Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Con cuidados por el coronavirus, pero cocinando.
Con cuidados por el coronavirus, pero cocinando.
Con cuidados por el coronavirus, pero cocinando.
«Debemos entender que lo único que mantenemos para siempre es lo que damos. Y cuanto más das, más recibes. Porque hay mucha gente ahí afuera que está confundida, desviada o que va por el mal camino”.
(Película “Tan distinto como yo”, de Michel Carney. Basada en la novela de Denver Moore, Ron Hall y Lynn Vincent).

Gustavo Godoy lo sabe, entendió hace rato lo que Denver le dijo a Ron en la película basada en la historia real que vivieron los que recaudaron más de 85 millones de dólares para indigentes.

Él y su esposa, María Noguera, lo saben al menos desde hace 18 años o quizás antes. Ese es el tiempo que llevan prestando servicio en su casa. Y lo transmiten en cada palabra que usan cuando hablan del merendero montado en la planta baja de su vivienda, en el barrio José Hernández. Allí un cartel, en Sargento Cabral y Calle 51, indica que adentró está el merendero “San Cayetano”.

“Acá nosotros tenemos una merienda, de lunes a viernes, con 300 raciones que nos da Caritas Diocesana, por el plan Emaus. Se le da la merienda, también tiene clases de apoyo, primera infancia y viene a ser un centro de evangelización lo nuestro”, resumió él en el inicio de la entrevista concedida a El Entre Ríos que se comunicó alertados de la campaña para recolectar alimentos para las comidas de este viernes y sábado.

Destacó, al respecto, que la solución para esta semana ya había llegado: “Todo lo envía la sociedad. Ahora, por ejemplo y gracias a Dios, el padre Marcelo nos consiguió un poco de todo y para hoy (17 de abril) y mañana (18 de abril) prácticamente estamos cubiertos. Venimos con la providencia de Dios, no tenemos nada establecido”, aclaró.

“A través de los servicios que se prestan, también se aprende a formar y educar. Una de las osas que yo pude ver, en estos tiempos más que nada, es que la gente viene a cocinar. Viene un grupo y entones lo importante es que llevemos la carreta entre todos”, resaltó.

Y así fue que, desde la semana pasada, se lanzaron a dar de comer dos veces por semana, al mediodía. “Comenzamos a dar el almuerzo porque se contempla la vulnerabilidad de sus hogares, que la gente vive del cirujeo. Hay cosechadores que no pueden salir a trabajar y madres embarazada y con hijos siendo solteras. Y no cuentan con recursos. Se han anotado muchas de ellas y no le llega ayuda, en muchos lados soy testigo”.
-¿Otras actividades ahora no se pueden realizar?
-No, claro. Ahora estamos abocados al merendero .Este es un lugar que, en estos momentos, lo fundamental es la merienda y el almuerzo. Con un gran esfuerzo, estamos dando los viernes y sábados. Tenemos mínimo unas 600 raciones entre los dos días.

-¿Ahora cubrieron para esta semana, la próxima será una nueva aventura?
Sí, es así.

-¿Los que van al merendero quiénes son, de qué barrio, van familias enteras. Cómo se organizan?
-En estos momentos nosotros tenemos a 80 familias que se están asistiendo todo los días, de lunes a viernes con la merienda. Esa misma gente de la merienda, retira el almuerzo que, como va saliendo sobre la marcha, siempre tenemos un poquito más de gente que viene al servicio. Hoy estábamos con el tema de la higiene, barbijos y distancia. Tenemos entre 10 y 15 personas que elaboran la comida y vamos rotando con una lista.

-¿Cuál es el menú, qué incluye la merienda?
En el caso de la merienda viene un vaso de leche, galletitas. Una vez a la semana vienen alfajores o turrones, con una fruta. En estos momentos, por cuestiones administrativas, no está llegando pero también se le da una fruta.
En el caso del almuerzo, lo que se ha podido hasta ahora porque arrancamos la semana pasada, es darle guiso porque es abundante. Vienen con un taper y se llevan bien cargados, con pan. Estos días el padre Zabaleta nos ha estado trayendo pan para poder repartir. Lo que llega se reparte en partes iguales. Si el pan no alcanza para todos, se lo corta en rodajas.
Más que nada, que la gente vea el trabajo transparente, comunitario y donde ellos también participan y pueden sentirse útiles y defender su dignidad. Yo hace 18 años que estoy acá.

-¿Qué hacés vos?
-Soy socio terapeuta y cocino o hago lo que haga falta. En estos momentos, estoy cocinando porque las madres que vinieron a este servicio ya se fueron. No queremos que estén amontonados. Ahora hay dos mamás acá al lado de las ollas.

-¿Fuera de los días de coronavirus, comen ahí o siempre se los llevan a sus casa?
-Siempre se les da una vianda porque primero hay mucha gente y también apuntamos a que ellos compartan en familia.

-¿Dónde está el merendero?
-Está en el barrio José Hernández. Yo tengo una casa de dos plantas, en la parte de abajo he puesto todo el lugar para las actividades del barrio.

-¿Pusiste tu casa para el merendero?
-Sí, hace 18 años. Acá algo que hablaba con las mamás es que estábamos soñando que, cuando salgamos de la cuarentena, podamos ir un día de convivencia con ellos a San Carlos. Nosotros en los barrios vulnerables tenemos una vida diferente, está lo negativo y lo positivo. Estamos cercanos y la única manera de sostener la vida de ellos y también la nuestra es no cerrar las puertas.

-¿Y vos cómo repartís tu tiempo entre la familia, el trabajo y esto?
-Esto es un medio de vida. Yo me dedico a la venta de artículos de limpieza y también hago un voluntariado con el tema de las adicciones, ya que soy socio terapeuta. Mi trabajo es full time. Es un medio de vida. El ser humano elige el medio de vida y la mano de Dios siempre está.

-¿A tu venta cómo la llevás en estos días de cuarentena general?
-Bien, gracias a Dios. Lo que pasa es que yo aprendí que uno no necesita mucho para vivir. Yo tengo una vida muy austera, tranquila. La vida de servicio te lleva a eso, a no llenarte de cosas porque muchas veces tendemos a llenar nuestros vacíos con cosas materiales.
Yo ahora estaba contento de tomar un mate, tranquilo, mirando al fuego que está con las dos ollas. Es una vida muy linda, escondida en Dios y también se lo vive de esta manera.
El merendero San Cayetano sumó almuerzos
Saludo, dando gracias y siguió revolviendo la olla. Pero antes de concluir la charla dejó una reflexión: “hoy en día un mensaje importante para llevarle a la sociedad es que, a pesar de un montón de cosas, la vida continúa y esto ya va a pasar. Lo más importante es ser solidario”.


Ya sea que seamos ricos o pobres, o estemos en el medio, somos todos indigentes. Cada uno de nosotros busca su camino de vuelta a casa”.
(Otro fragmento de “Tan Distinto como Yo”).
Fuente: El Entre Ríos.

Enviá tu comentario