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El ex perito de Balística del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Antonio Daniel Vitali, condenado a 12 años de prisión e inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos por ser hallado responsable del robo de armas incautadas de los depósitos de Tribunales, ratificó su condición de inocente.
Sus días en la cárcel
Admitió que encontró cosas positivas de su estadía en la unidad penitenciaria: “La cárcel me dio un parate para mi vida personal porque venía muy acelerado; con el trajín de estar poco más de un año con la causa sin saber qué pasaba, venía muy acelerado, muy loco, y la cárcel me sirvió para frenar”.

“Cuando ingresé busqué qué hacer: empecé a leer, hice yoga, ahora estoy trabajando en los talleres y esto me dio una tranquilidad que no tenía afuera donde estaba muy nervioso esperando el juicio”, explicó.

Dijo, sobre la vida cotidiana en la cárcel, que “no tengo inconveniente con nadie; mientras uno se maneje bajo las reglas y normas que exige el penal no hay inconvenientes; gracias a Dios duermo bien, me alimento bien y no tengo ningún tipo de inconveniente”.
“Los verdaderos culpables”
Respecto del juicio que debió afrontar, reiteró que no se juzgó a los verdaderos culpables y apuntó contra “(Andrés) Almeida Federick, uno de los chicos que trabajaba en efectos secuestrados y era uno de los responsables (del área) porque tenía acceso a todo el material secuestrado, incluso las armas”.

“Incluso hay testimonios vertidos en el juicio que él tenía armas para vender y que vendía, y hasta recibía armas que después desaparecían. Lo cual está demostrado porque él firmaba los oficios, y sin embargo de esas armas también me hicieron responsable a mí”, cuestionó.

Criticó, al respecto, que “habrá tres juicios por la causa de las armas: hubo un abreviado con tres personas – Mauro Maximiliano Bertoni, Mario Alberto López Alonso y Eduardo Ramón Borgogno- el mío y falta aún el de (Fabricio) Santa Paola, que es el responsable y no entiendo por qué no se hizo uno solo para todos”.

“Hay un montón de gente que debería estar involucrada, gente que vendió armas, que tiene causas penales y que aún sigue trabajando en Tribunales: Moya, Mouso, Sueldo, que todo el mundo sabe que vendían armas, tuvieron una causa en el Juzgado de Instrucción N°3, la doctora Fernanda Rufatti lo sabe perfectamente porque ella era secretaria del Juzgado; se les secuestró en su momento una 11.25 y un 38 y todas esas armas venían del depósito de efectos secuestrados, pero con eso no pasó absolutamente nada”, apuntó.

A la hora de explicar por qué no se investigaron esos hechos, afirmó: “Yo soy el chivo expiatorio de esto, yo soy el que apagué la luz y cerré la puerta, porque soy el único de todos los que están ahí que tiene cargo”.
El rol del Superior Tribunal
Consultado por la posibilidad de que aún se continúen vendiendo armas, Vitali sostuvo: “Siempre fue un desastre la parte de efectos secuestrados. Ese depósito era un desastre total, cuando lo agarramos nosotros en 1993 había armas totalmente destruidas, bolsas y cajas vacías, que jamás se tocó”. Al respecto, criticó: “En su momento la presidenta del Superior Tribunal, Claudia Mizawak, en el juicio político dijo que yo era la luz de sus ojos, cuando jamás me atendió ni me recibió ni habló conmigo, y dijo que se hacían controles periódicos de ese depósito cuando en realidad no tenían noción ni idea de lo que había adentro, jamás se hizo un control de ese depósito”.

Sobre su relación con Mizawak dijo categóricamente: “Dijo eso porque se le venía encima el juicio político, pero jamás hablé con ella, aunque pedimos audiencias pero jamás nos recibió”.

En cuanto al resto de sus relaciones al interior del Poder Judicial, dijo tener “relación con muchos” pero agregó una definición que –reconoció- “le va a doler a muchos”. “El abogado venido a juez, a secretario o a fiscal se cree Dios. Yo nunca fui de un carácter manso ni dulce, si tenía que decir algo lo decía de frente, nunca fui por atrás, y eso no me sirvió. No tengo cintura política y a más de uno le dije que la cabeza no le daba. Por eso no era una persona muy querida por algunos, y más cuando en Tribunales existe mucho el deísmo: se nombra mucha a gente a dedo porque es pariente, por ser amigo. A mí me costó seis años de juicio llegar al cargo que tenía, siempre en la vida me costaron las cosas y siempre peleé por ganarme las cosas, todo lo que tenía me lo gané con mi sudor”.

Ahondó que “el cargo lo tuve que apelar porque me dieron el segundo lugar diciendo que mi título excedía el cargo a concursar, así que estuve seis años para ganarlo al cargo, nunca me fueron fáciles las cosas y esto que pasó de las armas fue por trabajar”.

Aseguró que “no se hacían controles ni inspecciones del depósito ni de las armas. El Superior Tribunal es responsable de todo lo que es efecto secuestrado porque todo va a decomiso y destrucción y se pone a disposición del Superior”.

“A mí me hicieron responsable de eso, y yo no era responsable de efectos secuestrados, el responsable era Santa Paola. Más allá de que tiene cientos de pedidos, están las notas hechas al Superior y nunca les hicieron lugar. A mí me hicieron responsable de algo que no tenía nada que ver, incluso Santa Paola en el juicio dijo que yo no tenía acceso a las armas cortas, pero me hicieron responsable hasta de las armas cortas”, aseveró.

Ante esto, dijo que “había denuncias” ante la Superintendencia del Superior Tribunal. “Había una denuncia hecha contra (Andrés) Almeida Federick, que dijo que estaba sacando cosas de efectos secuestrados. La hermana corroboró que en dos oportunidades hubo dos mesas con armas que eran de Tribunales y él mismo dice que tenía acceso a la computadora y podía modificar las cosas”, reveló Vitali.
Versiones encontradas
Vitali también cuestionó que “las dos declaraciones de (Mauro Maximiliano) Bertoni son disímiles: en una dice que venían 10 a 15 armas, en otra oportunidad dice que se las daba a (Eduardo Ramón) Borgogno y Borgogno dice que recibía dos o tres armas, habla que le dieron un lote de armas en más de una oportunidad pero que únicamente vendió dos armas”.

“No voy a negar que armas salieron de Tribunales pero en la primera declaración Bertoni habla de 200 pero en la segunda declaración sube la apuesta y habla de 500 armas. Y cuando habla de cifras y plantea 6.000 a 7.000 pesos, y si en ese momento iba al mercado a comprar un arma con papeles me salía más barato. Una pistola 9 milímetros como dice que la vendía a 6.000 pesos, si iba al mercado por 2.500 pesos la compraba legal, con papeles”, detalló.

“Por el listado de ellos vendí cuatro tumberas, con lo cual me asombro del buen comerciante que soy”, ironizó.

Consultado por la declaración en el juicio de los peritos informáticos, que dieron cuenta de la existencia de mensajes con transacciones, precios y dinero, Vitali aseguró: “No tengo ni escuchas con ellos, ni mensajes con ellos, todos los mensajes es entre ellos: venden motos, televisores, armas, pero es entre ellos y yo no existo entre ellos”.

“Lo único que tengo con Bertoni era el tema de cuchillería, que no lo voy a negar si todo el mundo vio que vendíamos cuchillos, cosas de madera, todo lo que era artesanal; él me compró en más de una oportunidad e incluso me quedó debiendo dinero. Tenía buena relación con Bertoni pero no por las armas”.
“Me metí porque quería destruirlas”
“Tengo dos hijos en la calle, tengo disparos en las piernas, tuve enfrentamientos con armas y sería el último en venderle un arma a una persona, y menos a un delincuente. Si por eso me metí en esto, porque yo quería destruirlas porque sabía cómo venía la historia dentro de Tribunales. Todos los que pasaron por efectos secuestrados, era vox populi cómo robaban. Se robaban resmas de papeles y siguen trabajando en Tribunales, el que se robó las motos que estaban para destruir hace poco se jubiló, y un montón de irregularidades que se hicieron en Tribunales y siguen trabajando porque nunca se hizo nada”.

Desmintió también que su apodo fuera “el Viejo” y acotó: “Bertoni me decía Toni o Vita, y eso de Viejo no sé quién es”.
Reproche a Rodríguez Allende
“Una vez que me coartaron la posibilidad de ir a Tribunales me dejaron sin alas, me secuestraron celulares, me sacaron todo y nunca pude saber nada más. Encima con la mala defensa que tuve en un principio por Marcos Rodríguez Allende, que no hizo nada de lo que yo le pedía. Me venía con la excusa de que no me querían, que estaban enojados conmigo pero más de eso nunca hizo nada”, se quejó.

Sobre los precios de las armas que se presentaron como prueba en anotaciones de uno de los implicados, criticó que “es un trozo de papel, que le faltan pedazos, que tiene escritos atrás, y lo niego porque jamás le di nada a Bertoni, menos una lista de precios” y sin embargo “nunca me lo exhibieron”.
¿Por qué lo metieron preso?
Reveló que le ofrecieron ir a un juicio abreviado donde la propuesta era “que me hiciera responsable y me daban seis años de prisión, pero como tengo la conciencia tranquila lo peleé y lo seguiré peleando”.

“Sé que mientras no lo saque de este ámbito nunca lo voy a ganar porque es una cofradía como dijo el fiscal (Juan) Malvasio, todos saben que la Fiscalía y los jueces de Garantía son todos sucursales., disparó y admitió que “me siento defraudado porque el juez de Garantías Mario Ruhl nunca me escuchó, se basaba en lo que le decía el fiscal y con eso era suficiente, pero jamás tuvo un papel en la mano. Me metieron preso porque supuestamente hice todo mal y no es así”.
Lo que dijo de Castrillón
Criticó, también, que “cuando se hizo el recuento de las armas, con toda la parafernalia de la Procuración, yo ya estaba sentenciado porque lo dijo directamente el actual presidente del Superior Tribunal, Emilio Castrillón. En el inicio del año judicial me condenó directamente; debería haber dicho que se estaba sustanciando el juicio y no condenarme como me condenó”.

Analizó, consultado por los motivos que lo llevaron a la condena, que “había que solucionar el tema del desastre judicial con el tema armas, y me apuntaron a mí. Está claro en la declaración de Bertoni donde dijo Fue Vitali y es una declaración que no está firmada, que no tiene las preguntas escritas y aclara que no me nombra porque le dijeron que lo haga”.

“Todo lo que quiso decir jamás lo probó, en el careo que fue un circo no me dejaron hablar con Bertoni, encima inventó que fui a la casa cinco o seis veces cuando si hubiese ido a la casa lo que quería hacer era matarlo a trompadas después de lo que me hizo”, refirió.
Su mea culpa
“Me equivoqué en ponerme a trabajar, jamás me quedé quieto, soy un apasionado de las armas y cuando surgió esto me gustó porque estaba haciendo mi propio archivo de numeraciones de armas, características, estampado, sacábamos fotos de armas raras, armaba la colección que estaba autorizado para hacerlo”, recordó.

Afirmó que esa fue la razón por la que “me metí en esto, aunque no me correspondía y no cobraba nada por eso, ni un sobresueldo ni nada; y en realidad podría haber ido a esperar sentado y cobrar todos los meses mi muy buen sueldo como hacían todos, pero sin embargo yo quería hacer algo”.

“Mi mea culpa fue ponerme a trabajar en esto, querer hacer algo más y hacer lo que nunca se hizo, destruir las cosas como había que destruirlas”, concluyó.
Fuente: Análisis Digital.

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