Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
El juicio inició este martes en Paraná, ante el Tribunal Oral Federal. Los imputados son cuatro hombres oriundos de Gualeguaychú: Jorge Omar Kreick, alias “El Ruso”; Hugo Martín Arévalo, alias “El Flaco”; Fernando Daniel Bisogni y Gonzalo Gabriel Queirolo. Fueron detenidos el 24 de octubre de 2016 en un operativo en Roca y Guido Spano.
Hasta el momento ninguno de los imputados ha declarado ante el Tribunal. Los cuatro están con prisión preventiva por esta causa, alojados en distintas unidades penales de la provincia. Esta semana debieron quedarse en la Unidad Penal N° 1 de Paraná para asistir al juicio que conducen Noemí Berros, Roberto López Arango y Lilia Carnero.

A la acusación en el debate la lleva adelante el fiscal general José Ignacio Candioti. Por otro lado, los defensores son Pablo Di Lollo -para Kreick y Arévalo-; José Ostolaza -asiste a Bisogni-; y Agustín Vizcarra y Sebastián Arrechea -representan a Queirolo-. Si bien este jueves ya expusieron ocho gendarmes y un testigo civil, en total se espera la declaración de unos 30 testigos hasta los primeros días de agosto.
Investigados y detenidos en 2016
El delito que se les acusa es infracción a la Ley 23.737 de narcotráfico, en la modalidad de comercialización agravada por la continuidad en el tiempo y la participación de tres o más personas. Es que los gendarmes venían haciendo tareas de investigación sobre los cuatro imputados y, durante los meses de agosto, septiembre y octubre de 2016, lograron detectar varios encuentros donde hubo intercambio de cocaína y dinero.
Los gendarmes en la investigación
Las sospechas de los gendarmes fueron a raíz de un caso de proxenetismo a cambio de cocaína. Se compraba droga y se pagaba con los servicios sexuales de una menor de edad. Por eso, los agentes de Gualeguaychú decidieron investigar a Jorge Kreick como supuesto vendedor de estupefacientes a cambio de consumir prostitución. Decidieron intervenir el celular del imputado y comenzó la pesquisa por narcotráfico. Bajo vigilancia tuvieron un kiosco de Gualeguaychú -propiedad de Kreick-, que era utilizado como pantalla para la venta al menudeo.

Las intervenciones telefónicas dieron cuenta de una comunicación encriptada entre los imputados; hablaban de “carne”, “asado” y “leña”. La mayoría de los encuentros para concretar esas transacciones eran en lugares públicos muy concurridos como supermercados, el Parque Unzué, o en la vía pública en la mayoría de los casos. En otras ocasiones, en cambio, se citaban en domicilios privados. Los gendarmes registraron encuentros el 8 de agosto; el 27 de septiembre; el 28 de septiembre; el 13 de octubre; el 18 de octubre; y el 24 de octubre de 2016, el día del procedimiento.

Además, los agentes observaron movimientos en el Lubricentro GM de Gualeguaychú; y reconocieron varios vehículos entre los que había una camioneta Amarok; una Hyundai Galloper; y un Peugeot 207 color negro.

A partir de tareas de vigilancia, pudieron establecer que los vínculos se daban entre Kreick y Arévalo -a quien el primero le dio la Hyundai Galloper y la puso a su nombre-; y a su vez Arévalo se comunicaba con Bisogni y Queirolo.
Día clave: 24 de octubre de 2016
El día del procedimiento, los gendarmes consiguieron una orden de allanamiento en un domicilio privado, donde se había pactado la venta de 1 kilo de cocaína por 150.000 pesos. En el lugar fueron sorprendidos tres imputados. Hallaron una caja marrón que en su interior contenía un ladrillo de cocaína envuelto en una bolsa -que pesó 995 gramos-, y 144.900 pesos. Por otro lado, Kreick fue apresado casi en simultáneo en su domicilio particular, como promotor de la comercialización, aunque no participaba de las transacciones dadas entre los otros tres imputados.

Durante el reconocimiento de datos personales frente al TOF, el martes pasado, Jorge Kreick de 65 años, dijo que después de cumplir la condena anterior por narcotráfico se hizo “prestamista” con el dinero que logró juntar de ese delito. “Si me pedían 3.000 pesos, cobraba un interés aproximado del 20 por ciento. Si me pedían 100.000 pesos cobraba un interés del 50 o 60 por ciento”, le manifestó a la jueza Berros.
Fuente: Análisis Digital

Enviá tu comentario