Un día volvió a su casa
Los restos del concordiense fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense. En el Reloj de Sol de la céntrica plaza concordiense, donde desde hoy la placa cambió su denominación de "desaparecido la Dictadura" a "asesinado en Dictadura", se realizó el acto para luego dirigirse al Cementerio Nuevo, donde fue sepultado.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó en La Plata los restos del concordiense Raúl Ramón Maschio y la justicia se lo confirmó a su madre Alejandrina Laffitte de Maschio, a su hermano Eduardo “Chiche” Maschio y al resto de su familia.La emoción del hermano
“No sé por dónde empezar. Las cosas que nos van motivando, movilizando. Esta concentración”, arrancó hablando “Chiche” ante la nutrida convocatoria, a la que también asistió El Entre Ríos. “Ayer fuimos con mis sobrinos y mis hijos. Fuimos a buscarlo al equipo de Antropología Forense y ahí se encontró gente de la Facultad de Psicología, del Colegio de Psicólogos, gente de la Secretaría de Derechos Humanos de Avellaneda y ex compañeros de estudio que estuvieron contándome muchas cosas”, recordó el entrerriano.
Dijo que procuró, en su discurso, “tratar de buscar la manera de comunicarme con ustedes porque son muchas cosas. Hay que tener en cuenta que él se fue hace 40 años y a mí siempre me tocó hablar con él, por el resto de los compañeros desaparecidos. Hablé por ellos y ahora, hoy, me toca hablar delante de él”, expresó entre aplausos.
“Por ahí, emoción mediante, hablar algunas cosas, repasar algunas cosas. Y por ahí la cosa se va a confundir en una conversación entre hermanos porque en 40 años hay muchas cosas para decir”, admitió y añadió que “es una emoción ver lo que ha generado Tito con su regreso. Su regreso, aunque sea de esta manera, marca que a pesar de estos 40 años que no lo tuvimos sigue siendo un militante, sigue generando movilización y sigue generando convocatoria y nos ha juntado a todos y ha movilizado muchas cosas adentro”.
Continuó, luego, diciendo que "en esto por ahí hay un debate interno y una pelea entre el corazón y la cabeza. ¿Quién habla? Entonces, la cabeza me hace recordar que venimos él y yo de una familia normal, de laburantes, plena de felicidad, de muchas reuniones de muchas tías, de muchos primos, con muchos proyectos, ideas, sueños que fundamentalmente era Tito el que más los trasmitía y los mostraba".
Hizo, entonces, una pausa para luego ir al momento más infeliz de los argentinos en el último medio siglo de historia:"De buenas a primeras, esta felicidad se ve trunca porque una conocida banda de peligrosísimos criminales y asesinos y delincuentes toman, el 24 de marzo de 1976, el poder por la fuerza y ahí se terminó la felicidad de los argentinos, todos los proyectos que veníamos llevando adelante".