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Durante tres años y medio, un intendente se va reiteradas veces de su ciudad y de su país sin que sus gobernados se enteren.

Promediando su cuarto año de gestión, ocurre un imprevisto: un conocido se sube al mismo avión y le cuenta a sus amigos que el presidente municipal va rumbo a Miami. Previo chequeo y confirmación en base a fuentes oficiales, El Entre Ríos publica la noticia.

Pocas horas después, la máxima autoridad de la ciudad sorprende a sus seguidores en Twitter con un mensaje amenazante, dedicado a una persona a quien identifica por las iniciales JA y califica de "botón", "inútil" e "incapaz". Luego se arrepiente y borra el tuit. Tarde. Ya había sido retuiteado y circulaban capturas de pantalla.

¿Por qué una reacción así? ¿Acaso es tan grave que se sepa que se tomó unos días de descanso en Estados Unidos?

"¡Tanto lío porque se sepa de este viaje si se va a Miami cada dos por tres!", desliza un funcionario que está en la gestión desde el primer día. Esta expresión sonó exagerada. ¿Lo era? Semanas después, El Entre Ríos accede a información precisa sobre los movimientos fronterizos del Presidente Municipal.

La planilla resulta impactante. Muestra que desde que asumió la intendencia, en diciembre de 2015, hasta junio de 2019, habría salido del país en 39 ocasiones. De ellas, 12 fueron vuelos: 5 a Miami, 1 a Houston, 1 a Perú, 3 a Chile, 1 a España y 1 a Alemania. Enseguida afloran las preguntas de rigor de la praxis periodística. ¿Es confiable la información obtenida? Y, si lo es, ¿califica como noticia? O sea, ¿es noticiable que un intendente haya salido del país tantas veces durante su gestión de gobierno? ¿Está justificado publicar un informe detallado, identificando fechas y destinos?

Sobre la confiabilidad de los datos migratorios no hubo razones para dudar. Bastó con observar que allí donde la planilla se refería a los dos viajes "oficiales", los únicos que el intendente hizo públicos y pidió permiso al Concejo Deliberante, uno a España y el otro a Alemania, las fechas coincidían a la perfección. ¿Si un registro tan detallado no miente en dos, por qué habría de hacerlo respecto de los demás viajes?

Teniendo los datos por seguros, aún quedaba por definir si merecían volverse noticia. Para ello, El Entre Ríos consideró imprescindible dar un paso más: rastrear en el Boletín Oficial de la Municipalidad de Concordia los decretos u ordenanzas que en cada caso respaldaran las ausencias, para detectar si habían sido justificadas por razones particulares, por enfermedad, vacaciones o por cuestiones propias de la gestión. Sólo si se cumplía esta última condición, es decir, si los viajes tuvieron relación con la administración municipal, su valor noticioso quedaría fuera de toda controversia.

El resultado que surgió de la pesquisa en los Boletines Oficiales fue mucho más desconcertante que los viajes en sí: una batería de documentos firmados por el intendente y fechados durante sus periplos fuera del país, en los que traspasa el mando por horas o por apenas uno o dos días y luego lo reasume, todo ello como si estuviera en Concordia, o como si sus salidas fueran las típicas que hace cualquier presidente municipal para ir hasta Paraná o Buenos Aires a efectuar trámites. En todos esos decretos se repite además una leyenda clave en esta historia: "por temas relacionados con la Administración Municipal".

De allí en más, el foco de la investigación y de lo "noticiable" pasó de los viajes a la presunta manipulación de los decretos para crear una "ficción". Que haya viajado mucho sin que nadie se entere es una cosa. Que haya apelado a documentos públicos para tapar esas escapadas al extranjero, otra muy distinta.

Si un gobernante se va de la ciudad por varios días y en secreto, sin informar de su ausencia ni cumplir con las formalidades legales, y los decretos publicados en el Boletín Oficial no sólo que no registran con exactitud sus salidas sino que las disfrazan y las supeditan a la "atención de asuntos relacionados a la administración municipal", ¡¿qué duda cabe de que tal comportamiento es noticia?!

Renegaría de su rol para volverse cómplice de encubrimiento el periodista que se guardara la documentación en el cajón de su escritorio. Flaco favor le haría al derecho a la información, burlado por partida doble: primero por la autoridad y luego por aquel que tiene el deber de informar.
Preguntas
Si el intendente se anima a cambiar el chip y evitar la ya trillada reacción de los políticos ante publicaciones que los incomodan (denunciar un complot, agraviar e injuriar al medio o al periodista, atribuir intereses partidarios y/o electorales, etc.), podría hacer un genuino aporte, simplemente respondiendo estas preguntas:

1) ¿Ocurrieron o no los viajes a los que alude la información publicada por El Entre Ríos? El medio no tiene dudas de la precisión de los datos. No obstante, tal vez el presidente municipal considere necesario rectificar o corregir algo.

2) De quedar confirmados todos los viajes, lo siguiente a responder es si fueron privados o públicos.

3) Si fueron privados:

a.- ¿Por qué no consta en la documentación oficial traspaso del mando previo a su partida y reasunción posterior a su regreso?

b.- ¿Por qué, en cambio, en los lapsos en que tuvieron lugar esos viajes, en el Boletín Oficial aparecen numerosos decretos que documentan ausencias por períodos breves, que no se condicen con los datos sobre las salidas y entradas al país del intendente? ¿Cómo pudo entregar el mando o reasumirlo cuando se hallaba en Perú o Miami, por ejemplo? ¿Cómo pudo firmar un decreto de un nombramiento o una reasignación de partidas si no estaba en Argentina?

c.- Y, si fueron viajes privados, ¿por qué los decretos sobre ausencias en esos períodos, en su totalidad, incluyen como justificación la "atención de asuntos relacionados con la Administración Municipal"?

4) Si los viajes fueron públicos:

d.- ¿Por qué se omitió informar a la comunidad, siendo que tuvieron por propósito cumplir con asuntos de la gestión municipal?

e.- ¿Qué asuntos públicos justificaron cada uno de los 6 viajes a EEUU, lo mismo que la permanencia en Perú durante 10 días?

f.- ¿Cuál fue el gasto en viáticos en que se incurrió en cada caso, puesto que, tratándose de viajes realizados en ejercicio de sus responsabilidades, correspondería que hayan sido costeados con dineros públicos?
El daño principal
Respuestas convincentes servirían para restañar la confianza hacia la máxima autoridad de la ciudad, hacia los documentos rubricados por él y hacia la institucionalidad misma.

En comparación con algo tan esencial como lo es la credibilidad en el Estado de Derecho, sus instituciones y sus normas, todo lo demás que se pueda traer a debate pasa a segundo plano, además de ser materia opinable. Por ejemplo, si viajó mucho o poco, por qué eligió tal ciudad y no tal otra, si los destinos elegidos contradicen su posicionamiento político ideológico, si es coherente que el intendente de una de las ciudades más pobres de Argentina vuele por el mundo con tanta asiduidad y a escondidas, etc.

Es verdad que en el contexto actual, donde abundan procesamientos contra presidentes, ministros, empresarios, por delitos tan graves como asociación ilícita, enriquecimiento ilícito, cohecho, o cuando se ha visto tirar bolsos llenos de dólares a través del muro de un convento, o en la capital entrerriana Sergio Varisco está siendo juzgado ni más ni menos que acusado por financiar al narcotráfico con dineros públicos, que un intendente "dibuje" decretos para camuflar salidas al exterior suena a nimiedad, cual si fuera apenas un grano que supura en un cuerpo social en el que hay órganos completos tomados por el cáncer de la corrupción.

Pero habrá que sopesar si esa pequeñez, al igual que en el cuento del pastorcito mentiroso, es capaz de minar la credibilidad en la documentación oficial, haciendo que nada de lo publicado en el Boletín Municipal sea tomado en serio, sino más bien tenido por pura ficción.

También hay un impacto negativo hacia adentro del "palacio municipal". Empleados de la comuna soportan sumarios administrativos por conductas tales como "no haberse presentado a trabajar varios días", o haber realizado "la marcación en el reloj facial de asistencia para luego retirarse y no llevar a cabo la tarea correspondiente a su turno". ¿Qué son estos incumplimientos en comparación con lo que está en juego en esta historia? ¿Cómo seguir exigiéndole responsabilidad al personal si la máxima autoridad se va del país simulando mediante decretos que sigue en Concordia?
La respuesta de la Justicia
Determinar si hubo o no delitos en esta historia es responsabilidad de la Justicia, si es que considera pertinente investigar lo ocurrido. Y en caso de que encuentre delito, será necesario identificar a quién o quiénes deban imputarse y con qué consecuencias.

El accionar de los tribunales, en caso de producirse, permitiría precisar si existe:

1) Incumplimiento de los deberes de funcionario público, en caso de confirmarse que se han eludido las "formalidades" a las que está obligado el Presidente Municipal al momento de ausentarse de la ciudad y dejar de ejercer su cargo.

2) Falsificación ideológica de documento público, si es que resultase indubitable que empleó de manera reiterada decretos que en vez de documentar la realidad la ocultaron y/o falsearon.

3) Violación del derecho a la información, en tanto y en cuanto no habría dado a conocer a sus representados qué "temas relacionados con la Administración Municipal" lo habrían obligado a dejar Concordia y trasladarse tantas veces a Miami, Perú, u otros destinos.

El accionar del Poder Judicial también posibilitaría descartar cualquier sospecha de que se hayan usado fondos públicos para costear viajes ajenos a la gestión de gobierno.
La reacción del Concejo Deliberante
Si algunas de las ausencias superaron los 5 días hábiles, el Poder Ejecutivo habría burlado al Concejo Deliberante, tanto por no solicitarle la autorización debida como por eludir la entrega del mando al Viceintendente Armando Luis Gay, como exigen los Artículos 96° y 104° de la Ley N° 10.027, modificada por la Ley N° 10.028 y el Artículo 234° in fine de la Constitución de la Provincia de Entre Ríos.

¿Pueden los concejales mirar hacia otro lado? ¿Cuál debería ser una actitud digna, acorde con el rol institucional del organismo que integran? ¿Encararán una investigación por su cuenta que esclarezca lo sucedido?
La carrera política de Cresto
Enrique Cresto pertenece a una familia de políticos de raza. Su carrera es sin dudas exitosa, si se tiene en cuenta que a los 43 años de edad ya fue diputado y senador provincial y se apresta a iniciar su segundo período como intendente de Concordia. También es obvio que aspira a mucho más. La gobernación seguramente está en su radar y posiblemente no como estación terminal.

Haría bien en aprovechar esta experiencia para profundizar en la transparencia que pregona. Es cierto que ha dado pasos para que cierta información esté accesible a todo ciudadano que se interese. Por caso, los sueldos y las licitaciones.

Pero, en tiempos de redes sociales y de tecnologías de la información, haría bien en asumir que ya no es posible camuflar nada y que lo recomendable es sincerarlo todo, aunque en ocasiones resulte incómodo.

La planilla de sueldos publicada días atrás por el Ministerio Público Fiscal entrerriano, después de años de secretismo, es una expresión cabal de la dirección hacia la que sopla el viento, lo mismo que el fallo del STJ obligando a ENERSA a dar a conocer cuánto ganan sus directivos.

Por tanto, si le gusta viajar, sea como antídoto para el estrés, para capacitarse, para dar con ideas innovadoras que se puedan aplicar en Concordia, por puro placer o por el motivo que fuera, nada de andar ocultándolo. Y, por sobre todo, nada de falsear decretos.

La ficción es tarea de los grandes del género, como Isaac Asimov, Ray Bradbury, Julio Vernes, Orson Wells. El intendente, el Boletín Oficial y la documentación municipal están para otra cosa.
Fuente: El Entre Ríos