Argentina ha tenido altas tasas y eso hace que la gente quiera refugiar sus riquezas en algo que mantenga su valor”.

“El Banco Central toma decisiones en el mercado interno pero no vivimos en una isla y hay que tener en cuenta qué hace el resto del mundo. Un día la reserva federal de Estados Unidos consideró que era un buen momento de levantar las tasas de interés, generó activos que eran atractivos para los inversores y decidieron irse del país en un sistema financiero como el nuestro que no tiene restricciones, así se llevaron los dólares, se incrementó el dólar, el Banco Central tuvo que deshacerse de reservas y puso un freno de mano que fue la Lebac, este 40 por ciento que le sale muchísima plata al Banco Central y que deprime tremendamente la economía”, analizó.

Finalmente, manifestó que “en lo personal creo que siempre hay que tener optimismo, de todos modos nada se dice de la responsabilidad que ha tenido el gobierno nacional en esta situación” y alertó que “hay que tener en cuenta dos cosas: por un lado que el FMI vino el año pasado a la Argentina y dijo que deberíamos ir a una flexibilización laboral, lo cual seguramente estará en el pedido para asignar fondos; y por otro lado queda muy claro que ir al FMI es un reconocimiento tácito del fracaso de las medidas que ha llevado adelante el gobierno nacional”.
Fuente: Canal 9 Litoral

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