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“La lluvia en la cara” es el título del libro de cuentos que se presentará Jorge Móndolo este jueves, desde las 19 en el Vagón Literario ubicado en la Ex Estación de ferrocarril Concordia Norte, en el inicio de la decimosegunda Feria del Libro de Concordia y la región.
Cable a tierra
Este libro reúne variados cuentos, historias dispersas, anécdotas recreadas y experiencias contadas, cuentos de la tradición popular y monólogos que van desde lo simple a lo complejo, de lo complejo a lo simple. En los estilos de suspenso, misterio y terror. Siempre con una narrativa clara acompañada de descripciones profundas e intrigantes que terminan con finales complejos y sorpresivos.

“En un momento dado, creo que a todos les va a tocar, cuando te sentís un poco saturado de su actividad, de tu trajín y más o menos siempre en el mismo metié, buscás algo distinto para salir. Un cable a tierra, de alguna manera”, explicó el profesor de Historia y Latín que también ha hecho suyo el oficio de cronista en medios gráficos y radiales.

Y el que busca encuentra, dirá Móndolo. Así fue que llegó al Taller Literario que funcionaba en la Fundación Magister (actualmente lo hace los lunes a las 20 en el Vagón Literario, junto al Centro de Convenciones de Concordia). “Empecé a ir, me gustó”, recordó en diálogo con la emisora de El Entre Ríos en Concordia. “Descubrí autores nacionales que no conocía o, si los había visto pasar, nunca jamás me había interiorizado. Leíamos y, sobre lo que se lee, se debate, se conversa”.

-¿Y, sobre todo, lo disfrutás?
-Sí, y también leyendo. Ahí en el taller mismo, cuando uno lee lo producido, te genera una cierta sensación pero jamás pensé en hacer un libro. Siempre era para mí, para los que están cerca mío. Pero nada más. La primera que leía las cosas era mi mujer y, donde le hacía ruido, me corregía.

-¿Cuándo fue el clic, qué pasó?
-Por ahí descubrí a Abelardo Castillo, Mario Lebrero, Felisberto Hernández. Son escritores enormes. Por ejemplo a Cortázar yo lo leí cuando era joven, de una manera cuando andás con el libro debajo del brazo. Estás diciendo: leí Rayuela y no entendías nada. Resulta que ahora, leyéndolo de esta manera, uno interpreta y lo comprende.
También releí, y creo que ese fue el detonante, a Roberto Arlt. Y descubrí que me había pegado en medio de la cabeza, desde la película "Los 7 locos", que creo que fue de las películas que mejor tradujo el libro.

“Y resulta que empecé a escribir”, contó luego en el programa “Despertá con Nosotros” (lunes a viernes de 7 a 9) de www.oidmortalesradio.com.ar. El siguiente paso surgió de la amistad, esa misma que acentuó con los libros desde que se sumó al Taller Literario. La amiga es Mariela Sanabria, de Editorial Dimsa: “ella fue la editora, la que corrigió, armó y confeccionó la tapa, genial, muy buena”, elogió.

Sanabria tiene la particularidad de contar con varios libros editados en su haber y con una característica: los autores son de la región, la mayoría incentivados por ella a dar el paso de volcar sus realizaciones en las páginas de un libro.

“Soy amigo del matrimonio y yo la visité, a su oficina, por consejo de mi mujer y le pedí consejos de cómo armar. Y me dijo: vamos a hacerlo. Yo te lo armo, diagramo y te lo muestro cómo queda. Y ella es la que entusiasma a hacer el libro”, destacó el profesor.
El arte de escribir
-¿Cómo te inspiras Jorge?
-No sé. La verdad que no sé (risas).

-Fontanarrosa, por caso, llevaba una libretita o un papelito. ¿Vos qué hacés?
-Uso un cuaderno con un lápiz y anoto lo que me surge. Esta es una enfermedad que tenía de antes pero, leyendo a Cortázar, hablaba del extrañamiento. ¿Qué significa? Que vos ves un hecho cotidiano, de todos los días que ni siquiera le prestás atención, pero un día lo hacés extraño a lo tuyo y de ahí surge la cuestión.

-Es un redescubrir.
-Claro. Te decía que no es novedad porque cuando yo estudiaba, allá lejos y hace tiempo, yo ya trabajaba y era casado, tenía familia. Tenía 30 años cuando empecé a estudiar de nuevo y ¿qué pasaba? Normalmente me levantaba a las 5 de la mañana para leer una hora, hora y pico antes de irme a trabajar al banco. En tiempo de exámenes me levantaba a las 3 de la mañana.

Entonces, yo donde dormía tenía una cómoda al lado y blocks de distintos colores. Me sentaba, lo escribía y seguía durmiendo. Gracias a Dios tengo facilidad para dormirme enseguida. Me levantaba, escribía y seguía durmiendo. Según la importancia era el color del block. Estaba loco.

-¿Y ahora es igual?
-Sí, ahora es más o menos lo mismo. Vas enganchando. Por ahí lees una noticia vieja y te enganchás. Tengo uno de los primeros cuentos, de los más largos que hice, que se llama Caito. Está en este libro. Es la historia del Petiso Orejudo, en una fantasmagoría traída como si hay un descendiente que no sabe. En un momento dado revive todo eso y le vuelve a pasar más o menos lo mismo.

La presentación servirá para mostrar, una vez más y por duodécimo año consecutivo, la producción literaria de la región. “La lluvia en la cara”, es el título de uno de los cuentos incluido en la tercera de las 3 partes del nuevo libro. “Es un relato de uno que, aparentemente, participa en la acción de los 70 sin llegar a ser un guerrillero y que tuvo una compañera que sí pasó a la clandestinidad. Y está trabajando en una sucursal del Banco Nación cuando le llega la noticia de que la había matado”, explicó y dijo que, “de ahí para atrás, hay una serie de recuerdos que los van enganchando y termina justamente en un día, en esos encuentros donde ella viene empapada, corriendo, con su sonrisa blanca y la lluvia en la cara”.

Y en esa introducción abre la puerta, invita, a leer. Lo propone del mismo modo que lo hizo él al término de la entrevista cuando leyó un relato de su autoría.
Fuente: El Entre Ríos - Oíd Mortales Radio.

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