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Resulta imposible no recordar cada 22 de junio el partido de cuartos de final del Campeonato Mundial de México 1986 entre Argentina e Inglaterra. Por el contexto en el que se jugó -apenas cuatro años después del conflicto bélico de Islas Malvinas- pero fundamentalmente porque esa jornada posicionó definitivamente a Diego Armando Maradona como uno de los futbolistas más importantes –sino el más- de la historia mundial.

La Selección Nacional, dirigida por Carlos Salvador Bilardo, se impuso por 2-1 con una actuación consagratoria y totalmente decisiva de su número 10, que marcó dos goles legendarios en apenas cuatro minutos, entre los 6’ y los 10’ del segundo tiempo en el estadio Azteca.

El primero, con la picardía propia de un jugador de potrero, porque El Diez tiró una pared con Valdano, quien no alcanzó a controlar un balón que terminó siendo rechazado imperfectamente por un rival y se elevó hacia su propio arco. Y entonces, observando que la redonda iba camino a las manos de Peter Shilton, Maradona saltó con la intención de peinarla, pero terminó dándole un puñetazo con zurda que descolocó al arquero y caminó al fondo de la red. La obra, según el propio ídolo, se llamó “La mano de Dios”.
Argentina 2 vs Inglaterra 1 - Mundial México ´86 (Relatos Víctor Hugo Morales)
Por si esto fuera poco, cuando aún perduraban las exultantes protestas de los ingleses por el gol de la apertura del marcador, Diego nos regaló una obra maestra, porque tras recibir en su propio campo de Héctor Enrique, inició una corrida electrizante hacia el arco rival, dejando rivales por el suelo, incluido el arquero, hasta decretar el 2-0 parcial. El relato radial de Víctor Hugo Morales quedó tan inmortalizado como el propio gol: “...ahí la tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del futbol mundial, y deja el tercero y va a tocar para Burruchaga... Siempre Maradona! Genio! Genio! Genio! ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta... y Goooooool... Gooooool... Quiero llorar! Dios santo! Viva el futbol! Golazo! Diego! Maradona! Es para llorar perdonenme... Maradona, en una corrida memorable, en la jugada de todos los tiempos... barrilete cósmico... de que planeta viniste? Para dejar en el camino tanto inglés, para que el país sea un puno apretado, gritando por Argentina…”.

El descuento de Gary Lineker y una memorable salvada de Olarticoechea en la línea redondearon uno de los partidos más recordado de la historia de los mundiales.

Lo que vino después es archiconocido y fue la etapa consagratoria de Maradona y la Selección Nacional en el Mundial ’86. El Diez metió un doblete para eliminar a Bélgica en semifinales y una asistencia al entrerriano Burruchaga, que sobre el final selló el 3-2 sobre Alemania en la final.
Fuente: El Entre Ríos.

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