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Aproximadamente 30 chicos de todas las edades concurren lunes, miércoles y viernes de 16 a 18 al Merendero Evita, donde además de tomar la leche, juegan, dibujan y tienen un espacio de contención.

La tarea la encabeza Ruth Alvarenga junto a su hijo Valentín Leiva y dos colaboradores: Priscila y Alexis.

“Comenzó hace siete años como una iniciativa de los jóvenes del Movimiento Evita y por razones de trabajo o estudio, se fueron a otros lugares, entonces quedé a cargo yo. Hoy no pertenece a ningún movimiento político. Lo más importante es que sirva como algo cultural y social, y no para rédito de nadie. En el merendero los chicos encuentran un espacio de contención, donde pueden jugar y compartir”, comienza diciendo Ruth, a El Entre Ríos.

“Soy jubilada por discapacidad. Tendría que estar ciega, pero Dios me dio la oportunidad de seguir viendo y esta es mi forma de agradecer”, comenta sobre lo que la motiva a encarar este trabajo solidario.

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Además de la colaboración de los vecinos, para solventar los gastos “tenemos la tarjeta Sidecreer para la leche, cada mes rindo los chicos que van con número de DNI. Cuando pedimos, la municipalidad nos da una mano, por ejemplo ahora están rellenando el fondo porque queremos hacer arreglar y colocar los juegos”.

“Se han acercado sindicatos a colaborar con nosotros. Por ejemplo recientemente lo hizo el Sindicato de Capitanes de Ultramar. El artista José Jorge sorteó a través de su cuenta de Facebook una de sus obras; para participar había que colaborar con dos leches larga vida que serán donadas al merendero”, explica.

“El proyecto está abierto, por ejemplo para quienes quieran hacer un taller de arte. Los chicos tienen a su disposición para dibujar y en una pieza tenemos juguetes que ellos mismos se encargan de guardar antes de irse”, agrega la responsable del lugar.
Celebrar la vida

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Este viernes se llevó a cabo en el merendero el primer festejo de “Sin torta no hay cumpleaños”, con cuatro niños agasajados. Cada uno tuvo su torta y la ambientación temática que eligió, además de una decoración general. También tuvieron un pelotero y quienes lo desearon se pintaron las caritas.

Al respecto, Ruth Alvarenga señala: “Es una linda posibilidad de algo que nosotros no hubiésemos podido hacer. Es muy importante celebrar la vida; la mayoría no han tenido posibilidad de festejar sus cumpleaños. Un pelotero, que para otros chicos es tan común, para ellos es tan especial”.

“También se ve la alegría de los chicos cuando nos donan mochilas o guardapolvos”, agrega su hijo.
Pensar a futuro

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“Tenemos una chica viviendo en el merendero, porque van doce veces que nos entran a robar. Ahora pusimos rejas, gracias a la colaboración de vecinos y gente de Buenos Aires. Mientras colocábamos las rejas, nos rompieron una puerta del fondo para entrar”, menciona Ruth en otro tramo de la entrevista.

Al respecto, señala que en cada uno de los episodios radicaron la denuncia correspondiente. Además “tuvimos problemas con un vecino porque había un cuidador y él le pegó para que se vaya. Es el mismo que tenemos denunciado como que nos roba”. Y agrega que por el momento no se ha podido esclarecer ninguno de los hechos.

“Hemos empezado de cero doce veces en que nos han robado hasta los lápices de colores, las hojas de dibujo, galletitas, vasos, hasta pertenencias de mi hija. La gente es muy solidaria y siempre están a la par nuestra ayudándonos”, dice agradecida.

Valentín agrega: “Pese a eso siempre salimos adelante. No entiendo por qué hacen daño, si el merendero está abierto a todos los gurises del barrio y sus hijos van al merendero”.

“Ahora que tenemos las rejas es pensar a futuro, porque sino no podemos avanzar. Siempre es conseguir nuevamente los vasos y cada una de las cosas. Queremos colocar los pisos para que se mantenga más limpio y también el tanque de agua, porque en verano cuando se corta el suministro nos quedamos sin agua. En el merendero tienen que estar mejor que en la casa, porque eso los inspirará a superarse el día de mañana. Por ejemplo, yo no les permito tomar la leche parados; se lavan las manos, se sientan a la mesa, si podemos ponemos mantel, las galletitas en platitos. En el verano les gusta tomar tereré con jugo y nos sentamos a conversar. El diálogo es una enseñanza”, concluye Ruth.
Para ayudar
El Merendero Evita está ubicado en calle Monteagudo entre Bernard y Evita, de la ciudad de Colón.

Al ser consultados sobre la forma en que podemos colaborar, Ruth y Valentín mencionan “hojas, leche, galletitas, juguetes, todo es bienvenido”.

Los pueden encontrar en Facebook: Merendero Evita, o contactarlos al (03447) 15409392.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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