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Ayer finalmente pareció volver algo de calma al revolucionado mundo del tipo de cambio, bonos y acciones. Los mercados parecen interpretar que el fondo adelantará su ayuda, e incluso que se apresta a prometer un desembolso más grande. Los atisbos de estabilización presuponen también cierta responsabilidad por parte de la dirigencia política en la aprobación del presupuesto 2019, dirigencia que todavía insiste en discutir la melodía en la sala de baile mientras nos hundimos con el Titanic.

A pesar de la leve e incipiente mejoría, el stress financiero sigue siendo alto, como indica -por ejemplo- la cotización del bono de Entre Ríos con vencimiento en el 2025, superior al 15%. En su momento fue esta colocación -debajo del 10% de rendimiento- la que le trajo paz de conciencia a nuestro gobernador, sabedor de que el vencimiento de este bono iba a darse escalonadamente y a partir del siguiente mandato gubernamental, que puede o no ser uno suyo.

En esta coyuntura, que es bien complicada y muy dinámica, Bordet prefiere por ahora jugar a las ambivalencias, sin terminar de definir su apoyo al presupuesto planteado por el gobierno nacional. No muestra ni la determinación de Urtubey, quien se muestra convencido en su apoyo tal vez porque sabe mezclar convicción y conveniencia política, ni la actitud de ¨todo lo que propongas te lo voy a tirar abajo aunque volemos por los aires¨ del kirchnerismo crítico.

Mientras tanto, y sobre todo en público, dirigentes que son parte de su espacio se quejan por el ajuste y dicen que ya estamos recibiendo menores recursos del gobierno nacional. Nobleza obliga, nada dicen respecto de cómo el gobierno de Macri les devolvió las provincias potestad y recursos -sin estar obligado a hacerlo-, y a contramano de lo que sucedía durante el gobierno de Cristina Kirchner, cuando se distribuían a discreción y eran utilizados para disciplinar a la tropa.

Seguramente el gobernador, ducho en números, entienda eso de que no se puede vivir para siempre gastando más de lo que a uno le entra. No solo eso, seguramente también comprenda que la economía argentina tampoco parece estar en condiciones de generar todos los dólares que necesita para funcionar. Este es un tema del que se habla mucho menos pero que es ciertamente crítico. El país necesita dólares para pagar por sus importaciones, para pagar deudas e intereses denominados en dólares, y también para ahorrar, considerando que el peso para los argentinos solo existe como unidad de cuenta y no como reserva de valor.

Lamentablemente, en todos estos años que pasaron nunca tuvimos la disciplina de balancear las cuentas por un lado, y tampoco la de incentivar, promover y desarrollar actividades que nos permitieran generar dólares a partir de la venta de productos nacionales en el exterior. Se perdió el tiempo, en forma, y como siempre ha sucedido se terminó apretando al sector agropecuario para tratar de obtener la mayor cantidad de recursos fiscales y dólares posibles.

Hoy nos toca ser responsables. Estamos frente a una encrucijada de proporciones, de la que no se puede salvar ningún gobierno no importa su color. Los cantos de sirena -tan propios de nuestros políticos- son ya cosa del pasado no engañan a nadie. Este gobierno ha cometido muchísimos errores pero la realidad es que aunque ese no hubiera sido el caso nada nos podría haber evitado tener que lidiar con esta problemática que hoy nos toca. Y es en esta coyuntura cuando a nuestros dirigentes políticos se les debe pedir seriedad y responsabilidad. Ya no hay más espacio para arrebatos populistas y para fórmulas mágicas, que fueron en definitiva las que nos depositaron en el doloroso lugar que hoy estamos.

En estas próximas semanas podremos apreciar si Bordet está a la altura de las circunstancias. No acompañar este presupuesto, abstenerse o votar en contra es unirse a los Urribarri de este mundo, grandes responsables de que hoy estemos en la posición que estamos. Si no lo estuviera, días aciagos -mucho peores a los de hoy- nos esperan a nosotros y también a él, considerando que entonces el escenario más probable es que todo devengue en un estado de emergencia donde Bordet deberá actuar como uno de los bomberos principales, si es que termina siendo reelegido gobernador en las elecciones del año próximo.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa